Los vecinos de la carretera de Porroig hicieron llegar este jueves a Periódico de Ibiza y Formentera las continuas molestias producidas por el tráfico constante en la zona, derivado de las fiestas celebradas en la conocida Casa Lola.
Este rotativo pudo comprobar, durante la tarde del jueves, cómo dicha casa era el destino de un ir y venir de furgonetas negras, taxis y grupos de personas que deambulaban por la carretera de Porroig, algunos perdidos preguntando por la «party» en la «villa», otros tras aparcar sus coches en los terrenos aledaños a la carretera y caminos cercanos.
En una de las puertas de acceso a los terrenos de Casa Lola personal de seguridad se encargaba de abrir y cerrar la verja a medida que iban llegando los vehículos. Buena parte de ellos eran furgonetas mercedes negras, con los cristales tintados. El camino, a partir de la altura de esta puerta de acceso a la finca, permanecía cortado por unas cadenas, atadas entre una piedra y un pino, impidiendo el acceso más allá de altura de la casa.
Enésima fiesta
Según los vecinos la de este jueves se trataba de la «enésima fiesta». Fiestas que, aunque no desprenden molestias en cuanto a ruidos, aseguran que inundan los caminos a sus casas de coches prácticamente a diario, aparcados de cualquier manera. Pero no solo eso. Además, explican que en el camino del otro de los accesos a la villa, desde la carretera des Cubells, últimamente hubo una retroexcavadora que, allanando el camino y echándole arena, acabó por romper una tubería e inundar todo el camino.
Desde Sant Josep el Ayuntamiento asegura que, durante la mañana del jueves, la Policía Local hizo acto de presencia para asegurarse de que no había ruidos, de que no había accesos cerrados y de que no había peligro para la circulación.
Cabe recordar que esta propiedad cuenta con una orden de derribo por las obras realizadas sin licencia y vulnerando la protección del suelo vigente.