Con sus entusiastas explicaciones, el director del Cor Ciutat d'Eivissa, Miguel San Miguel, consiguió en pocos minutos que las voces de más de 400 personas sonaran como una sola y el éxito fue tal que hasta hubo bis.
El tema Dona Nobis Pacem (Danos la Paz), del conocido compositor Wolfang Amadeus Mozart, resonó ayer a los pies de las murallas en un acto único: la unión de todos los grupos corales que existen en Ibiza.
La iniciativa Cant per la pau surgió de Ana Solana y Leticia Unzain, quienes consiguieron que decenas de personas se implicaran en el concierto con un objetivo claro: pedir la paz en Ucrania.
De hecho, la comunidad ucraniana en las Pitiusas tuvo un papel protagonista en el evento de ayer. Natalia y su hijo, recién llegados a la isla procedentes del país en guerra, explicaron cómo habían sido sus primeros días en Ibiza y cómo no pensaban en otra cosa más que en volver.
Mariana, una de las portavoces de la asociación de ucranianos, lamentó la angustia que siguen teniendo sus compatriotas frente a un conflicto «que nunca pensamos que fuera a comenzar». También destacó la ayuda que prestan a los ucranianos recién llegados, muchos de los cuales salieron de sus casas literalmente con lo puesto.
Cant per la pau comenzó con las palabras del alcalde de Vila, Rafa Ruiz, y continuó con la intervención del sacerdote de la comunidad ucraniana en Ibiza, el padre Dmytro Kyiashko, quien destacó la importancia de los diferentes tipos de apoyo que están recibiendo. «Pido oración por la paz en Ucrania, por la paz en el mundo», afirmó ante los centenares de asistentes.
En otra de las intervenciones, un niño recordó que «normalmente, las canciones se utilizan para celebrar, unir, festejar. Hoy es todo lo contrario. Nosotros hoy cantamos a la esperanza porque deseamos con todas nuestras fuerzas que los conflictos que hay en el mundo se resuelvan».
Con gran emoción, Ibiza se unió ayer para pedir la paz.