Las pistas de baile están cerradas y nadie sabe cuándo podrán reabrir. Las oficinas y despachos de abogados de las grandes empresas del ocio de Ibiza son, en cambio, un hervidero. En medio del azote de la pandemia y tras una temporada en blanco, la anunciada creación de la asociación Ibiza de Noche (arropada por Privilege, Amnesia, Edén y Es Paradís, cuatro de las grandes discotecas de Sant Antoni) e impulsada por el ex director de Space, Pepe Roselló, es el penúltimo capítulo de la división de un sector que aportó en 2019 cerca de 800 millones a la economía de la isla y que se agrupa mayoritariamente en torno a Ocio de Ibiza, la patronal fundada en 2014 y de la que forman parte las empresas de la familia Matutes (Ushuaïa, Hï, Hard Rock), así como otras discotecas de noche (Pacha, Heart y DC10) y establecimientos de ocio diurno como Ibiza Rocks, O Beach Ibiza, Mambo y Nassau, entre otros.
Enfrentamientos y batallas judiciales entre competidores siempre ha habido y siempre habrá. Y competencia entre patronales que compiten por el mismo nicho de mercado, también. Lo que ya no es tan habitual es que unos (Ibiza de Noche) quieran acabar literalmente con el negocio de otros.
El núcleo del enfrentamiento es la Ley de Turismo de 2012, de Carlos Delegado, que supuso la liberalización del sector gracias a permitir actividades complementarias en hoteles y restaurantes. Y que dicha norma haya coincidido con la popularización del ocio diurno, no solo en Ibiza sino en toda España, donde el tardeo es un fenómeno imparable.
El icono de la batalla es la cruzada de Pepe Roselló contra Abel Matutes, otrora socios comerciales en Space, ahora inmerso en una cruenta batalla mediática y judicial.
El penúltimo episodio de este intercambio de reproches y acusaciones mutuas -que empresarios vinculados a ambas entidades lamentan off the record- ha llegado a los juzgados. Una querella por estafa interpuesta por Fiesta Hotels & Resorts, perteneciente al Grupo de Empresas Matutes (GEM), contra Pepe Roselló, a quien reclama cerca de dos millones de euros por distintas irregularidades en la gestión económica de la discoteca de Platja d'en Bossa durante 2015 y 2016, unas anomalías que han sido detectadas tras una auditoría encargada a Deloitte en 2019.
Matutes es el propietario de la marca Space y del inmueble de lo que ahora es el Hï. Se lo alquiló a Pepe Roselló que convirtió el local en la mejor discoteca del mundo. Para explotarla, se comprometió a abonar al Grupo Matutes una renta fija y otra variable en función de ventas y evolución del negocio.
Según la querella adelantada por Periódico de Ibiza y Formentera en su edición de ayer, Roselló presuntamente sisó dos millones de euros de variables de los dos últimos ejercicios a través de hinchar los gastos, incluyendo dispendios personales, y otras artimañas contables.
La «cruzada», como definen la campaña algunos empresarios consultados, se inició después de que Matutes decidiera no renovarle a Roselló el contrato de alquiler y se viera obligado a abandonar Space, en octubre de 2016.
Roselló declinó la semana pasada ser entrevistado por Periódico de Ibiza y Formentera y, durante esta semana, ha sido imposible contactar telefónicamente con él para que pudiera aportar su visión, a pesar de los intentos reiterados. El Grupo Empresas Matutes también ha declinado comentar la querella.
Su presidente, Abel Matutes, lo dejó claro, en cualquier caso, en junio de este año en una entrevista en el BNP de TEF: la batalla entre el ocio nocturno y el ocio diurno no existe, es una patraña inventada por Pepe Roselló, «alguien que presumía de incumplir todas las leyes que existían» y que actúa «por puro y simple ombliguismo».
La ‘vendetta' de Roselló
Las discrepancias entre el colectivo que se agrupará en Ibiza de Noche, asociación que pretende integrarse en la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (Abone), y Ocio de Ibiza (que forma parte de la patronal Spain Nightlife) son el hilo argumental de los constantes artículos de opinión de Pepe Roselló en el Diario de Ibiza criticando el ocio diurno, cuando él fue «el rey del after hours» y gracias a él, Playa den Bossa «el after hours más grande del mundo», según relató la semana en un artículo publicado por este periódico Andy Mckay, de Ibiza Rocks.
