El servicio de Oncología del Grupo Policlínica ha crecido de manera progresiva en los últimos 10 años, no solo en volumen de pacientes sino en equipo humano, pruebas diagnósticas, tratamientos y estructura. Este servicio funciona, a día de hoy, gracias a un complejo engranaje en el que se coordinan muchos profesionales del Grupo Policlínica para que funcione con agilidad y eficacia.
El doctor Carlos Rodríguez Franco es oncólogo del Grupo Policlínica desde hace 10 años y ha vivido en primera persona este crecimiento y estos cambios.
—¿Cuántos casos de cáncer se han diagnosticado en el último año en el Grupo Policlínica?
—El número de primeras visitas en el año 2021 fue de 62. Algunos de estos pacientes vienen diagnosticados de otros centros; muchos de ellos extranjeros que solicitan valoración durante periodos de vacaciones. También hay algunos diagnósticos de cáncer en etapas muy iniciales que no pasan por el servicio de Oncología y realizan seguimiento por Cirugía, Dermatología, u otras especialidades al no requerir tratamientos específicos y tener una tasa de recaída muy baja. Esto hace que el número de nuevos diagnósticos del año 2021 en Policlínica del Rosario fuera probablemente en torno a 70 pacientes.
—Según los datos de su consulta, ¿cuáles son los casos de cáncer más frecuentes?
—Los casos más frecuentes corresponden a cáncer de colon, cáncer de mama y cáncer de pulmón. Entre los tres suponen casi la mitad de los pacientes nuevos de mi consulta.
—¿Ha influido la pandemia en el diagnóstico o tratamiento del cáncer?
—El miedo inicial al contagio hizo a algunos pacientes retrasar las visitas para consultar síntomas de nueva aparición, pero cuando se produce el primer contacto con los especialistas de Policlínica el proceso diagnóstico es muy ágil. Es muy satisfactorio el corto periodo para completar los estudios desde una primera visita diagnostica con Medicina General o con especialistas y este hecho tan diferencial de Policlínica se ha mantenido durante toda la pandemia. Es un dato fantástico que resalta el esfuerzo permanente en el diagnóstico y manejo terapéutico del paciente oncológico, sin que una pandemia del calibre vivido haya impactado negativamente en este aspecto.
En Policlínica del Rosario, el abordaje del paciente oncológico requiere el esfuerzo de un gran número de servicios coordinados. Mi figura es la más visible, junto con la de Josep Antich, el enfermero encargado de administrar los tratamientos oncológicos, pero nuestros resultados serían imposibles sin el buen funcionamiento de Farmacia en la gestión y preparación de medicación, sin los compañeros de Medicina Interna, Urgencias y UCI, para el manejo de toxicidades y pacientes ingresados, Radiología para los estudios de imagen, los Servicios Clínicos como Digestivo, Medicina Interna, Neumología, Medicina General para ese diagnóstico rápido de los procesos oncológicos, los equipos quirúrgicos o médico-quirúrgicos como Cirugía General, Urología, Ginecología, Dermatología, Neurocirugía, Otorrinolaringología y Maxilofacial, claves en el tratamiento del Cáncer, sin olvidarnos del trabajo de los equipos de Atención al Paciente para la gestión de todos los procesos administrativos relacionados con nuestros pacientes.
Los buenos resultados y la satisfacción de los pacientes, solo se consiguen gracias al esfuerzo de todos., pueda modificarse este valor.
—¿Cómo se coordina con el resto de profesionales?
—Desde que yo paso consulta empieza un engranaje de procesos, programación de pruebas, quimioterapias, autorizaciones por parte de las compañías aseguradoras… Mi consulta es la punta del iceberg, pero hay una maquinaria compleja que implica a muchos compañeros.
Con Josep Antich y con el equipo de Atención al Paciente tengo una comunicación permanente.
Además, mensualmente hacemos reuniones con otros especialistas como cirujanos, radiólogos, neumólogos… donde evaluamos los casos más complejos y compartimos nuestros conocimientos para darles el mejor abordaje.
—La atención personalizada es uno de los grandes objetivos de Grupo Policlínica. Juega un papel importante el departamento de Atención al Paciente…
—Desde el departamento de Atención al paciente se hace una labor impecable. Ellas son para mí el nexo con el paciente. Ellas centralizan todo, reciben las llamadas, les atienden, programan quirófanos, resuelven dudas de toda la parte administrativa, fecha de pruebas, de tratamientos… El paciente oncológico no pasa por la recepción del hospital sino por la oficina de Atención al paciente, donde el trato es muy cercano y familiar. Ellas saben quiénes son los pacientes en tratamiento activo, si piden cita, se la dan con máxima celeridad, no hay demoras cuando se requiere una atención rápida. Esto es una de las partes que requiere buena coordinación ya que todos los pacientes lógicamente quieren atención rápida, y para gestionar bien la atención preferente en consulta hay que saber diferenciar cuándo han de venir a mi consulta, cuándo hay que derivar a urgencias o cuándo es importante agilizar pruebas diagnósticas o a otros especialistas para que completen estudios en primer lugar. Incluso en una pandemia, con las limitaciones que ha habido, todo ha funcionado de forma muy satisfactoria.
