El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, hizo público el domingo por la tarde a través de Twitter que la sede de los socialistas de Ibiza (FSE) había sufrido un acto vandálico con pintadas insultantes. «El discurso del odio avanza y nos señala. No nos dais miedo, seguiremos. Para avanzar en derechos y libertades, por una sociedad igualitaria y para que la ultraderecha no vuelva a gobernar nunca», expresó Rafa Ruiz. La presidenta del Govern y secretaria general del PSIB, Francina Armengol, expresó en su cuenta de Twitter que «ante su odio, democracia y reconocimiento de derechos y progreso social. No nos pararán ni permitiremos que el fascismo avance».
Las reacciones políticas también vinieron de otros partidos. El PP de Ibiza mostró su firme rechazo a este ataque a la sede de los socialistas. «En democracia, el debate en libertad no puede ser coartado por ningún tipo de imposición ni presión cobarde. Toda nuestra solidaridad». En esta misma línea se expresó la líder de los ‘populares' baleares, Marga Prohens, quien se sumó al rechazo a este acto vandálico «intolerable. La unión de todos los demócratas es imprescindible cuando suceden estos hechos». El diputado ‘popular' Miguel Jerez mostró su solidaridad con los socialistas de Ibiza y condenó «todo acto de violencia, se manifieste en cualquier de sus múltiples versiones. La intolerancia y el odio también lo son».
Desde Podemos Ibiza mostraron su «total repulsa» a estos hechos, además de enviar «todo nuestro apoyo frente a los intolerantes que no soportan la democracia y pluralidad de ideas». En esta misma línea se expresó Javier Torres, coordinador de Cs Ibiza, quien afirmó que estos ataques «son a nuestra democracia y a la libertad. Es absolutamente inaceptable. Todo mi apoyo a los compañeros del PSOE de Ibiza».
Roberto Algaba, concejal de Cs en Vila, tachó de «intolerable y asqueroso» las pintadas y afirmó que estos actos «no tienen cabida en nuestra democracia. Todo mi apoyo a los miembros del PSOE de Ibiza».
¿Son terroristas y parásitos o no lo son? Para mí sí lo son. Y lo demuestran con la ley de memoria democrática, que pretende encarcelar a quien no comparta su versión de la historia reciente. Esta ley ha sido apoyada con entusiasmo por Ciudadanos. Y con el mismo entusiasmo aunque con disimulo, por el PP. Por eso se ven reflejados en la pintada los dos partidos.