El director insular de Turismo, Juan Miguel Costa (Ibiza, 1977), defiende la potencia de la marca Ibiza y celebra los datos de reservas que desde hace meses se están registrando.
—Como responsable de la promoción turística de Ibiza, ¿qué balance puede hacer de esta etapa en el Consell d´Eivissa?
—La valoración siempre es positiva. Es todo un aprendizaje, un curso acelerado, aunque tristemente no me he podido centrar en lo que me gusta -que es el turismo- porque hemos tenido que capear todo el tema sanitario que, por desgracia, nos ha afectado en estos últimos dos años.
—A pesar de ello, ¿ha podido llegar a desarrollar los planes que tenía previstos?
—Estamos trabajando en algunos. El que más ilusión me produce es poner en marcha el Plan de Marketing y muy pronto habrá noticias al respecto. Ahora se está acabando de redactar el borrador después de unas primeras negociaciones con el sector y lo que pretendemos es encontrar la máxima colaboración posible con otros colectivos y partidos políticos para que todos puedan decir la suya, tratando de tener un documento lo más consensuado posible.
—¿Qué objetivos persigue este Plan de Marketing?
—Básicamente, se trata de definir dónde estamos ahora para saber qué es lo que queremos ser o dónde queremos situarnos dentro de tres o cuatro años. Además, pretende detectar qué necesidades hay en la isla en cuanto a productos turísticos o cuáles tienen un mayor potencial, priorizando los que puedan funcionar mejor. También, tratará de marcar las pautas, la hoja de ruta, para poder desarrollar toda esta oferta.
—¿Con qué sensaciones arranca la temporada para usted?
—Oficialmente, es verdad que comienza hoy 1 de mayo. Oficiosamente, se inició el 1 de abril cuando ya tuvimos a nuestra disposición una conectividad aérea muy potente. De hecho, no recuerdo una conectividad, tanto nacional como internacional, tan potente como la de este año. También quiero destacar la conectividad marítima, que siempre mejora año tras año. Con todo ello, que la Semana Santa haya sido a mediados de abril, que haya habido tantos eventos deportivos con multitud de participantes, ahora las aperturas de las discotecas. Hemos tenido un abril muy interesante en cuanto a ocupaciones y en cuanto a número de visitantes. Incluso, me sorprendió que en Semana Santa se asegurara que solo estaba abierto el 10% de la planta hotelera. Tenía la sensación de que era mucho más. Es verdad que los agroturismos estaban también abiertos y con porcentajes de ocupación bastante importantes. Tengo la sensación de que se ha visto mucha gente y ganas de viajar a Ibiza fuera de la temporada.
—Por lo tanto, satisfecho con el mes de abril.
—Creo que ha sido un mes bueno, dentro de la coyuntura actual y de que no estamos en temporada. Además, venimos de dos años en los que la gente no ha podido viajar y hay muchas ganas de hacerlo. El hecho de que ‘Ibiza' sea esta marca tan potente, y de que estemos tan cerca de las principales ciudades europeas, nos ayuda también y nos beneficia mucho. No hay que olvidar tampoco que este invierno hemos tenido conexiones diarias con Reino Unido. También, con Holanda o Francia. Hemos tenido un movimiento en invierno que se ha trasladado al mes de abril y creo que la temporada será muy similar a la de 2019. Lo digo con la boca pequeña porque siempre hay factores externos que nos pueden perjudicar.
—El objetivo será alargar la temporada hasta noviembre.
—Sin duda se podrá conseguir con las competiciones deportivas o eventos culturales. Hay contenido fuera de la temporada alta que está ayudando poco a poco a lograr este objetivo. Si queremos alargarla, debemos hacerlo por los extremos. En los meses de comienzo y final de temporada es donde tenemos que invertir más a día de hoy para que la gente vaya descubriendo que tenemos una temperatura fantástica y que la isla está abierta no solo de mayo a octubre, sino también en marzo o noviembre.
—¿Qué datos de reservas manejan a día de hoy?
