A Verónica Juan (Ibiza, 1972) le ha tocado presidir una patronal tan importante como Pimeef Restauració en un momento muy complicado. Su sector ha sido de los más perjudicados por la situación de pandemia y las temidas restricciones. A pesar de ello, en la asociación no paran de trabajar tratando de ayudar a los asociados y a nuevos empresarios a mantener y mejorar actividad. Insiste en que a Ibiza le espera un gran futuro gastronómico.
—Desde junio de 2020 es la presidenta de Pimeef Restauració, ¿qué balance puede hacer de todo este tiempo?
—A nivel personal es un balance positivo porque es un puesto de responsabilidad, gratificante, aunque no hemos vivido la época que una se imaginaba por culpa del COVID, que ha fagocitado los proyectos que teníamos. Unos los hemos podido sacar, otros no. Tengo que decir que ha sido un año con mucho trabajo con toda la junta directiva y el personal de Pimeef y nos hemos centrado principalmente en ayudar en todo lo posible. Esperamos poder impulsar en este 2022 todos nuestros planes.
—¿En qué consiste su labor y cómo llegó al cargo?
—Llevaba más de 20 años en Pimeef y había ocupado diferentes cargos. Fue una evolución natural puesto que se fue el anterior presidente, Juan Riera, y di un paso al frente.
—¿Puede avanzar qué planes tenían en la patronal y que la COVID no ha dejado impulsar?
—Nuestra asociación se caracteriza por tener un perfil más empresarial, más operativo, aunque representamos a bares y restaurantes. Lo que queremos hacer es centrarnos en la promoción de la gastronomía, pero también queremos poner en valor herramientas que faciliten la operatividad de las empresas. Las estamos analizando porque creemos que serán importantes y esperamos presentarlas en este Fitur. Creemos que será algo útil para los socios y no socios.
«Venimos de dos años muy malos que no podemos olvidar y noseré yo la que diga quela temporada ha sido fantástica y no pasó nada»
—Usted ha destacado en otras ocasiones la importancia de la puesta en marcha de la Escuela de Hostelería en sa Coma.
—Es clave para dignificar el sector y para poder dar una salida en Ibiza a nuestros jóvenes y que no tengan que marcharse fuera. Hoy en día hay otras opciones en cuanto a formación en hostelería y restauración, pero la escuela será fundamental para ofrecer el nivel necesario. Somos un destino gastronómico a nivel mundial y ello se tiene que traducir en personal cualificado que, hoy en día, debemos importar mayoritariamente. Es fundamental, no sólo para los establecimientos, sino para dar una salida a futuras generaciones. Los plazos, según nos dicen, se están cumpliendo y creo que en junio la escuela debería estar finalizada. Estamos a expensas del Govern para detallar el plan de estudios y dotarlo de contenido.
—Usted también ha señalado que a Ibiza le espera un gran futuro como destino gastronómico, ¿en qué punto se encuentra la isla en este sentido?
—La promoción en este campo siempre ha sido un campo de batalla personal porque había considerado que a Ibiza no se le otorgaba el reconocimiento merecido. La marca es muy potente y debemos estar muy orgullosos por ello. Esto pasa por poner en valor todos los recursos que tenemos. Además, se ha visto un progreso técnico y personal de profesionales de la isla y de fuera que trabajan aquí y estamos haciéndonos notar. Esperamos que esto sea el principio del camino.
—¿Ya se traduce en más visitantes el hecho de que chefs de la isla hayan logrado reconocimientos como las estrellas Michelin?
—Desde luego. Comer bien es un factor diferenciador de un destino. La marca Ibiza atrae desde fuera, aunque quiero destacar la labor de todos los cocineros que trabajan en la isla. Tampoco hay que reducirlo todo al tema estrellas, que están muy bien, pero me gusta destacar todo tipo de establecimientos porque tomarse un café bien hecho también es algo muy importante. No debemos centrarnos solamente en la gastronomía de lujo, sino que hay que pensar que la cocina pasa por muchos factores y cuando nos visita un turista, todo es importante, desde el desayuno hasta una paella en la playa.
