Como de costumbre, las lluvias caídas en Ibiza el viernes forzaron desde la antigua depuradora la suelta del agua, que este sábado por la mañana permanecía estancada en el torrente de sa Llavanera.
Aspecto del torrente y de las alcantarillas desbordadas, este sábado por la mañana. Vídeo: Toni Riera.
Una chica de la zona, colombiana, dijo que se trataba de algo «horrible, con unos olores impresionantes», y no espera que la situación esté resuelta hasta dentro de dos o tres días como mínimo.
Parecida opinión tenía el italiano Lanfancro Fabro, para quien, en 24 años que lleva en la isla, «nunca ha mejorado la cosa». Fabro reconoció que se han hecho algunos trabajos, pero consideró que son, «casi siempre, inútiles», ya que no dan «una posibilidad de fuga al agua». En invierno, declaró, aparecen por la zona muebles o sacos de basura, aunque, en realidad, «un poco de todo». En verano, empero, en su opinión, lo peor son los mosquitos que acuden al agua estancada. En ese momento, mientras una chica se pintaba la cara en el interior del coche, un hombre que pasaba por ahí mostró su postura con cierta desazón. «Llevo 20 años aquí y 20 años lleva esto igual», añadió, para, a continuación, lamentar que «no hay nadie que lo arregle».
Aspecto del torrente en una de sus caras. Foto: Marcelo Sastre.
Para Paco Costa, «es una vergüenza que, cada vez que caen cuatro gotas, suelten la porquería», igual que, según dijo, se hizo el viernes. Este vecino repitió que es lamentable no tener «una depuradora como dios manda», de tal manera que están siempre con los malos olores y con toda esa agua sin depurar allí estancada. Al contrario que este –para quien el cemento del torrente es contraproducente–, Iván Soriano subrayó que, al menos, al haber quitado las malas yerbas y haber asfaltado el suelo, «hay más fluidez del agua». Pese a ello, reconoció que los vecinos están «molestos» y criticó que el asunto «no termine de solucionarse, porque nadie hace nada». Así, este vecino lamentó que, en ocasiones, las cañerías explotan y debe regresar a casa para coger un calzado más adecuado para las inundaciones. Además, añadió, «hay que aguantar el olor, que es lo peor». Como el chino John Lee, quien, tras seis años en Ibiza, aún no comprende «por qué no lo solucionan todo de una vez, porque pasa lo mismo cada tres o cuatro meses».
Iván Soriano muestra uno de los lugares donde el agua se queda estancada. Foto: Marcelo Sastre.
Vila y el Govern
Preguntado al respecto por Periódico de Ibiza y Formentera, Vila echó balones fuera y recordó que las competencias no pertenecen al Consistorio, sino a la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua).
Sin embargo, fuentes del Govern atribuyeron el episodio del viernes a «la falta de separación de las aguas mixtas, que producen una entrada mayor que la que es capaz de soportar la depuradora cuando llueve».
Según estas fuentes, en varias ocasiones se han reunido con los ayuntamientos de Ibiza para encontrar soluciones a los problemas de la red de saneamiento y la conclusión fue siempre la misma: que había que intensificar la limpieza cuando se produjeran vertidos de aguas mixtas para evitar al máximo las molestias a los vecinos.
Una imagen de los efectos del agua. Foto: Marcelo Sastre.
Desde la Agencia, sin embargo, afirmaron que seguirán insistiendo en «la necesidad de hacer una red de separación para las aguas fecales y las pluviales».
No obstante, estas fuentes resaltaron que esta falta de separación «no es un problema exclusivo de la ciudad de Ibiza», ya que a la depuradora también llegan colectores unitarios procedentes de los municipios de Sant Antoni y de Santa Eulària.