Una jornada más se repite la situación que sufren quienes viven y trabajan en los alrededores del torrente de sa Llavanera cuando caen unas gotas de agua en Vila. Como si del ‘día de la marmota' de la película de Bill Murray se tratara, la situación en la que queda este torrente se podría catalogar como el ‘día de la mofeta'.
Si el pasado martes la noticia era un vertido de fecales debido a la acumulación de elementos arenosos en el pretratamiento de la depurador de Ibiza, ayer los vecinos volvieron a manifestar sus quejas por el estado en el que se encuentra la zona del polígono, que no abandona el pestilente olor que desprenden los vertidos procedentes de la depuradora.
Las quejas no solo se enfocan en los continuos vertidos e inundaciones cada vez que aparece la lluvia: el estado de abandono del firme, con grandes socavones, o los cúmulos de porquería que permanecen en los márgenes de las aceras son otras de las denuncias de los vecinos y trabajadores de la zona.
Lodos y socavones
En el concesionario de Nissan es una de las empresas que vive en primera línea las inundaciones de esta zona. Jordi Cardona trabaja en esta nave y expresa su indignación, no solo por las continuas inundaciones, si no por el estado de la calle que recorre una parte de la nave del concesionario. «Estamos siempre igual. Hace unos días que llovió, se volvió a inundar la calle como siempre y ahora sigue todo lleno de fango, por no decir mierda, y con una peste insoportable», se quejaba Cardona. «Los clientes aparcan fuera, se llenan las ruedas de porquería y cuando entran en el taller imagínate cómo lo dejan», aseguraba.
Además extendía sus quejas al estado de mantenimiento en que se encuentra la calle Francesc Llaudes Pineda: «La calle está rota con tanta inundación, el asfalto salta y está lleno de socavones bastante grandes». Explica que se ha intentado poner en contacto en reiteradas ocasiones con el Ayuntamiento y que «ni siquiera nos hacen caso desde la Línea Verde. Estamos hartos de intentar ponernos en contacto con el Ayuntamiento y ni nos contestan a los emails, ni nos cogen el teléfono» se lamentaba Cardona.
Perfumes de lujo
Mar Volpe tiene una boutique de perfumes de lujo muy cerca del torrente y se muestra resignada respecto al estado de la zona. «Parece que no se preocupan por esto», insistía.
Reconoce que el hedor de los vertidos de la depuradora «a veces llega hasta la tienda, menos mal que tenemos la puerta siempre cerrada y el local muy bien perfumado».
Pérez vive en la zona y no es la primera vez que debe atender a los medios por el mismo problema. «Es que es lo de siempre, y aquí seguimos: luchando contra la mierda. Ayer mismo (el martes) estuvieron limpiando y mira como está, no entiendo como no meten mano desde el Seprona o desde dónde haga falta para solucionar el problema». El vecino reconoce que la presencia de equipos de limpieza es habitual. «He llegado a ver hasta tras camiones limpiando y no entiendo cómo sigue todo de esta manera: aquí está lleno de negocios y de gente viviendo y que lo tengan de esta manera es incomprensible. No sé hasta qué punto esto debería poderse denunciar de alguna manera, no se entiende». Pone como ejemplo de los perjuicios que les provoca esta situación «el olor que se le quedó al coche de mi mujer nada más comprarlo». También señala al mal estado de la calle. «Es que ni siquiera arreglan los baches», que relaciona con las continuas inundaciones.