Si tu negocio tiene hasta los 400 metros cuadrados puedes tener abierto hasta las 20.00 horas, con el aforo reducido al 30%. Si tienes 401 tienes que cerrar hasta final de este mes. Así de dura y de contundente es la nueva realidad para muchos comercios en Ibiza debido a las nuevas restricciones impuestas por la Conselleria de Salud del Govern balear ante el alarmante avance de contagios por coronavirus en la isla.
A priori el cierre total no afectará a muchas tiendas en Ibiza ya que no hay una proliferacción de grandes superficies como las que tienen otros lugares de España. A bote pronto, únicamente Mango, en el puerto de Ibiza, o la cadena de la Sirena se verán afectadas. En el caso de la compañía ibicenca el daño será importante porque la medida obligará a cerrar durante los próximos 15 días cuatro de sus establecimientos, el de Platja d'en Bossa, el de la calle General Balanzat de Sant Antoni y dos en Santa Eulària, en la calle Mariano Riquer Wallis y en la calle Sant Jaume. Con ello, únicamente quedarán abiertos 7 de los 25 establecimientos que tienen por toda la isla, aunque afortunadamente para sus empleados desde la cadena se aseguró que no tienen pensado recurrir a ERTES.
Internet, la tabla de salvación
Mientras, en la calle Bartomeu Roselló, zona donde se ubican las grandes cadenas de ropa y complementos a nivel nacional, los comercios seguirán abiertos con la principal novedad de que los clientes tendrán únicamente hasta las 20.00 horas para intentar aprovechar las rebajas. Además, tendrán que organizarse muy bien para poder acceder al interior de las tiendas ya que solo estará permitido el 30% del aforo normal.
Sin embargo, no parece que estas medidas puedan influir mucho en sus cuentas a final de año. De hecho, ayer algunos de estos comercios explicaron a Periódico de Ibiza y Formentera que la venta a través de Internet se ha convertido ya en una fuente muy importante de ingresos a pesar de que se nota que la gente tiene menos dinero en el bolsillo. «Con el tema del coronavirus, el miedo a los contagios y el aumento de los casos el público tiene bastante miedo a pisar la tienda física y a mirar y probarse las prendas como hacía antes y por eso ahora muchos únicamente vienen para recoger lo que han encargado a través de nuestra web», aseguró una vendedora de una conocida cadena de ropa.
En este sentido, parece que las ventas digitales se han convertido en una importante fuente de ingresos desde que apareció el coronavirus en nuestras vidas. «Creo que a nivel de marca global no nos afectará demasiado el tener que reducir los horarios y los aforos y es más tengo la sensación, a nivel personal, de que al paso que vamos llegará un momento en el que las tiendas físicas acabarán desapareciendo ante el empuje de la compra online, donde todo es mucho más seguro y cómodo al poderlo elegir a través de tu ordenador o tu teléfono móvil y recibirlo luego cómodamente a los pocos días en el lugar que prefieras», aseguró otra encargada de otra cadena.
Sin embargo, como en otras muchas cosas siempre hay un reverso en la misma moneda. Tal y como alertó una de las vendedoras de una tienda de complementos y ropa interior de la misma Bartomeu Roselló, la venta a través de Internet ha hecho que el mercado sea mucho más amplio al haber más cosas donde elegir de todo el mundo. Incluso, tal y como alertó a este periódico, «se ha notado que han bajado las ventas en las grandes cadenas y marcas desde que se han popularizado los portales de Internet de venta de ropa de segunda mano donde se pueden encontrar productos nuevos o casi sin usar a precios que suponen en muchos casos menos de la mitad que los que hay en las tiendas físicas».
Sea como fuere, lo importante es, como se viene asegurando desde todas las administraciones quedarse en casa e intentar evitar las relaciones sociales lo más posible.