El diputado de Ciudadanos por Ibiza en el Parlamento balear, Maxo Benalal, aseguró ayer que, hasta la fecha, ningún miembro de su partido, ni de Baleares ni de la dirección nacional, le había solicitado que dejara su acta en la cámara autonómica tras su expulsión del partido.
En este sentido el coordinador de Ciudadanos en Ibiza, Javier Torres, aseguró que esta afirmación no es cierta ya que «se le pidió el acta en el comunicado de expulsión del partido y también lo hizo el secretario nacional de organización, Borja González».
Benalal recalcó, por otra parte, que hasta el momento tampoco hay fecha para debatir y votar en el seno del grupo parlamentario su continuidad o si debe abandonarlo y pasar a ser un diputado no adscrito. En este sentido hay que recordar que la expulsión de un miembro de un grupo parlamentario debe hacerse por mayoría absoluta de sus integrantes.
En el caso del Grupo de Ciudadanos, tal y como recordó Benalal, son cinco integrantes, por lo que haría falta el voto contrario de tres de ellos para alcanzar una mayoría y ser definitivamente expulsado. Algo que, a día de hoy, no sucedería porque contaría con su propio voto, así como el de sus dos compañeros en la lucha por acabar con la portavocía de Patricia Guasp: Marc Pérez-Ribas y Jesús Méndez.
La continuidad de Benalal como miembro de la Mesa del Parlamento autonómico también depende de su permanencia en el grupo parlamentario, aunque existen otras vías como la renuncia expresa a permanecer en este órgano, algo que no va a ocurrir en ninguno de los casos, o la pérdida de la condición de diputado a través de una aprobación por parte del pleno, vía esta que debe cumplir con determinadas condiciones.
Hay que recordar que la comisión de régimen disciplinario de Ciudadanos tomó la decisión el pasado 25 de mayo de expulsar del partido a Maxo Benalal por infracciones muy graves.
Esto conlleva la pérdida de condición de representante institucional de la formación naranja y de la ostentación de cualquier cargo dentro del partido.