Jesús Sainz Hernández (La Rioja, 1958), vino a Ibiza en 1981 para buscar trabajo de temporada en la hostelería. Lo encontró y en sólo un año ya estaba viviendo en Ibiza con su mujer. «No sé cuando te dan el carnet de ibicenco, pero yo ya me considero de la Isla», bromea. La Asociación Ocio de Ibiza lo ha elegido como presidente para los próximos dos años en el momento en que ha iniciado la senda hacia su jubilación. Asegura que esto le permitirá dedicarle más tiempo a la asociación.
—Ibiza es de los pocos destinos de ocio que ha mantenido el cierre de sus discotecas dos años, quizás el único, ¿han ganado o han perdido relevancia internacional?
—Nosotros creemos que no hemos perdido interés. Hemos querido mantenernos un poco al margen de esas especulaciones de que Ibiza iba a desaparecer o que otros destinos turísticos nos iban a comer porque no estaban tan sensibilizados con la situación que ha generado el covid como nosotros. Hemos priorizado la salud antes que nada, no se nos ha ocurrido abrir una discoteca cuando era imposible abrirla, en cambio otros destinos han logrado más permisividad. Es verdad que esta situación ha tenido un impacto y alguna empresa ha caído. Sin embargo estamos convencidos de que fue una decisión acertada y este verano se verá nuestro resurgimiento. Los mejores dj quieren seguir viniendo a Ibiza, descubrimos y encumbramos talento. Ibiza va a seguir marcando tendencia.
—¿Qué expectativas hay respecto a ese resurgimiento?
—Las expectativas son muy buenas, pero tampoco queremos caer en un optimismo exagerado. La gente tiene muchas ganas de salir y sabemos que a nivel internacional existen muchas ganas de Ibiza. Esperamos que sea una buena temporada, pero tampoco queremos que sea una temporada en la que se desborde la demanda y no podamos atender bien a la gente. Lo que queremos es dar un buen servicio y que se vuelva a la normalidad.
—Me decía que algunos se han quedado por el camino, ¿qué porcentaje dentro del sector?
—No tenemos los datos. Los negocios que no han podido seguir han sido los que estaban hipotecados o empezando. En general, lamentablemente, han sido los más pequeños. Las empresas consolidadas a través de los ERTE y el resto de medidas han podido mantenerse. Esperemos que a partir de ahora podamos recuperar.
—¿Esta recuperación puede implicar un aumento de precios esta temporada?
—No. El que caiga en esa tesitura creo que se equivoca. Ibiza ya es un poco caro y la situación está como para normalizar, no para subir.
—La actitud del ocio de Ibiza ha sorprendido por su ejemplaridad, ¿qué ha motivado ese sosiego cuando tantos sectores se tiraban de los pelos?
—Sencillamente no podía ser de otro modo. Nosotros no podemos ir contra corriente frente a la realidad sanitaria. Hubiera sido un suicidio a nivel de trabajadores, de empresas y tampoco las autoridades lo hubiesen permitido. Lo lógico y lo sensato era alinearse con las recomendaciones sanitarias y con las autoridades. Había que colaborar en una situación así y lo hemos hecho lo mejor que hemos podido.
—¿Cómo va a afectar la situación sanitaria a esta temporada de regreso?
—Primero, apostar por la calidad y no por la cantidad. No podemos ni queremos masificar. No es lo mismo una discoteca que un restaurante espectáculo, pero vamos a hacer un esfuerzo especial por cumplir aforos. Por otra parte, es evidente que la pandemia ha cambiado nuestra forma de relacionarnos. En los locales que han podido abrir se han implantado protocolos estrictos de limpieza y distribución de espacios para clientes. Siempre vamos a priorizar la salud y acatar lo que se nos indique, aunque todo apunta a que podremos abrir con el 100% de nuestro aforo y sin restricciones.
—¿Algo de lo que se ha implementado estos años por la situación sanitaria se va a mantener?
—Creo que las autoridades estarán más encima de nosotros para que cumplamos, pero por lo demás, como decía, todo apunta a que volveremos a la normalidad que existía antes de la pandemia.
—¿Cómo va la búsqueda de trabajadores?
—Es un tema complicado. Desgraciadamente el precio de la vivienda en Ibiza es un handicap muy grande. Otro es que muchos trabajadores que llevan dos años sin venir a Ibiza por la pandemia han dejado sus viviendas aquí. Ahora volver es complicado. Muchos han buscado trabajo en la Península y no va a ser fácil. Algunos están intentando ofrecer alojamiento, pero no todas están preparadas para ello. Creemos que las autoridades deberían afrontar este problema de forma decidida.
