El ya más que conocido complejo turístico ilegal Casa Lola volvió a ser protagonista ayer de una de sus numerosas fiestas ilegales que congregó, según informaron fuentes presenciales al Periódico de Ibiza y Formentera, a más de un centenar de personas.
En este caso, explicaron desde el Ayuntamiento de Sant Josep, no les consta que en la madrugada de ayer hubiera ninguna denuncia por ruidos en la zona, pero sí por movimiento de vehículos, por estacionamientos irregulares en caminos y por personas deambulando por la zona, por lo que no se personó ningún agente al lugar.
De cualquier forma, estas mismas fuentes consistoriales adelantaron que, a lo largo de esta semana, iban a facilitar información de trascendencia sobre el complejo turístico ilegal, aunque no avanzaron el contenido de la citada información.
Los vecinos del barrio de Devall sa Serra, donde se ubica el polémico complejo, ya han denunciado en más de una ocasión la «impunidad» con la que se continúan haciendo fiestas ilegales en Casa Lola, que además tiene orden de derribo por haberse construido sin la preceptiva licencia de obras.
Los vecinos aseguraron a su vez no entender cómo «ninguna institución» es capaz de hacer cumplir la ley y las sentencias firmes que recaen sobre el complejo y cómo puede haber «tanta impunidad» con la propietaria de este lujoso complejo turístico «completamente ilegal», en una zona rústica «donde no se puede edificar» y con otra serie de construcciones «ilegales» como piscinas, perforada, apartamentos, discoteca, gimnasio y lavandería, entre otros.
La actividad de fiestas en esta finca ha sido tal que los vecinos hasta han visto como aterrizaba un helicóptero en los terrenos colindantes para dejar gente que iba a uno de estos eventos ilegales.
Entre las molestias que han tenido que sufrir, además, destacaron la creación de un cementerio de coches, restos de obra y basura, el incendio en dos ocasiones del contador de la luz por exceso de consumo y tener que aguantar que el personal de seguridad privada les pida la documentación cuando intentan acceder a sus casas.