La Concejalía de Turismo de Sant Antoni encabezada por Miquel Tur organizó durante la mañana de ayer la presentación de una nueva campaña cuyo lema es Sant Antoni km 0 y que tiene por objeto descubrir a los visitantes de este rincón de la isla la variedad y calidad de su oferta gastronómica.
Entre otros, al acto asistieron Ana Gordillo, presidenta de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, Miguel Ángel Costa, concejal de Agricultura y Pesca del Ayuntamiento de Portmany, Antonio Mancebo, concejal de grupo PSOE-Reincia, Juan Pantaleoni, exconcejal y empresario hostelero y Roberto Sihuay, chef del restaurante Cantina Canalla.
El evento fue orquestado y presentado por el periodista Pablo Sierra, quien presidió una charla en la que intervino el propio Miquel Tur, Joan Castelló, secretario de la Cofradía de pescadores de Sant Antoni, José González, jefe de cocina del restaurante Es Gerret, el joven agricultor Toni Sacorrat y José Miguel Bonet, chef del restaurante Es Ventall.
Para Miquel Tur, Sant Antoni no sólo puede ser visto como un municipio para el ocio nocturno, sino que urge un cambio de modelo turístico para dar a conocer a los productores locales a través de la gastronomía. Entre sus prioridades se encuentra promocionar el municipio como una referencia gastronómica en la que reina el producto local fresco y de calidad. Para Tur, «comer es compartir» y Sant Antoni está en condiciones de ofrecer lo mejor de la «despensa mediterránea» a los visitantes que se quieran ir de él con un buen sabor de boca.
Según el concejal portmanyí, desde que Marcos Serra accedió a la Alcaldía se ha puesto en valor el sector agroalimentario y se ha situado a los agricultores y pescadores como verdaderos héroes, sacándolos del ostracismo en el que se encontraban.
No en vano, se ha creado esta legislatura el Mercat de sa Cooperativa en el que cualquier ciudadano puede adquirir producto local de temporada y comprarlo directamente a los productores, con gran éxito de acogida cada viernes. Tur puso en valor que Sant Antoni dispone de todo lo necesario para enriquecer y diferenciar su oferta gastronómica: cooperativa agrícola, cofradía de pescadores, almazara de aceite y bodegas con vinos de la tierra. De esta manera, Miquel Tur plasmó que su pasión por la cocina (probablemente heredada de su padre) no sólo se ciñe al ámbito empresarial, sino que en el ejercicio de lo público sigue siendo una prioridad.
Por su parte, el chef de Es Ventall, con dos premios Sol Repsol, explicó que una de las claves del éxito de su establecimiento, además de usar una cocina de leña, yace en que el 80% de las frutas y verduras que combina en sus platos han sido cultivadas en su propia finca de Es Broll. Según explicó, ello pasa por «dedicar mi día libre a la finca, pero es un sacrificio muy satisfactorio al ver que los clientes se sorprenden por la espectacularidad de la textura, el sabor y el aroma de un simple gazpacho».
En representación de la Cooperativa de Sant Antoni acudió Toni Sacorrat, un agricultor que dejó la toga de abogado por la azada y se decidió por trabajar su finca familiar en la que cultiva toda clase de productos ecológicos, siendo además uno de los pioneros en la siembra de almendros. Uno de los titulares que dejó el joven agricultor fue que «el campo no es un museo ni un escaparate», sino que se trata de una actividad que le convierte no sólo en payés sino en empresario. Sacorrat reivindicó la agricultura como una alternativa a la industria turística, además de reconocer que se puede complementar con ella perfectamente. En esta línea, en su finca ya trabaja un alumno graduado en Can Marines.
En nombre de los pescadores portmanyins acudió su secretario, quien reivindicó el valor de la posidonia para la mejora de la biodiversidad y la pesca. También consideró que tener unos precios fijos, en lugar de tener una lonja con subasta, ofrece estabilidad y garantías a sus socios, además de hacer lo propio con los restaurantes que van en busca del pescado más fresco de la costa oeste de la isla.
Finalmente, el chef de Es Gerret, José González, hizo un auténtico alegato del pescado fresco y abogó por salir del triunvirato del mero-rotja-gallo para apostar por otros pescados de temporada de enorme calidad como el que da nombre a su restaurante, así como por la sepia, el calamar y la gamba roja de Ibiza. Dijo que el suyo era «un restaurante del pueblo y para el pueblo» en el que se daba una vuelta a la cocina tradicional apostando por la innovación con el producto local como pilar vertebrador. Uno de los méritos de este jovencísimo pero experimentado chef no es tan sólo disponer de una carta llena de sorpresas que combina maneras inimaginables de explorar el producto de km 0, sino embarcarse en un proyecto culinario familiar y rompedor que en menos de dos años se ha convertido en una referencia gastronómica del municipio.
La jornada finalizó con la exposición de un breve vídeo que, en poco más de un minuto, concentra los principales altares de la gastronomía portmanyina: tradición, sabor, frescura, calidad e innovación. Según explicó el artífice de esta campaña, Pablo Sierra, no se van a detener aquí sino que esto es tan sólo el comienzo de una promoción que va a llegar a las revistas especializadas de ámbito nacional e internacional para captar a esos turistas que van en busca de una experiencia gastronómica que vaya más allá de lo común.