Este jueves a partir de las 19.30 horas Ignasi Carrero inaugura en el marco de las fiestas de Sant Agustí su exposición Habitada que podrá verse en la pequeña sala Can Curt hasta el próximo 4 de septiembre.
Invitado por la Associació de Veïns de Sant Agustí y el Ayuntamiento de Sant Josep, Carrero regresa así a este lugar por tercer año consecutivo y después de que hace exactamente un año expusiera sus creaciones junto a su hija Jimena en la muestra Contrast, y lo hace de nuevo con una serie de láminas en las que plasma sus pensamientos y su particular forma de entender la vida.
En esta ocasión ha escogido las que forman parte de sus series más recientes y que ha bautizado con los nombres de Per què, Imperfecció, Gràcies, Ashtavakra, L'espasa del sol, Vista, Indagació, Píxels, Mar, Transicions, Conceptes o ReCord. «Todo comenzó antes de la pandemia, cuando mi hija, que es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, me regaló una serie de acuarelas para que hiciera mis primeros bocetos y poco a poco me fue gustando tanto que actualmente he creado más de 200 láminas distintas correspondientes a casi medio centenar de series distintas que se pueden ir viendo en mi blog ignasi20.blogspot.com», ha explicado el artista esta mañana a Periódico de Ibiza y Formentera.
En este sentido, Carrero asegura que es difícil de explicar su estilo pictórico. «Creo que no tengo un estilo propio a pesar de que hay algunos que dicen que es conceptual porque realmente lo único que busco es plasmar con imágenes y dibujos bastante geométricos, de líneas claras y distintos colores los temas sobre los que creo que es interesante reflexionar pero sin la pretensión de ser un gran pintor porque no tengo estudios para ello».
El por qué de Habitada
Además, la exposición guarda en sí un curioso secreto y que tiene que ver precisamente con el nombre.
Según ha explicado esta mañana el propio Carrero, se ha elegido Habitada porque en ella juegan un papel fundamental una serie de muñecos de trapo a tamaño natural que han ido creando durante todo este tiempo algunos miembros del Cor de Sant Agustí y que se han convertido durante estos meses en sus fieles acompañantes. «Tengo una magnífica relación con ellos porque hablan poco o nada y eso me viene muy bien cuando necesito escapar de la realidad, meditar o contarles mis cosas, y por eso pensé que tal vez sería una magnífica idea que estuvieran en la sala, como si fueran los habitantes de la exposición».