Las posturas de los taxistas de Ibiza y del Ayuntamiento siguen estáticas tras la primera reunión desde que se iniciara el cierre patronal. A las 09.00 horas de ayer se produjo el encuentro entre los representantes de las distintas asociaciones del sector y el concejal de Movilidad de Vila, Aitor Morrás.
A las 10.30 horas una treintena de taxistas fueron desde el paseo Vara de Rey a Can Botino para protestar frente a la sede del Ayuntamiento. Hoy está prevista otra movilización motorizada por la ciudad, también a las 10.30 horas.
Reunión con discrepancias
A la reunión de primera hora acudieron los representantes de las ocho asociaciones de taxistas de Vila. En ella los presidentes de varias asociaciones manifestaron su desacuerdo con el calendario de movilizaciones y cierre patronal, al haberse presentado de manera unilateral por parte de la Asociación de Taxistas Autónomos de Ibiza.
El presidente de la asociación El Arca de Ibiza, Julián Povedano, presentó incluso un escrito frente al Ayuntamiento en el que solicitó la «cancelación inmediata» del «periodo de huelga» por este desacuerdo y al considerar los perjuicios que se causan a la ciudadanía.
Algunos presidentes llegaron a pedir la dimisión del presidente de la Asociación de Taxistas Autónomos de Ibiza, Alejandro Cardell, que representa al 63% del sector, por no trabajar para acercar posturas y por su actuación unilateral.
Requirieron por ello un mediador en el conflicto.
En la reunión también se le expuso al concejal de Movilidad, Aitor Morrás, el problema que existe de falta de chóferes y se pidió la convocatoria de nuevos exámenes en el municipio para la creación de una bolsa de trabajadores. Indicaron que si muchos taxis tienen sólo dos empleados es porque no hay más personal disponible.
Alternativas y críticas
El Ayuntamiento ofreció al sector elaborar un nuevo decreto si se alcanza un acuerdo entre las partes. En esta ocasión puso sobre la mesa dos alternativas a la obligación de parar vehículos un día a la semana: la instalación de dispositivos de identificación por biomarcadores o la entrega de un calendario anual de turnos. Ninguna de las opciones fue aceptada.
Los taxistas ya presentaron un calendario «con carencias importantes», según Morrás, motivo por el que se pidió uno nuevo.
Cardell aseguró que seguirán las movilizaciones. Criticó que el Ayuntamiento mantenga el decreto e insinuó que su decisión es para sacar más licencias estacionales. Insistió en que el Consistorio no tiene competencia en la materia para fijar los descansos de una empresa privada, aunque ofrezca un servicio público.
Desde el Ayuntamiento no desmintieron esta posibilidad, «si es necesario conforme a las necesidades del servicio. Los taxistas plantean esto como un problema, puede que lo vean como algo malo para ellos pero no lo es para el resto», indicó Morrás.
En cuanto a la competencia, se remitió a la Ley balear de Transporte, que en su artículo 49.f.ii indica que los ayuntamientos regularán «la normativa relativa a la explotación de las licencias de auto-taxi en relación con los días de descanso, las vacaciones, los turnos de guardia, las excedencias y las actividades auxiliares y complementarias del taxi.
Por el momento no hay fecha para una nueva reunión.