La titular del juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, Martina Rodríguez, dejó ayer visto para sentencia el juicio contra un guardia civil que se enfrenta a una petición fiscal de 4.800 euros de multa por un delito de denuncia falsa tras el episodio protagonizado en el cuartel de Sant Antoni, el 12 de octubre de 2014, por la disputa de un plato de gambas.
La vista celebrada ayer en los juzgados de sa Graduada se remonta a la noche de la festividad de la Virgen del Pilar de hace siete años y es el último frente judicial abierto tras la denuncia de los hechos. Anteriormente, el juzgado de Instrucción número 4 de Ibiza había archivado la denuncia presentada por el ahora encausado al resolver la investigación que el guardia se «había tirado voluntariamente al suelo, fingiendo haber sido agredido».
Paralelamente, como el episodio investigado se produjo en el interior de un acuartelamiento, el acusado fue sancionado por la Dirección General con la pérdida de destino, una decisión que llevó al tribunal militar y que también perdió.
Más de seis años después de aquel día de la patrona, el acusado regresó ayer a la isla para ser juzgado en una vista celebrada bajo las restricciones impuestas por la pandemia. El tribunal también escuchó el testimonio del teniente que se vio implicado en este caso y que también se encuentra destinado fuera de Ibiza. Asimismo, declararon varios guardias civiles que estaban en el cuartel de ses Païsses la noche del 12 de octubre de 2014.
Por un plato de gambas
Inicialmente, el ahora encausado denunció haber sido agredido por su superior después de mantener una fuerte discusión con la mujer del teniente por ver quién se hacía con uno de los platos de gambas que se servían en el ágape. Tras este primer rifirrrafe, el guardia comenzó a golpear el mostrador donde se servían las bebidas y el teniente le llamó la atención.
La violenta respuesta del agente acabó con los dos en el suelo y posteriormente en los tribunales.