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Caso Scala

Antònia Ordinas: «Cardona pretendía ser un santo caído del cielo, que no se había enterado de nada»

Antònia Ordinas, llegando a la cárcel de Palma en 2013. | Archivo

| Ibiza |

Este pasado martes se emitió en Ib3 Televisión el programa Historias B en el que se analizó la figura del ex conseller balear de Comercio, Industria y Energía y presidente del PP pitiuso José Juan Cardona.

En él intervino Antònia Ordinas, ex gerente del Consorcio de Desarrollo Económica de Baleares (CDEIB), quien arremetió duramente contra él con reflexiones como «pretendía ser un santo caído del cielo, que no se había enterado de nada» o «¿qué esperaba Cardona, que todo cayera sobre mí?».

Todo ello llega una década después de su condena por parte de la sección primera de la Audiencia Provincial a tres años y ocho meses de cárcel por su implicación en el caso Scala, una trama investigada por desviar fondos públicos durante la legislatura 2003-2007 (último mandato de Jaume Matas) a través del CDEIB.

«El mismo idioma»
La sentencia también reflejaba una pena de 16 años de prisión para José Juan Cardona. El tribunal ha condenado asimismo a cinco años y cinco meses de prisión al exdirector general de Promoción Industrial del Govern Kurt Viaene.

«Con Kurt y con el conseller (Cardona) nos entendíamos porque los tres hablábamos el mismo idioma», asegura Ordinas en un momento de la entrevista. Como gerente del organismo público CDEIB, Ordinas organizaba viajes de promoción de productos baleares, una iniciativa que aprovecharon para cobrar comisiones a las empresas contratadas. «¿Qué esperaba Cardona, que todo caería sobre mí, o sobre Kurt Viaene? Pretendía ser un santo caído del cielo, que no se había enterado de nada, ni leía nada, i reconocía ninguna de sus firmas. La verdad es que me dio lástima», asegura.

Ordinas rebajó la petición de pena inicial tras colaborar con la Fiscalía y recordó uno de los episodios más esperpénticos de la investigación, el desentierro de las cajas de Cola-Cao repletas de dinero que escondía en el jardín de su casa. «La comitiva no tenía ninguna pala y les presté la mía».

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