Empresarios del ocio nocturno de Ibiza han iniciado el proceso de constitución de una nueva asociación que se denominará Ibiza de Noche y que formará parte de la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (ABONE).
La nueva asociación ibicenca agrupará principalmente a las grandes discotecas de Sant Antoni (Amnesia, Privilege, Es Paradís y Edén), así como a todos aquellos establecimientos de la isla que dispongan de licencia para poner música, según sus promotores.
Esta iniciativa tiene como objetivo poner en valor el atractivo turístico y de entretenimiento que representan los clubs y salas que cuentan con dj's, programan actuaciones en vivo u ofrecen distintos espectáculos.
Empresarios vinculados a esta nueva asociación han confirmado que Ibiza de Noche se constituirá formalmente a finales de este mes o a principios de enero de 2021, y a partir de entonces iniciarán una ronda de reuniones con los ayuntamientos, Consell d'Eivissa y Govern balear para exponer sus objetivos, ofrecer su colaboración para el control de la pandemia y para reivindicar asimismo «la enorme aportación» que su actividad y la música en general significa para la economía de las islas.
Cumplir las normas
El presidente de la patronal ABONE, Jesús Sánchez, que además es vicepresidente nacional de la asociación España de Noche, reveló ayer que ha mantenido recientemente diversos encuentros con estos empresarios de Ibiza, en los cuales se ha puesto de relieve la necesidad de crear un frente común para reclamar el cumplimiento estricto de las distintas normativas, «algo que no está ocurriendo en determinados locales o beach clubs».
«Este tiempo de pandemia nos ha servido para reflexionar sobre el presente y el futuro de las salas de fiestas y para estudiar cómo debemos afrontar la crisis sanitaria y económica», expresó Jesús Sánchez, que se congratuló por la adhesión de los clubs ibicencos y aseguró que tanto ABONE como Ibiza de Noche «defenderán los intereses de los empresarios de ocio nocturno de todas las islas».
Beach clubs
«Los beach clubs, en cierto sentido, han quebrado la economía de Ibiza, ya que intentan cautivar a los clientes de 12 de la mañana a 12 de la noche en espacios abiertos donde se suele incumplir la normativa de ruidos, entre otras cuestiones», precisó el presidente de esta patronal, que considera que la permisividad con algunos de estos negocios «impide que los turistas disfruten del glamour de la noche ibicenca, y al final no solo se perjudica a las discotecas, sino también a los restaurantes o a las tiendas y al pequeño comercio porque los turistas no se mueven de allí».
Ibiza de Noche surge, entre otros motivos, porque diversos empresarios del ocio nocturno discrepan de la estrategia que está llevando a cabo Ocio de Ibiza, la patronal que agrupa asimismo a discotecas como Pacha, Hï, Heart o DC10, así como a Hard Rock Hotel, Ibiza Rocks, Mambo y diversos beach clubs.
Uno de los nombres que se han barajado para encabezar Ibiza de Noche es el del ex empresario Pepe Roselló, ex director de Space durante más de 25 años, la discoteca que ahora gestiona el grupo Palladium, aunque otras fuentes consideran que rechazaría el ofrecimiento «porque no quiere protagonismo y actualmente no es empresario del sector».
El caso Saratoga
«Lo más importante es que todos los locales cumplan las normas y tengan todas las licencias en regla», añadió Sánchez, que expresó su satisfacción por una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) en la que avala la clausura del ático de un hotel de Palma, el Saratoga, como espacio musical abierto al público.
La resolución de la Sala de lo Contencioso del TSJB establece que un establecimiento hotelero no precisa de licencia de actividad específica para el uso secundario compatible, como pueda ser el de bar o cafetería, pero esa legislación se refiere a los servicios que presta el establecimiento solamente a los usuarios del alojamiento. Es decir, los hoteles pueden tener música o animación en sus espacios, pero solamente para los clientes del hotel, no para el público en general.
La terraza de la séptima planta del Saratoga era un escenario habitual donde se celebraban conciertos, sobre todo de jazz, hasta que el Ayuntamiento ordenó una primera clausura en 2017 por carecer de licencia que habilitara esa actividad y después de una serie de denuncias e inspecciones en las que se detectó que se estaban superando los niveles permitidos de ruido.