—Son similares a las del año 2019. Hay algún mercado como el alemán al que le costó más arrancar por el conflicto en Ucrania, algo que provocó también un parón en otros mercados. Hasta la fecha, hablamos de un volumen de reservas similar al de 2019, aunque es cierto que los hábitos de consumo del cliente han cambiado. Antes se hacía todo con un poco más de previsión y ahora la gente compra más en el último momento y, además, las políticas de cancelación también han cambiado. Aun así, no se ha producido un gran volumen de cancelaciones en abril y quiero pensar que las que hay para los próximos meses se harán efectivas pronto.
—En cuanto a nuevos mercados, ¿qué puede decir?
—Me llama la atención el mercado holandés, que no para de crecer. Además, hay mucho turismo de este país durante todo el año e incluso están invirtiendo en negocios o alquileres en la isla. También me llama la atención el mercado belga, el suizo o el francés, puesto que registraron una importante subida el pasado año que esperamos ahora consolidar. Hay otros mercados como el norteamericano para el que hemos llevado a cabo algún acto en ciudades como Nueva York. Además, este año habrá desde junio un vuelo directo entre Nueva York y Mallorca. La marca Ibiza es allí muy potente, muy conocida, y estamos ilusionados por el hecho de que comiencen a venir y a descubrir nuestra isla.
—Otros destinos serán ahora más competitivos.
—La competición es feroz. Poco a poco, otros destinos se van espabilando ya que todos saben que el turismo supone una fuente importante de ingresos. Tenemos la suerte de contar con una marca muy potente e incluso, cuando se la ha maltratado, sigue dándonos alegrías, pero no podemos parar de invertir y continuar realizando acciones, dejar de innovar. Por ello, es tan importante crear contenidos y que la gente conozca la diversidad de la isla, porque no creo que haya otra isla con una diversidad de producto turístico más grande. Además del sol y playa o el ocio, existen otras ofertas como la gastronómica o la patrimonial que es lo que debemos dar a conocer y que la gente, poco a poco, deje de pensar en venir a Ibiza solo en verano y vaya pensando en hacer escapadas durante todo el año.
—¿Se puede afirmar que la marca Ibiza ha salido indemne de la crisis provocada por la pandemia?
—No, indemne no porque nos hemos visto afectados como el resto del mundo, pero sí tenemos una capacidad de resiliencia y de reinvención mucho mayor que otros destinos competidores.
—Con la apertura de las discotecas, regresa el debate sobre su importancia en el sector turístico.
—Son un complemento y un producto igual que otros existentes en la isla. Al final, debemos conseguir un equilibrio y no renegar de ninguna oferta porque no sería inteligente. En parte, somos conocidos a nivel mundial por el ocio y la música electrónica, aunque debemos pensar que hay vida más allá de las discotecas. Son una parte importante, pero no dejan de ser un complemento y su fuerza es relativa ya que, sin discotecas, también se ha visto que se puede funcionar, tal como sucedió el pasado año.
—Podemos ha planteado una enmienda a la ley turística para lograr el cierre de los ‘beach clubs'.
—Al final todo esto entra en el juego político. Estos establecimientos cumplen una demanda que tiene el cliente en la isla y creo que son un valor, algo que nos diferencia, y se puede perfectamente convivir con ellos dentro de un orden y un equilibrio.
—¿Qué necesita el sector turístico a la hora de mejorar?
—Nuestro gran reto este año es mantener la calidad del servicio. La idea es no bajar precios, lo cual sería un error, y debemos dar un servicio acorde con estos precios. Creo que es la gran asignatura que tendremos que superar este año. Además, existen problemas para encontrar personal cualificado, no solo en Ibiza.
—¿Cómo ha vivido la polémica sobre el vídeo ‘La vida Islados'?
—Con tranquilidad, porque las cosas se hicieron bien ya que era un momento en el que teníamos que dar un golpe sobre la mesa, reinventarse. Encontramos la oportunidad de hacer algo potente y que nos dio una repercusión nunca vista en redes sociales. Si me pregunta si lo volvería a hacer, la respuesta es sí.
—De gobernar el PP el próximo año, ¿cree que se eliminaría el impuesto turístico?
—Son preguntas para las altas instancias. Si se elimina, bien, pero si se mantiene debería revertir lo recaudado en cada una de las islas de manera proporcional, según lo que se genere.