—¿Cree que, según dicen algunos, los restaurantes han tenido mejores cajas estos últimos veranos?
—Hay muchos perfiles dentro de la misma actividad. No se puede comparar una zona de la isla con otra y debemos tener en cuenta que, dentro de la restauración, podemos hablar desde un bar de polígono a un restaurante con estrella Michelin. Sí es cierto que ha habido actividad, pero no todas las zonas han funcionado igual. La temporada empezó tarde y veníamos de meses de cierres, con una actividad nula. Venimos de dos años muy malos que no podemos olvidar y no seré yo la que diga que la temporada ha sido fantástica y aquí no ha pasado nada.
—Tristemente, se habrán quedado muchos por el camino.
—Siempre hay alguien que se queda y es muy frustrante no poder ayudar porque son sueños rotos. Bajar una persiana definitivamente son deudas que hay que abonar y creo que las instituciones y el Gobierno tienen una asignatura pendiente con el empresario que no ha podido sacar adelante su negocio. No olvidemos que hay mucha gente con muchas deudas y sin ninguna solución y ello merece un análisis profundo y, sin duda, una ayuda.
—¿Cuál es el balance de las Navidades para Pimeef Restauració?
—Se esperaba mucha más actividad durante las fiestas, pero la subida de los contagios y los rumores de restricciones la frenaron un poco, también el pasaporte COVID. Hemos visto cancelaciones, cambios de número de comensales y el tema de las cenas de empresa no acabó de arrancar. Ha habido más actividad que el año pasado, pero dista mucho en comparación con un año normal.
—¿Cuáles son los principales temores para el sector en estos momentos?
—Todo lo que sea huir de restricciones, lo voy a apoyar. Sé que el pasaporte COVID no le gusta a todo el mundo y es un engorro para el personal, además de que hay mucho cliente que no está de acuerdo con él, pero los esfuerzos deben centrarse en evitar las restricciones. No podemos, bajo ningún concepto, volver a acatar restricciones de horarios o de aforos o incluso el cierre total. Ese camino no se lleva porque es insalvable económicamente y así, todo lo que sea evitar ese tipo de restricciones contará con nuestro apoyo. Queremos trabajar y que se nos permita. Todo lo que sea mantener actividad es positivo.
—Si un empresario le dice que quiere abrir ahora un restaurante, ¿qué le diría?
—Primero, que lo haga de una manera muy planificada y organizada. Desde Pimeef ofrecemos este servicio para la puesta en marcha de nuevas empresas, con planes de financiación y de negocio. Las cosas hay que pensarlas mucho, pero también digo que sí. Si uno tiene ganas, debe hacerlas, aunque hay que pensar estas cosas y planificarlas de manera profesional. También digo que no habrá mejor sitio del mundo que Ibiza para abrir un negocio nuevo. Es una ilusión, es plasmar una idea que se ha tenido y, si se hace bien, cualquier momento es bueno para abrir un negocio de restauración. La ilusión mueve montañas. Es hora de darse cuenta de que tendremos que convivir con el virus y hay que empezar a volver a mostrar una actitud normal ante la vida y ello pasa por la puesta en marcha de nuevos proyectos, puesto que muchos se han quedado parados en estos últimos años.
—¿El producto local ha logrado ya el reconocimiento merecido?
—Ha adquirido un protagonismo que es el que merece, aunque no lo tenía antes. Desde Pimeef hemos trabajado mucho en promocionar el producto local, que pone en valor el trabajo de agricultores o ganaderos. Hace también que nuestra gastronomía sea única. Vivimos en un mundo muy globalizado y debemos buscar los factores que nos diferencian. Junto al Consell d'Eivissa tratamos de promocionar el producto local, no sólo en la restauración, sino también entre la población en general.