Diana Sánchez (Elche, 1981) lleva 10 años como vocal en las Pitiusas del Colegio de Fisioterapeutas de Baleares y ejerce su profesión en el hospital Can Misses de Ibiza.
—¿Qué importancia tiene la fisioterapia y para qué es beneficiosa?
—La fisioterapia es una disciplina sanitaria de formación universitaria y en general contribuye al bienestar de las personas. Uno de sus objetivos principales es mejorar la calidad de vida mediante la prevención de lesiones, así como su tratamiento y rehabilitación. Para conseguirlo, utilizamos técnicas terapéuticas y medios físicos en constante actualización y que son tan dispares como la masoterapia, las movilizaciones articulares o el ejercicio terapéutico. La importancia de la fisioterapia en nuestras vidas creo que ya es incuestionable. Los tratamientos están muy solicitados, tanto en la sanidad pública como en la privada, y en la actualidad han logrado alcanzar un valor muy notable gracias a sus buenos resultados. Es muy necesario que la población conozca la figura del fisioterapeuta y cómo podemos ayudar.
—¿Y cuál puede ser su campo de actuación?
—Es muy amplio. Trabajamos en el campo sanitario, mayoritariamente. Con palabras que todo el mundo entiende, un fisioterapeuta trata desde una dolencia muscular, a una fractura o un ictus, y tratamos a niños con trastornos del desarrollo o que padecen dolencias puntuales. Ayudamos a las personas mayores a combatir los efectos derivados del envejecimiento y podemos tratar la incontinencia urinaria o las disfunciones sexuales; ayudar en enfermedades respiratorias y a pacientes oncológicos. También hay fisioterapeutas en el sector educativo y en proyectos de investigación o en puestos de dirección sanitaria.
—¿Habría que apostar más por la fisioterapia, también a modo preventivo?
—Por supuesto, un rotundo sí. En las Pitiusas, en atención primaria tenemos muchos talleres preventivos. Nuestro colectivo tiene que promover siempre la parte preventiva de la fisioterapia trabajando, por un lado, en la educación sanitaria para la prevención de disfunciones. Si ya no podemos prevenirlas porque están instauradas, trabajamos en la prevención de las consecuencias que estas disfunciones pueden causar.
—¿Su sector sufre problemas de intrusismo en Ibiza y Formentera?
—Hay intrusismo, entendiendo por intrusos a personas que se hacen pasar por fisioterapeutas cuando no lo son, y se han de tomar medidas inmediatas por el riesgo que esto conlleva. Son los menos. Sobre todo, lo que vemos son casos de personas que, sin estudios reglados, sin ser sanitario ni fisioterapeuta, llevan a cabo tratamientos. Además, cabe citar que han proliferado las ‘academias' de prácticas como el quiromasaje o la osteopatía donde se ofertan enseñanzas no regladas que en ningún caso habilitan para realizar esos tratamientos sanitarios. Es preciso concienciar al futuro paciente para que se informe sobre cuál es la cualificación profesional y académica de quien nos va a atender a fin de recibir unos estándares de calidad y profesionalidad necesarios en este tipo de prácticas. Así que no todo vale ni tenemos que ir a ciegas en la búsqueda de un tratamiento. Para eso, el Colegio de Fisioterapeutas dispone de todo este tipo de información y en caso de duda nos puede ayudar.
—¿Cuántos fisios se necesitarían en la sanidad pública en Ibiza y Formentera?
—El Colegio balear realizó en las islas un estudio en el año 2019. Se trataba de valorar la gestión asistencial y el desarrollo de las competencias en la salud pública. En este estudio se pudo apreciar que, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomendaba un fisioterapeuta por cada 1.200 habitantes, en el ámbito público nacional la ratio fisioterapeuta-usuario era en 2019 de un fisio por cada 7.642 habitantes. Esto ya nos muestra una realidad. No hemos hecho un estudio específico de las Pitiusas pero, en cuanto a Baleares y acorde a las plantillas orgánicas publicadas por Salud para el 2019, había un total de 159 fisioterapeutas en el ámbito público, lo que lanzaba una ratio de un profesional por cada 7.337 habitantes. Es obvio que estamos muy lejos de las recomendaciones de la OMS.
—¿Están cubiertas las plantillas o los profesionales están saturados?
—Las plantillas están cubiertas respecto a las plazas otorgadas, pero siempre se hace necesario aumentarlas. Aunque la OMS marque unas directrices, el sistema público de Salud siempre está sujeto a unos presupuestos, con lo que el aumento de plantilla, que siempre conlleva una atención más inmediata, la reducción de listas de espera e incluso un ahorro del gasto sanitario, llega a cuentagotas.
—¿Les ha afectado lo del decreto del catalán?
—Si bien es cierto que la imposición del catalán a los empleados que trabajen en la sanidad balear es un problema de adaptación, también es cierto que aceptan las condiciones impuestas por la Comunidad Autónoma. Hasta ahí poco que decir. El problema es la incertidumbre porque ahora es un mérito, ahora es obligatorio según quien nos gobierne. Cuando una cosa tan bella como la lengua y la cultura se convierten en un tema político es, cuanto menos, reprochable. Yo solo puedo decir que este decreto no perjudica en nada a la atención que se lleva a cabo con los pacientes, pero sí que ha podido disminuir la cantidad de profesionales disponibles en las bolsas de trabajo ya que muchos de ellos eligen otros destinos.
—Usted es vocal en las Pitiusas del Colegio balear de Fisioterapeutas, ¿qué problemáticas ha podido detectar?
—Como delegada de las Pitiusas realizo reuniones periódicas con la junta de gobierno en las que se tratan temas necesarios y soy la portavoz de trasladar problemas de nuestras islas como puedan ser el intrusismo. También colaboro en la organización de eventos para promover la fisioterapia a nivel pitiuso.
—¿Qué consejo lanzaría?
—Acudir a un fisioterapeuta tan pronto como se pueda para una valoración, puesto que prevenir siempre es mejor que tratar. La fisioterapia es salud.