El Gobierno británico dio a conocer este viernes la lista de países a los cuales los ciudadanos del Reino Unido podrán viajar a partir del día 17, entre los cuales no se encuentran España, Grecia, Francia y Turquía.
El secretario de Estado de Transportes, Grant Shapps, señaló este viernes tarde desde Downing Street: «España no queda incluida en la lista verde y habrá que esperar hasta el próximo 7 de junio, aunque la lista se podría revisar dentro de tres semanas». La decisión de Londres fue recibida el viernes con pesimismo por parte del Govern y de las patronales hoteleras de las Islas.
El conseller de Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, lamentó que el país británico decidiese contar todo el territorio español como un conjunto sin separar a las islas: «El Reino Unido no nos ha salvado, ya que le cuesta mucho en estos momentos hacer discriminaciones por territorios. La situación epidemiológica en la Península nos penaliza en estos momentos, porque Londres mira a España como país en general». Baleares había pedido al embajador británico este punto de ser considerado un ente diferente al resto del estado español. Una petición que no ha sido tenida en cuenta.
Negueruela añadió que, en cualquier caso «si Londres nos hubiera metido en la lista verde, los turistas británicos no podrían venir a España a no ser que el Gobierno cambie el actual marco legal con el Reino Unido, ya que prohibe la entrada de turistas extranjeros hasta el 31 de mayo».
La repercusión más negativa para la industria turística balear, según el conseller, es que «la decisión de Londres evita la apertura de hoteles enfocados al mercado británico y, con ello, la incorporación de trabajadores».
Apuntó que el Govern «ha hecho los deberes», pero que el objetivo ahora «es que los niveles epidemiológicos en las Islas se mantengan».
Holanda, por su parte, dio a conocer este viernes que saca de la lista roja a Baleares y elimina todas las restricciones que imponía hasta la fecha para viajar a las Islas.
La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, que preside Maria Frontera, lamentó la pérdida de esta oportunidad «a efectos de recuperar progresivamente la actividad turística».
Frontera puntualizó: «Esta decisión supone un nuevo palo en la rueda que perjudica considerablemente a toda la cadena de valor turística nacional porque implica más incertidumbre para las empresas, que se ven incapaces de planificar una hoja de ruta con tanta incertidumbre».
Incidió en el comentario del conseller sobre las aperturas «porque supondrá una ralentización en una situación sumamente complicada derivada de la pandemia, en la que se pone de manifiesto, una vez más, que es vital potenciar al máximo la campaña de vacunación para ser un país seguro desde el punto de vista sanitario».
Preocupación en Ibiza
En Ibiza, donde el mercado británico es el más importante, el golpe ha sido duro. La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif), Ana Gordillo, no ocultó que era una «varapalo» sobre todo de cara al inicio de la temporada. «Estas medidas son revisables cada tres semanas y ya nos vamos a junio y veremos a ver qué pasa. Nosotros esperamos que de cara a la siguiente evaluación estemos en el semáforo verde, porque la verdad es que no pensábamos que con los datos que tenemos actualmente fuésemos a estar en semáforo naranja».
Gordillo lamentó profundamente que Baleares no se haya tenido en cuenta como una unidad independiente de España y que se esté pagando las incidencias de otras comunidades autónomas: «Se ha hecho un gran trabajo para, con mucho esfuerzo, tener una incidencia muy controlada y todo eso era para empezar la temporada, y ahora vemos que al final todos estamos en el mismo saco y que todo este esfuerzo no nos sirve para empezar la temporada cuanto antes. Lamentamos que esta decisión se haya tomado así teniendo a España como un conjunto».
El gerente de la Fehif, Manuel Sendino, también valoró el anuncio. Este quiso ser «optimista» y habló de un «jarro de agua templada». Aseguró que en cierta medida se podía esperar esta decisión por las incidencias acumuladas de otros territorios españoles, pero que la «esperanza» estaba ahí.
Sendino quiso mirar al futuro y señaló que todo hace indicar que en la siguiente valoración, si las cifras epidemiológicas siguen acompañando, se permitirá a los británicos venir a las Islas. También apuntó que el hecho de separar al archipiélago de la Península es algo que solo está en las manos del gobierno británico.
Por último, ante la posibilidad de que el Reino Unido nunca levantase este veto, Sendino señaló que «no se acabaría el mundo, pero sí sería una temporada muy diferente a la que esperamos».