El Ayuntamiento de Ibiza modificó su postura de inicial rechazo al proyecto básico de ampliación de la concesión de Marina Ibiza a la empresa SEMAR tras recibir determinadas aclaraciones por parte de los técnicos del ente portuario. Así se desprende del acta de la sesión del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Baleares celebrada el 21 de diciembre de 2016 donde, además, el alcalde Rafa Ruiz condicionaba su voto favorable a que el proyecto ejecutivo variase y no hubiese afectación al espejo de agua del puerto.
Asimismo, según el acta, el primer edil de Ibiza recordó al resto de miembros del consejo de que aún estaba pendiente la aprobación del DEUP de Ibiza y del plan especial, instrumentos que, según manifestó, esperaba que quedaran resueltos a lo largo de la legislatura, algo que no fue así.
Sorprende esta afirmación porque todas las obras previstas tanto en el proyecto básico de ampliación de la concesión como en el proyecto de ejecución eran inejecutables ya que Vila no podía dar las preceptivas licencias de obras.
Los técnicos del entre portuario le recordaron que se trataba de un proyecto básico, no el definitivo, y que «en esta propuesta se trata de una ampliación de plazo y propuesta de inversión, con un proyecto que se puede modificar durante la tramitación. Asimismo, le explicaron que «en el caso de que no se consensúe un proyecto, se verá qué inversión resulta rentable para el concesionario y útil para el usuario del puerto de Ibiza. Lo normal es que el proyecto básico sufra modificaciones y que no sea el que al final se acaba aprobando como proyecto de ejecución».
El resultado final de este acuerdo alcanzado por la Autoridad Portuaria de Baleares con el visto bueno del Ayuntamiento de Ibiza es que el concesionario cambió radicalmente el proyecto básico de ampliación, ya que no se ejecutó la ampliación de la bocana norte, ni tampoco se le permitió mayor ocupación de la lámina de agua.
Por el contrario se concedió a la concesionaria más edificabilidad, es decir, se le permitió construir nuevos edificios (algunos de ellos ya estaban hechos) contraviniendo las bases del concurso público inicial y el PGOU de la ciudad de Ibiza, que prohíbe la construcción en la zona portuaria si no existe un plan especial del puerto de Ibiza aprobado, como todavía es el caso.
Y además se le permite explotar durante casi siete años más, concretamente 6,8 años, la dársena sin mediar concurso público, es decir, a dedo.
Una de las pocas explicaciones dadas por el Ayuntamiento en lo referente a las numerosas irregularidades detectadas en el puerto es que «una vez conocida la propuesta de inversión planteada por SEMAR para la ampliación de la concesión, el Consistorio solicitó formalmente saber si dicha propuesta era vinculante, dado que incorporaba cuestiones, concretamente la ocupación de más espejo de agua, que contradecían los acuerdos sobre la relación puerto-ciudad (que no se llegaron a firmar) y con los que el Ayuntamiento no estaba de acuerdo».
Asimismo, desde la administración local insistieron en que, desde la APB, confirmaron que «la propuesta no era vinculante, ya que tenía carácter de proyecto básico y que podía ser modificada en los detalles concretos cuando se trabajara en el proyecto técnico, como así sucedió».
Nada dicen desde el Ayuntamiento de que, finalmente, el proyecto de ejecución nada tuviera que ver con el proyecto básico aprobado con su voto a favor y que este proyecto de ejecución no pasara por exposición pública, tal y como era preceptivo por haber sufrido una más que sustancial modificación. Tampoco sobre que los nuevos edificios no podían tener licencia municipal.
Desde el equipo de gobierno municipal se limitaron a asegurar que «desde el Ayuntamiento entendemos que el proceso ha sido el correcto y estamos satisfechos de que no se haya reducido el espejo de agua como ha sido siempre el objetivo de esta administración».