Space se hizo Space abriendo a las 8 de la mañana todos los días, momento en el que clubbers provenientes de otros templos de la música electrónica y con ganas de continuar la fiesta se concentraban en el templo, famoso por la atmósfera única que se respiraba en su terraza; y gracias a ‘Sundays at Space', la fiesta de los domingos de 8 de la mañana a las 6 de la madrugada del lunes y a openings y closings maratonianos y legendarios.
La sed de venganza es cuando menos una hipótesis razonable del origen de la cruzada de quien inventó con lucrativo éxito el ocio diurno y ahora arremete contra el ocio diurno que lucra a otros.
El gerente de Ocio de Ibiza, José Luis Benítez, quien fue la mano derecha de Pepe Roselló durante 20 años y ahora es adjunto a la presidencia de Empresas Matutes, lamenta que en lugar de estar «centrado en la salud» y «unido en salir adelante», el sector viva enfangado en «guerras simplemente para satisfacer su propio ego [de Pepe Roselló]».
Benítez defiende el legado de Roselló, «fundamental en el resurgir de la isla», al tiempo que no entiende «la actitud de venganza». Y, obviamente, defiende Ocio Ibiza: «Hemos conseguido muchísimas cosas en pocos años. A las 12 termina la música exterior y la gente cumple horarios».
«Toca trabajar unidos»
Según diversas fuentes, Roselló, que dirigió la patronal de las discotecas de Ibiza durante 20 años, cuando despuntaba la industria turística en las islas, contactó recientemente con el presidente de Abone, Jesús Sánchez, para que Ibiza de Noche se integrara en esta patronal balear por estimar que Ocio de Ibiza no defiende sus intereses.
Ibiza de Noche se constituirá oficialmente a principios de enero de 2021, como adelantó Periódico de Ibiza y Formentera, aunque, según Benítez, «crear una asociación que tiene una cabeza visible en Palma ya nos ha generado denuncias y problemas en el pasado. Cuando hemos estado unidos en Ibiza, es cuando las cosas han ido mejor».
«Una tendencia mundial»
El gerente de Ocio de Ibiza considera que el entretenimiento de día «es una tendencia mundial» que atrae cada temporada a un creciente número de turistas «y también hace que funcionen los negocios del entorno», una valoración radicalmente distinta a la que realizó hace unas semanas el presidente de Abone, Jesús Sánchez, para quien los beach club y hoteles musicales retienen hasta 12 horas a los clientes, «perjudicando notablemente» a las discotecas, así como a los restaurantes, comercios y oferta complementaria.
Benítez estima que «las discotecas no tienen competencia por la noche» y que los visitantes eligen la propuesta que más les atrae: «La gente sabe elegir y le gusta el buen servicio», expresa, «siempre que se haga todo legalmente y salvaguardando los derechos de los vecinos».
«Si hacemos las cosas correctamente, habrá negocio para todos y se trabajará bien, que es lo que queremos todos: el interés general y no intereses particulares», añade el gerente de Ocio de Ibiza, y pone como ejemplo el caso del municipio de Sant Josep, donde, en los tres últimos años, el balance de la Policía Local ha revelado que la gran mayoría de las denuncias por ruidos y molestias a los vecinos se deben a fiestas en viviendas privadas y no en los locales autorizados.
La sentencia del Saratoga
El colectivo ya ha anunciado que presentará batalla contra algunos establecimientos de Ibiza amparándose, entre otros argumentos, en una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) sobre el hotel Saratoga, en Palma, que ofrecía conciertos abiertos al público en el ático. El juez ha dictado que los hoteles solo pueden ofrecer conciertos de música a sus clientes, pero no al público en general, si carecen de la licencia preceptiva que les autorice para esta actividad. La batalla, pues, se recrudece.
Según McKay, las principales empresas del ocio de Ibiza deberían unirse para salvar el turismo en 2021, «pero, por el contrario, continúa la despiadada batalla interna entre partidos políticos y los titanes propietarios de hoteles y clubs».
McKay no duda en afirmar que Roselló «está presionando para lograr el cierre permanente de los clubes de playa, además de intentar disuadir al mercado turístico de menores de 30 años. Me pregunto -añade- si esta actitud está realmente justificada siendo él el pionero original del after hours».
