Diego Calvo y yo fuimos contratados como modelos por la marca Desigual. Nos fotografiaron y filmaron en el Hotel Cubanito, de su Concept Hotel Group, de Ibiza. Y, durante un par de meses, se nos pudo ver en las grandes pantallas de vídeo de las fachadas e interiores de todas las tiendas del mundo de esa marca, y en un catálogo que regalan a los clientes.
Los seis hoteles de Diego Calvo tienen una personalidad única y un colorido impresionante. Las decoraciones son rompedoras y muy originales. Es por ello que le han elegido para ser jurado en los LIV Hospitality Design Awards, en Los Angeles. Y jurado en los Paris Design Awards.
El Hotel Santos, de 2013, fue el primero del grupo que inauguró con su socio Tallyn Planells. Y le siguieron cinco hoteles, todos especiales y diferentes: Tropicana, Dorado, Cubanito, Paradíso y Romeo. En este último hay una capilla para bodas, al más puro estilo Las Vegas. A pesar de que Diego no es muy fan del matrimonio religioso. El Hotel Romeo es su favorito y lo lleva tatuado en la piel de su pecho.
Este pandémico verano cuatro de sus seis hoteles no cerraron, y dieron trabajo a unas cien personas.
Le gusta mezclar, a todo color, la estética colonial con el rock y el art déco. Y le encantan los coches clásicos americanos, como el Cadillac descapotable del Hotel Cubanito, en el que me retrataron para Desigual.
En sus hoteles hay conciertos, exposiciones de arte, cine al aire libre, eventos culturales y de moda. Lo importante es sorprender al cliente con mucha creatividad.
Diego parece más un músico de rock que un promotor hotelero. Con sus coloridas camisas, sus tatuajes y su peinado, me recuerda a John Travolta, en Saturday night fever. No en vano es el promotor musical de Rock Nights. La música es fundamental en su vida.
De haber coincidido conmigo en mis años de cliente del fascinante Studio 54 de Nueva York, yo le habría presentado a artistas que conocí como David Bowie, Eric Clapton, Rod Stewart, Diana Ross, Grace Jones, Miles Davis o Mick Jagger que, años más tarde, asistió en Ibiza a mi fiesta de inauguración de Naïf.
Diego empezó trabajando, con 17 años, de camarero en el Hotel Son Vida de la cadena Marriott. Y, hoy día, Forbes lo ha incluido en la lista de los 100 empresarios españoles más creativos. Una excelente trayectoria.
A este emprendedor ibicenco le gustaría expandir su exitoso, y tan diferente grupo hotelero, a ciudades como Madrid o Barcelona. Y me ha dicho que para uno de sus futuros proyectos le gustaría contar con mi colaboración. Yo colaboraré encantado.
¡Bravo Diego! No pares nunca.