El gerente de Ocio de Ibiza, José Luis Benítez, manifestó ayer que en la asociación están «muy contentos» con la decisión de las administraciones públicas de impulsar un protocolo de actuación contra las fiestas ilegales.
«Llevamos mucho tiempo diciendo que había que hacer un cambio legislativo y había que buscar un modo de parar estas actuaciones, porque vemos que se trata de una problemática que ha venido para quedarse», indicó.
Un problema que consideró que debe atajarse cuanto antes, al tratarse de eventos sin ningún tipo de control en los que «seguramente se consumen todo tipo de drogas, alcohol que no pasa ningún control y sorprende que todavía no haya pasado nada grave».
Recordó, además, que este tipo de fiestas suponen un peligro para la salud pública en plena pandemia. «Son eventos que, seguramente, han influido en el aumento de casos de coronavirus en la isla», señaló, dado que se ha detectado la presencia de residentes y trabajadores de la isla en las fiestas.
Alquileres turísticos
También desde la Asociación de Vivientas de Alquiler Turístico de Ibiza (AVAT) manifestaron su apoyo a la lucha contra las fiestas ilegales, «que han hecho bastante daño al sector», al haberse focalizado el problema en las viviendas vacacionales a nivel mediático y político cuando «en la mayoría de las ocasiones se producen en viviendas o casas que no operan en el mercado o lo hacen de forma ilegal», explicó el presidente de la asociación, José Antonio Llano.
AVAT recomienda a todos sus socios la colaboración plena con las autoridades si se produce esta clase de eventos en sus establecimientos. «Nadie quiere una fiesta de esta clase en su vivienda, intentamos evitar que se produzcan, pero en muchas ocasiones se produce una fiesta ilegal en una vivienda turística legal y es importante que los comercializadores seamos los primeros en denunciar».
Añadió, siempre dentro de una completa condena a esta clase de fiestas ilegales, que AVAT recuerda que cualquier turista que se aloje en una vivienda vacacional tiene derecho a usarla y organizar celebraciones familiares y con amigos, siempre respetando las normas de convivencia y las medidas sanitarias actualmente vigentes.
«Las pequeñas celebraciones, como cumpleaños o incluso bodas, no se deben confundir con estas fiestas ilegales en las que se produce una entrada masiva de gente y se venden entradas», recalcó.