El empresario irlandés considera que esta guerra en el negocio del ocio es «dañina» y se debe «más bien a la amarga disputa de Roselló contra su ex socio (Abel Matutes) por el cierre de Space». «Pepe y yo convertimos Platja d'en Bossa en el after hours más grande del mundo. ¿Cómo puede tener ahora credibilidad cuando está intentando frenar a otros negocios que siguen sus pasos y evolucionan con el mercado turístico?», se pregunta McKay.
Proyectos de ocio diurno
En 2010, seis años antes del cierre de Space, Matutes le propuso a Roselló convertir el antiguo Club Playa d'en Bossa en un Hotel Space. La invitación fue declinada y finalmente la reconversión dio pie al exitoso Ushuaïa, local que es el origen de las hostilidades.
Roselló, cuando ya se avecinaba el fin de Space, en 2016, intentó, directa e indirectamente, poner en marcha al menos dos establecimientos que estarían enfocados hacia ese tipo de turismo de hotel discoteca y beach club que ahora desacredita, según han revelado distintas fuentes. Ambos proyectos, sin embargo, no fueron autorizados. La idea era montar un Hotel Space reconvirtiendo el antiguo Recó des Sol, en la bahía de Portmany, y otro proyecto similar que combinaba alojamiento y ocio diurno: el Hotel & Beach Club Bahía del Mediterráneo, que tampoco salió adelante.
«La playa no es una discoteca»
Las discotecas y locales musicales nocturnos que se agruparán en torno a Ibiza de Noche, a la que también se sumarán algunos establecimientos del West de Sant Antoni, abogan por llegar a un acuerdo que equilibre el sector del ocio para que se rija por unas normas claras aceptadas por ambas partes y aplicables en toda la isla. «Las guerras no son buenas y la clave es buscar unas reglas del juego homogéneas, como se hizo hace años», expresa un portavoz de esta asociación de próxima constitución.
«Lo que no puede ser es que en las playas hagan lo que les dé la gana, porque la playa no es una discoteca al aire libre», añade.
Las discotecas vinculadas a Ibiza de Noche abogan por el cierre de puertas a las siete o las ocho de la mañana: «Eso sería lo inteligente, como se hacía antes, para que todos podamos tener negocio, y el Consell de Alcaldes debería dictar el funcionamiento de todo el sector».
En mayo, en plena pandemia, el Ayuntamiento de Sant Antoni instó, empujado por PxE, al Consell d'Eivissa a regular la oferta turística musical en horario diurno con la mirada puesta en los beach clubs y los hoteles musicales.
En agosto, el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, tenía intención de preguntar a los alcaldes a qué regulación aspiraban y qué necesitaban de la primera institución ibicenca porque las ordenanzas municipales no permiten ir tan lejos. La segunda ola abortó el plan y no ha vuelto a ponerse sobre la mesa. Obviamente, no es prioritario.
Hace pocos días se conoció otro frente judicial entre las partes. En este caso, la discoteca Es Paradís contra el Ayuntamiento de Sant Josep por permitir incumplimientos en locales que, según su teoría, le restan clientes. La reclamación se hacía extensiva a la mercantil Inversiones Ibicencas S.A., a la que pertenece el beach club Blue Marlin Ibiza, así como a la Asociación Ocio de Ibiza y a la mercantil Fiesta Hotels & Resorts S.L..
Esplendor y fango
Mientras, el sector aguarda la resolución del Supremo que aclarará si finalmente Bahía San Antonio SA, filial de Suministros Ibiza, participada por la familia Matutes y su socio Joan Lladó, acaba haciéndose con el 100% de Privilege, la discoteca más grande del mundo de la que ahora posee el 45%, la mafia rusa introduce más morbo con sus intenciones de quedarse Hï para blanquear fondos ilícitos y convertirla en punta de lanza para «apoderarse» del sector, según la Policía.
«Veremos cómo acaba esto», dicen con cierta resignación los profesionales de la noche consultados. Todos tienen asumido que, o mucho cambian las cosas, o la guerra del ocio no ha hecho más que empezar: «Ojalá que el fango de la disputa no salpique al esplendor de nuestra prestigiosa oferta de ocio, única en el mundo», suspira uno de ellos.