Durante los últimos años, la figura del ERP poco a poco ha ido calando más entre las empresas. En un siglo XXI en el que las palabras digitalización y smartphone acaparan todas las miradas para los negocios, han nacido herramientas pensadas para hacer que estos lo tengan algo más fácil a la hora de mejorar.
Entre ellas encontramos estos ERP. Soluciones que se integran en compañías y que se encargan de hacer que estas tengan un mayor control tanto de su información como de sus procesos internos. Propuestas que se amoldan como un guante a la estructura y el día a día de cualquier negocio y que, además, le ayudan a crecer.
Su propuesta ha resultado ser imprescindible en los tiempos que corren. No obstante, es muy probable que, para muchos, todavía sea algo extraño y desconocido. No todo el mundo sabe qué es un ERP y para qué sirve, dado que se trata de algo relativamente joven, aunque con una evolución imparable.
Aquí, nos vamos a encargar de remediar todas esas dudas y aclararlas, como también a analizar las principales razones por las que todas las empresas están apostando por ello.
Qué es un ERP y para qué sirve
Las siglas de ERP corresponden a “Enterprise Resource Planning”, que se puede traducir como “Planificación de Recursos Empresariales”. Se denomina con esto al conjunto de herramientas integradas de software que permiten a una empresa automatizar numerosos procesos.
La particularidad de su propuesta es que se centra principalmente en todos aquellos procesos que tienen que ver con la operatividad y productividad de la empresa. Para ello, recopila toda la información posible de estos, controlando cada variables y ofreciendo profundos análisis.
Abarca todas las partes de un negocio. Sea producción, logística, recursos humanos, proyectos, marketing o hasta compras. No se deja nada atrás, y lo que es mejor, lo reúne todo en un mismo entorno para que consultar la información sea especialmente sencilla para la empresa.
Para ver un buen ejemplo de ERP, visita este enlace. Ahí puedes encontrar la solución de Geinfor, una de las empresas más punteras de este sector actualmente, y cuya propuesta nos sirve para determinar otra característica clave de este conjunto de software: la modularidad.
Estos programas están elaborados como si fueran piezas de un gran puzle, que es el ERP como tal. De esta forma, una empresa puede utilizar solamente aquellas piezas o funciones que pueda necesitar, dejando otras fuera. Para ello, es necesario pasar por una consultoría previa que se encargue de estudiar el negocio y ver cuáles son las funciones necesarias.
Asimismo, esa modularidad va de la mano de la otra característica clave de esta solución, la escalabilidad.
Los ERP, dado ese carácter modular que tienen, están pensados para escalar al ritmo de la empresa. Una buena forma de no limitar el ritmo de crecimiento del negocio, sino todo lo contrario.
Esto es todo lo que caracteriza a esta solución y todo lo que hace a día de hoy en los negocios. Aun así, puede que haya ciertas reticencias sobre sus bondades y sobre lo que realmente puede ayudar a una empresa. Y es que, detrás de todo esto hay un complicado proceso de adaptación.
Hay negocios que, prácticamente, tienen que replantear todo su esquema para poder adaptarse a este tipo de herramientas. Es la parte más dura de implantar un ERP, porque requiere tanto la preparación del personal como el cambio en procesos y en el día a día de la producción.
Ahora bien, son solo algo puntual. Esta fase puede durar un máximo de dos meses, a partir de los cuáles se mantiene la nueva inercia y el ERP empieza a mostrar todo lo positivo que puede aportar a un negocio. ¿Y qué es eso positivo? Lo vamos a ver a continuación.
¿Cómo mejora un ERP el rendimiento de una empresa?
Viendo qué es y lo que hace, es fácil ver cómo puede un ERP mejorar el rendimiento de una empresa. Para empezar, hay que hablar de esa automatización de procesos que lleva por bandera. Estos sistemas son capaces de hacer que ciertas tareas rutinarias y, generalmente, repetitivas, se puedan hacer de forma automática.
Con eso, el negocio ya tiene más facilidades para distribuir los recursos invertidos en esas tareas en otras que puedan necesitarlo más. No descuidan el rendimiento de dicho proceso, pero tampoco tienen que dedicar ni personal, ni tanto dinero en ello. Algo que ayuda sobre todo a cubrir los puntos más flacos de la empresa.
Precisamente ese es otro aspecto importante de lo que hacen estas herramientas. Su capacidad para recopilar datos y elaborar análisis le permite hacer ver al negocio cuáles son los procesos que funcionan mejor y cuáles funcionan peor. De hecho, incluso puede hacer recomendaciones sobre cómo mejorarlos.
Algo a lo que acompañan la gestión de compras y la facilidad en la toma de decisiones. Todas las áreas del negocio se centralizan y quedan bajo la lupa de este software. Por tanto, con las analíticas obtenidas, la empresa lo tiene mucho más fácil para ver qué debe hacer y cómo para mejorar su productividad.
Total seguimiento de cada proceso, centralización y, también, compatibilidad con toda clase de dispositivos, integración con la tecnología en la nube y actualizaciones constantes. Todo esto permite a cualquier negocio que integre un ERP mejorar su funcionamiento a todos los niveles.
Hay un mayor control, más facilidades para la coordinación entre departamentos y, sobre todo, mucha más facilidad para saber dónde destinar recursos para conseguir la máxima rentabilidad en la empresa. Por estas razones es por lo que, entre otras cosas, estas herramientas han escalado tanto en popularidad.
Si tienes un negocio, ya deberías haber oído hablar de los ERP y, si no es así, ya has aprendido todo lo que necesitabas saber. La tecnología ha traído muchas facilidades a nuestro día a día, sobre todo para las empresas que buscan crecer e innovar.