—¿Interviene la Unidad de Salud Mental?
—Por supuesto. En muchas ocasiones yo les recomiendo visitar a nuestros psicólogos. Algunos pacientes usan este servicio donde contar sus miedos y aprender a desarrollar estrategias para afrontarlos. Otros son mas reacios por diversos motivos. En ocasiones supone un estigma adicional para algunos pacientes, tener que pedir o recibir este tipo de ayuda. Yo se lo explico claramente, no se trata de tener un problema mental, pero la problemática vital que general el diagnóstico del cáncer necesita apoyo emocional, no solo de los seres queridos sino de personal cualificado.
—A nivel tecnología diagnóstico, ¿qué destaca usted de los últimos avances del Grupo Policlínica?
—La actualización de equipos diagnósticos es otro de los puntos fuertes de Policlínica desde mi punto de vista.
En cuanto a las pruebas radiológicas, destacaría la incorporación de una segunda resonancia magnética, así como en el estudio de la mama, la posibilidad de realizar mamografías con contraste, mamografías 3D, biopsias de mama guiadas por estereotaxia, por tomosíntesis e incluso por resonancia. Hay cosas menos conocidas, pero para mí también muy interesantes. Por ejemplo, que tengamos un especialista digestivo ( doctor Ramón Ortega) que realiza ecoendoscopias. Es una técnica que permite visualizar el esófago y el estómago con un ecógrafo incorporado a la endoscopia y es muy útil para el estadiaje de la patología oncológica digestiva. A día de hoy somos el único centro en Ibiza donde se hace esta prueba y eso evita tener que derivar a los pacientes fuera de la isla para su realización. Además de esto hay un gran concienciación en el centro en las pruebas para detección precoz en cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de cérvix y cáncer de próstata.
—Uno de los próximos proyectos del Grupo Policlínica es la incorporación de un PET TAC. ¿Nos puede decir qué supone esta tecnología para la oncología?
—El PET TAC es una de las pruebas diagnósticas de mayor especificidad y sensibilidad para el diagnóstico de lesiones malignas. El PET TAC hace un rastreo corporal total con un body TAC, pero además fusiona estas imágenes con la prueba de función metabólica PET (Tomografía por Emisión de Positrones). Se pone un contraste que normalmente es la glucosa marcada por un radioisótopo, este contraste se fija con mucha avidez a los tejidos que tienen un consumo metabólico alto, como pasa en la mayoría de los tumores. Tenemos un TAC completo que nos está enseñando la anatomía del cuerpo y además también nos enseña la funcionalidad, qué tejidos están consumiendo mucha glucosa, y esto, según el nivel de captación puede decirnos cuáles de las captaciones que son muy sospechosas de ser malignas. Es muy útil en estudios de extensión al diagnostico. Nos dice, en una sola prueba dónde está el tumor y la presencia de ganglios y/o metástasis a distacia, a veces es la única prueba que detecta el origen de una enfermedad que debuta con metástasis en primer lugar.
También nos ayudará mucho cuando tengamos lesiones que en el TAC o en resonancia son dudosas. Esta prueba nos puede decir si en esa zona hay actividad tumoral, y puede evitar en ocasiones una biopsia. Diferencia en la gran mayoría de los casos lesiones malignas de las benignas.
Es una prueba que aportará mucho tanto en la parte diagnóstica como en el seguimiento de los pacientes en tratamiento.
—Afortunadamente, los tratamientos no son ahora lo mismo que hace años…han mejorado. ¿Nos puede explicar un poco cuáles son las novedades introducidas y cómo benefician a los pacientes?
—En el ámbito terapéutico hay que destacar la incorporación de las terapias dirigidas y la inmunoterapia. Algunas patologías que antes contaban con escasas opciones de tratamiento han cambiado drásticamente su perspectiva vital gracias a la incorporación de estas nuevas terapias. Son muchas las patologías que han tenido avances gracias a la incorporación de estos fármacos, aunque en algunos casos es mucho más llamativo que en otros. Por ejemplo, el cáncer renal, melanomas y cáncer de pulmón son algunos de los cánceres donde la terapia dirigida y la inmunoterapia han tenido mayor impacto.
—En las últimas Jornadas de Neumología del Grupo Policlínica, en el Hotel Torre del Mar, hizo una exposición precisamente sobre nuevos tratamientos contra el cáncer de pulmón. ¿En qué consistían?
—Si, el caso de las neoplasias de pulmón es uno de los que ha visto grandes avances. Tanto la Inmunoterapia (que consigue activar el sistema inmune propio contra el tumor), como las terapias dirigidas, (que atacan puntos clave en la dinámica de crecimiento de los tumores, en algunos casos mediados por mutaciones muy específicas), se han incorporado en la estrategia de tratamiento y, a día de hoy, se consideran claves para tratar a los pacientes con neoplasia pulmonar.