—¿Los sueldo son suficientemente atractivos para venir a trabajar a la isla?
—En hostelería se paga bien. El sueldo es sin duda mejor que lo que se paga habitualmente en la Península. Pero con un precio exagerado de los alquileres mucha gente se ve obligada a compartir piso o incluso no le renta venir aquí a hacer temporada.
—¿Volveremos a ver este verano un aluvión de fiestas ilegales?
—Seguro, desgraciadamente. Pero no es un problema de ahora. Nosotros llevamos años denunciando este tema, pero con la pandemia se ha hecho evidente que es un problema gravísimo. Como hemos repetido estos años, las fiestas ilegales han llegado para quedarse porque son un negocio que mueve mucho dinero y no hay control. Promotores y proveedores no declaran ese dinero. En las fiestas ilegales nadie se responsabiliza de nada y eso es además un grave problema de seguridad. Pero vemos que no hay medios. Sabemos que las autoridades buscan un consenso para aprobar un cambio normativo que dé herramientas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para poder actuar y desde luego nosotros colaboraremos en todo lo que podamos.
—¿Qué opciones habéis planteado para poder hacer frente a este problema?
—Básicamente dos: que se soliciten más medios en la época que existe este problema, fundamentalmente en verano; y por nuestra parte colaborar con toda la información que nosotros tengamos. Pero no es fácil.
—¿Es fácil detectar a personal o negocios que trabajan con la industria reglada y también lo hacen para la ilegal?
—Nosotros, tanto a nivel de asociación como de cara a las administraciones, nos hemos comprometido a que cualquier empresa de distribución, disc jockeys o cualquier colaborador que sepamos que participa en esta clase de fiestas, evidentemente los vetaremos e informaremos.
—¿Qué atrae de unas fiestas más caras y menos seguras?
—Todo lo que se mueve dentro. En una fiesta en la que no hay control se mueven otras cosas que no son legales.
—Este año las discotecas abren antes de lo que era habitual, ¿es un experimento o pretenden consolidar esta tendencia?
—No es una prueba, es una oportunidad. Después de dos años de parón va a ser complicado, pero ya están sentadas las bases para abrir antes, entre el final de abril y el principio de mayo. Además vamos a intentar estirar también por el final y que la temporada acabe entre final de octubre y principios de noviembre. La intención es esa y veremos si responden los touroperadores y las compañías aéreas.
—¿Cómo va la venta de entradas para ese arranque?
—Por lo que yo sé muy bien, se están cumpliendo con creces las expectativas. Para todo el sector turístico será algo muy bueno, porque la Semana Santa cae a mediados de abril y la apertura de las discotecas dará un poco de continuidad a ese inicio de la actividad.
—¿Cómo encaja el ocio nocturno en el cambio de modelo turístico que ya se está impulsando desde las instituciones?
—Creo que nosotros aquí en Ibiza ya estamos a la altura e incluso por delante de todo lo que se está proponiendo. Hablo de todas estas medidas de sostenibilidad y circularidad. Creo que debemos orientar el negocio hacia la calidad. Debemos dejar de contar visitantes y mirar más al impacto económico que tienen y que se reparta entre la oferta complementaria. Ibiza no es sólo ocio diurno o nocturno. Es gastronomía, es cultura, es sol y playa, es paisaje, es cultura, es patrimonio, es deporte... Tenemos una oferta realmente atractiva. Ibiza está fuera de mercado por precios y funciona. El mundo del ocio no quiere ser el protagonista, es una oferta más, pero creo que se debería tener en cuenta que somos líderes mundiales en nuestro sector. Tenemos los mejores y más premiados locales del mundo y ese es un valor que se debe tener en cuenta y valorar. Hay muchos empresarios y sus plantillas que trabajan duro para estar a la vanguardia, es un valor que no se debe despreciar.
—¿Hacia dónde va el ocio de Ibiza?
—Debemos tener que el ocio integra no sólo las discotecas, aunque a veces se nos quiere poner la etiqueta de representar sólo a las discotecas, pero la restauración, los beach clubs o las playas son también negocios que están en nuestra asociación. Pero creo que va a crecer la industria hacia el restaurante espectáculo, es un tipo de negocio que vamos a ver crecer.