Durante los primeros años de vida, los bebés se encuentran en la etapa sensorio-motriz y aprenden a través de los sentidos y la acción, imitando y jugando. Si buscamos un desarrollo integral del niño, una opción es adentrarlo en el conocimiento de la música.
En el Patronato Municipal de música de la ciudad de Ibiza hace ocho años que se acerca la música a los niños más pequeños mediante la estimulación musical temprana para que los bebés de cero a tres años vivencien la música acompañados de sus padres o madres.
De un total de 33 escuelas municipales de música que hay en Balears, solamente dos ofrecen estos servicios para bebés con edades tan tempranas: el Patronato Municipal de Ibiza (Can Ventosa) y la Escuela Municipal de Música de Palma.
«Burbujas musicales»
Isabel Albadalejo es la profesora que imparte las clases en Can ventosa y comenta al Periódico de Ibiza y Formentera que «las clases son burbujas musicales donde se utiliza únicamente la voz cantada para llegar de forma más directa al interés del bebé. La voz es el sonido que ellos han escuchado desde que están en el interior de la madre. Es la que más llega a las personas por la sensibilidad que ofrece. Las sesiones se basan en los principios de la MLT de Edwin Gordon; se realizan actividades y juegos basados en canciones y movimiento. El movimiento siempre va unido a la música, de igual manera que vivir va unido a respirar».
Son clases de 50 minutos y se imparten un día a la semana. Con los años de experiencia, Isabel explica que ha observado «cómo niños que de bebés estuvieron en las clases de estimulación musical temprana han crecido disfrutando de la música y con muchas facilidades para expresarse» y eso le hace creer en esta forma de educar, según explica. «Es una labor muy amena en la que las familias se lo pasan igual de bien que los hijos. Las clases aportan mucha riqueza a las relaciones de los padres con el niño», precisa Albadalejo.
Aumenta la autoestima
La estimulación musical temprana desarrolla aspectos relacionados con el aprendizaje del lenguaje, incrementa el vocabulario musical del niño, facilita la retención memorística y le da un carácter placentero al aprendizaje. También aumenta su autoestima y desarrolla su oído musical. Ofrece estímulos con el fin de que sus neuronas realicen las máximas conexiones posibles y que la zona del oído quede poblada de neuronas.
Es una metodología que en Can Ventosa puede tener continuidad. «En la Escuela Municipal de Vila se puede llevar a cabo desde los cero a los siete años y eso es muy interesante para el desarrollo íntegro del niño, ya que es una etapa idónea para desarrollar su pensamiento musical. Podrán disfrutar de la música, entenderla, crear sus propias respuestas musicales o crear conversaciones musicales. Conforme el niño vaya madurando aprenderá a apreciar y a tomar parte de aquella que considere buena», concluye Albadalejo.