El sector del ocio sigue buscando fórmulas para poder volver a la actividad de sus negocios. En los últimos tiempos cada vez hay más pruebas piloto y estudios que intentan demostrar que de manera controlada el ocio nocturno es posible. Si hace una semana Barcelona vibraba con un concierto de Love of Lesbian con 5.000 espectadores, ahora también desde Cataluña, concretamente en Sitges, se apuesta por perimetrar una calle en la que se localizan varios locales.
La patronal catalana de ocio nocturno, el gremio de hostelería y el Ayuntamiento de Sitges trabajan en una prueba piloto que tiene como objetivo la reapertura de estos locales gracias a un sistema de test similar al que se empleó en el concierto celebrado en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Ayer en la COPE, Damiá Orts, representante de la Asociación Ocio Nocturno de Sitges, explicó que pretenden perimetrar la calle donde se concentran los bares musicales para «hacer una fiesta controlada». Los asistentes tendrían que hacerse un test de antígenos unas horas antes, de forma que los que den negativo podrían acceder y «durante unas horas estar con mascarilla, pero sin distancia de seguridad y sin control de aforo». Una semana después se les realizaría otro test de antígenos para verificar si la prueba ha ido bien o no.
Este experimento se celebraría en horario nocturno, dentro de la franja del toque de queda, con más de cuatrocientas personas en cinco locales de ocio.
Desde Ibiza, José Luis Benítez, gerente de Ocio de Ibiza, señaló ayer que estarán atentos a esta prueba, así como lo están a todas las que se van haciendo. Benítez informó de que en los próximos días mantendrán una nueva reunión con el Govern y mostró su determinación por «priorizar el tema sanitario». «Tenemos claro que debe ser una prioridad, porque si no lo cuidamos no seremos un destino seguro», explicó. Por último, abrió la puerta a hacer una prueba piloto en Ibiza, pero recalcó que «hay que buscar la seguridad».