«Al final yo soy el jodido por esta historia. Me han hundido por una guerra política. Ha pasado un mes y sigo recibiendo llamadas telefónicas muy feas de gente que no me conoce diciéndome barbaridades. Cuando abandonaban el local (Francina Armengol y otros miembros de su gabinete), uno del grupo se sintió mal y se pararon junto a la entrada. Después ya vino la Policía. La verdad es que prefiero olvidar. Me ofrecí por si necesitaban algo y no bajé del todo la persiana». Son palabras de Álex Rodríguez, el propietario del Hat Bar, el principal escenario del polémico episodio protagonizado por la presidenta del Govern, Francina Armengol, junto al conseller de Movilidad y Vivienda, Marc Pons, y el director general de Comunicación, Álvaro Gil, la madrugada del pasado 7 de octubre.
Los hechos ocurrieron en torno a las 01.15 horas, en pleno centro de Palma, cuando la normativa impuesta por el Govern marcaba un cierre total a las 01.00 horas. Un mes después, Periódico de Ibiza y Formentera recorrió los pasos que llevaron al grupo de la presidenta Armengol desde el restaurante Cor hasta el bar Hat, y pulsó el ambiente sobre las luces y sombras que siguen existiendo en torno a unos hechos con diferentes versiones. «En el Hat se apagó el fuego con gasolina», apuntó Toni, vecino de la calle del Sant Esperit. «Al final da lo mismo que seas político o futbolista, todos somos humanos, pero una presidenta debe dar ejemplo», remarcó.
«Ley del silencio»
Un mes después, se ha impuesto un toque de queda más severo y en Palma también planea una «ley del silencio» sobre el polémico episodio con más sombras que luces, con versiones que presentan grietas sobre cómo se sucedieron los hechos y cuántas personas acompañaban a la presidenta la noche de autos.
Entre las muchas sombras: la hora y el lugar dónde se encontraba el grupo encabezado por Armengol. El boletín de denuncia expedido por la Policía Local reseña las 02.10 horas y refleja que el denunciado manifestó que no cerró antes «porque dentro del local estaba una autoridad (la presidenta del Govern)».
Una de las controversias es dónde se encontraba el grupo. El responsable del local del número 18 de la calle Sant Esperit sostiene que Francina Armengol y sus acompañantes llegaron poco antes de la medianoche y se tomaron unos gintonics. Cuando se disponían a abandonar el local, pasadas las 01.00 horas, uno de ellos (Álvaro Gil, director general de comunicación) se sintió indispuesto y se quedaron junto a la entrada del bar. Minutos después y alertados por los vecinos, llegó una patrulla de la Policía Local.
Comunicado del Govern
Tras destaparse el incumplimiento del horario por parte de la máxima representante del Govern balear, la institución emitió un comunicado el 22 de octubre.
En la nota del Govern se indicaba que la presidenta Francina Armengol se había reunido en una cena de trabajo en el restaurante Cor para «tratar cuestiones relativas a la acción de gobierno». Además de Francina Armengol, Marc Pons y Álvaro Gil, en la cena se encontraban la consellera de Presidencia, Pilar Costa, el conseller de Modelo Económico, Iago Negueruela, y el director del gabinete de Presidencia, Joaquim Torres. El comunicado añadía que, tras la cena y de camino a casa de la presidenta, Armengol, Pons y Gil entraron en el Hat Bar. En el momento de salir, Álvaro Gil «sufrió un desmayo producido por la medicación que recibía desde esa misma semana por ansiedad laboral. El incidente hizo que los tres permaneciesen en la calle, a pocos metros de la residencia de la presidenta, a la espera de que se recuperase (…) si se produjo una actuación de la Policía en el local, ésta se hizo cuando la presidente y sus acompañantes ya no estaban en el bar», añadía el comunicado que concluía lamentando los hechos y su «utilización partidista».
La versión del Govern no casa con la aportada por el dueño del Hat bar, que apunta que el grupo de políticos estaba formado por más de tres personas y que se quedaron junto a la entrada de su establecimiento.
Las sombras también se extienden a la gestión posterior de la denuncia de los hechos por parte de la Policía Local de Palma. Tras desvelarse el affaire Armengol, el jefe del cuerpo, José Luis Carque, emitió una instrucción de servicio que colgó en la intranet policial en la que amenazaba con sanciones graves a todos aquellos miembros del cuerpo que filtraran información al respecto.
Días después, el boletín se extravió pero fue recuperado cuando la Jefatura iba a denunciar los hechos ante la Policía Nacional.
El boletín con número de expediente 031437 era necesario para poder iniciar el expendiente sancionador contra el propietario del Hat. «Por ahora no me ha llegado nada, pero seguro que me llegará la multa», apuntó Rodríguez, quien se ve como un cabeza de turco del caso Armengol.