Santa Eulària volvió a vivir ayer el Domingo de Resurrección con la celebración del Santo Encuentro, una de las procesiones más deseadas por el municipio tras dos años de ausencia de su Semana Santa. Desde primera hora de la mañana, cientos de vecinos se aglutinaron en torno al recorrido de las imágenes de Cristo Resucitado y de Nuestra Señora de la Esperanza. En total, según Vicente Juan, cofrade de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Esperanza, la celebración albergó a más de 500 personas en el centro de la localidad.
«Si tuviéramos que elegir, de entre todas, una procesión de Semana Santa, nos quedaríamos con la del Santo Encuentro», destacó Rosa Marí, vecina del municipio, mientras observaba cómo la Agrupación Musical Santo Cristo Yacente acompañaba a la figura del Santísimo Cristo Resucitado a ritmo de cornetas y tambores.
Ambas imágenes, que partieron de la capilla de Lourdes y de la calle Sant Vicent, siguieron con fervor el paso lento y acompasado de los cofrades y costaleros que ayer portaban los tronos. El momento del encuentro entre ambas figuras, en la plaza de España, que emocionó a muchos de los fieles congregados en la procesión, provocó gestos de asombro en algunos turistas que ayer se encontraban en las terrazas de Santa Eulària.
«Es la primera vez que vivo esta tradición aquí en España. Es increíble la pasión que pone todo el mundo», destacó la alemana Marie Weber durante el recorrido. Sin duda, una de las escenificaciones que más sorprende a los visitantes extranjeros es la presencia de las viudas vestidas de luto, de negro y ataviadas con peineta y mantilla blanca, durante las procesiones de Semana Santa.
«No es solo lo que se ve en los desfiles, la organización y la preparación de las procesiones suponen mucho esfuerzo y trabajo durante semanas», subrayó Vicente Juan al mismo tiempo que las figuras salían en procesión hacia la iglesia del Puig de Missa.
Este último recorrido, que finalizó a las 11:00 horas con la misa de Pascua en esta parroquia, puso el broche final a uno de los desfiles solemnes más emblemáticos de Santa Eulària. Y, así, entre pasión, aplausos y fervor, la localidad volvió a celebrar el Santo Encuentro dos años después.