Ni el alcalde de Vila, el socialista Rafa Ruiz, ni su mano derecha en el Consistorio, Elena López, fueron ayer capaces de explicar durante el Pleno correspondiente al mes de abril la política de inversiones que sigue el equipo de Gobierno durante la actual legislatura. El portavoz del PP, José Vicente Marí Bosó, llevó esta cuestión a la sesión en forma de moción de control. Una moción que aprovechó para alertar de que, de seguir así las cosas, Ibiza podría perder algunas ayudas procedentes de fondos europeos.
Marí Bosó recordó que, en los siete años de gobierno de Ruiz, la media de ejecución de las inversiones previstas ha sido del 33%. Pero destacó especialmente lo sucedido en 2021, cuando el Consistorio solo invirtió un 22% del dinero previsto en los presupuestos. «Mucho titular y mucho humo», señaló el portavoz del PP, «hablaron de invertir 26 millones de euros y al final solo ejecutaron 5,5 millones».
El popular, que recordó que el PP ofreció en su día un pacto por la inversión al Gobierno de Ruiz, calificó de «preocupante» la situación de las inversiones dependientes de los fondos europeos de desarrollo sostenible conocidos como EDUSI. En este sentido, Marí Bosó recordó que estaba previsto invertir entre 2019 y 2023 un total de 17 millones de euros. Sin embargo, «a finales de 2021 solo se habían invertido 2,1 millones». Algo que definió como «un fracaso». Sobre todo considerando que Vila está obligada a hacer estas inversiones para recibir 8 millones de euros de los fondos EDUSI.
Marí Bosó aseguró que la ciudad «puede perder la financiación de los fondos europeos» por culpa de la «ensaladilla de proyectos»que, en su opinión, mantienen Ruiz y Elena sin sacar adelante. El edil se refirió también a los fondos extraordinarios que recibe la ciudad a través de la Ley de Capitalidad y lamentó que, en este área, «lo único tangible es la compra del solar del antiguo hospital de Dalt Vila».
Controvertida contratación
No quedaron ahí las críticas del edil. Marí Bosó señaló también la creación de «un chiringuito para un empleado auxiliar», en referencia a la controvertida contratación del también socialista Vicent Torres Benet. Esta oficina se justificó en su momento con la excusa de gestionar los proyectos financiados con dinero de la UE. Proyectos que, denunció Marí Bosó, «están todos pospuestos». Una crítica similar dirigió hacia la creación de una oficina técnica para la reconversión de la E-10 en una avenida.
Sobre los fondos Next Generation, fue también contundente el portavoz de los populares. Y es que Vila solo ha presentado siete proyectos para una financiación de 20 millones de euros. De estos, «les han denegado dos» y otro es compartido con el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Los tres restantes, y de cuya financiación aún no se sabe nada, son los relacionados con la movilidad ciclista en la ciudad, ola «renaturalización»de Vila y la reforma de la calle Pere Francés, «después de tenerla siete años como si fuera Sarajevo en guerra».
La teniente de alcalde Elena López, por su parte, dedicó más tiempo a defender la contratación de Vicent Torres Benet que a dar respuesta a las denuncias de Marí Bosó. López exigió al popular que no hiciera «demagogia» y le recordó que «se llenó la boca con que el PP nunca entraría en el debate de los cargos de confianza y sus salarios». La socialista aseguró que «es completamente democrático» contratar a asesores. Y no dudó en recordar la crisis del PP que dio al traste con la presidencia de Pablo Casado como forma de atacar a los populares de Vila: «En su partido tuvieron una gran crisis por culpa de los chiringuitos».
Sobre la reconversión de la E-10, López recordó que se trata de «una apuesta» en la que también participa el Consell d'Eivissa, presidido por el popular Vicent Marí y alabó al alcalde por haber logrado que «tres instituciones vaya de la mano» en este proyecto.
Sobre los fondos EDUSI, finalmente, se escudó en la dificultad de su tramitación para la ralentización de los proyectos a financiar. Y explicó que Vila ha ejecutado hasta ahora un 14% de las inversiones previstas, mientras que la media en España es del 8%.