La consellera insular de Bienestar Social, Carolina Escandell, reveló ayer que el Consell de Ibiza ha registrado un total de 1.050 solicitudes de ayuda por parte de familias y personas residentes en la isla que la semana pasada formaron largas colas frente a la institución insular para poder acceder a estas prestaciones públicas, de entre 1.000 y 1.500 euros, para las cuales se han destinado inicialmente 600.000 euros.
Esta avalancha de solicitudes ha sorprendido al Consell y ha puesto de manifiesto «una situación mucho más grave de lo que esperábamos», según explicó ayer la consellera, que compareció en rueda de prensa junto al director general de Modelo Económico y Empleo de la conselleria de Trabajo del Govern balear, Llorenç Pou.
A partir de ahora, los técnicos del Consell revisarán todas las solicitudes y valorarán quiénes son los peticionarios con las necesidades más acuciantes. «Sabíamos que esta línea de ayudas tendría una gran acogida pero ha superado absolutamente todas nuestras expectativas, lo que es muy preocupante», subrayó Escandell.
«En este momento no tenemos datos más concretos y empezamos a valorar todas las situaciones, los municipios o las circunstancias de cada uno de los solicitantes, por lo que hacer ahora un análisis preliminar es arriesgado, pero sí tenemos una primera conclusión, y es que nos hemos encontrado con más de un millar de peticiones entre las cuales figuran numerosos perfiles de demandantes que no son habituales en los servicios sociales», expresó la consellera.
«Estábamos acostumbrados a ver las colas de Cáritas, con perfiles de de usuarios que tienen ciertas patologías o personas que llevan un tiempo en situación de extrema vulnerabilidad, pero ahora nos hemos encontrado con que también han solicitado estas ayudas familias que no tenían el perfil de usuarios de estos servicios sociales», afirmó Escandell.
«Este nuevo perfil de vulnerabilidad y necesidad es muy preocupante», reiteró la consellera, que aseguró que todo el trabajo técnico de valoración de las solicitudes «será muy riguroso porque la línea de ayudas se planteó con el criterio de concurrencia competitiva, de manera que todo el mundo tenga las mismas posibilidades si se cumplen los mismos parámetros; es decir, hay líneas de ayuda que se hacen por orden de entrada, pero consideramos que esto era injusto porque al final aquellas personas que tienen más conocimiento del funcionamiento de la administración o que tienen más soltura a la hora de pedir subvenciones están en mejores condiciones de hacerlo, y a lo mejor no son las que más lo necesitan, por lo que habrá que valorar las circunstancias de cada solicitud», precisó.
El Consell tendrá en cuenta diversos ítems como el número de hijos o los ingresos «para que las ayudas vayan a quienes realmente las necesitan». «Tengo el pleno convencimiento de que a todo el mundo que ha hecho la solicitud le viene bien esta ayuda, pero tenemos que diferenciar entre lo que significa que le vaya bien o que realmente lo necesite», dijo Carolina Escandell.
«Han pasado de tener dos sueldos en casa a no tener ninguno»
Las colas ante la Oficina de Atención a la Ciudadanía (OAC) para solicitar ayudas al Consell de Ibiza han puesto de relieve la gravedad de la crisis económica derivada de la pandemia. «Esto no lleva a pensar que estamos ante un iceberg, que solo ves la parte de arriba, pero hemos empezado a constatar que la parte sumergida es enorme porque son personas que en condiciones normales tendrían su trabajo y podrían sacar adelante a sus familias y sus vidas de una manera más o menos ajustada, pero de repente se han encontrado con que han pasado de tener dos sueldos en casa a no tener ninguno», según Carolina Escandell, titular del departamento de Bienestar Social y Recursos Humanos del Consell.