Con media hora de retraso sobre el horario previsto la Escuela de Hostelería de las islas Baleares inauguró ayer su sede en Ibiza. Con el salón de actos/cocina de la escuela repleto hasta la bandera y la práctica totalidad del elenco político de la isla y de las Baleares esperando a la inauguración, dada la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas, tanto el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, como la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, hicieron esperar al respetable unos largos 30 minutos ya que se encontraban realizando otro acto preelectoral en el Ayuntamiento de Eivissa. Sólo les superó en retraso el conseller balear de Vivienda, Josep Marí Ribas Agustinet, pero como su presencia no era vital porque no estaba previsto que realizara ningún discurso, finalmente la inauguración pudo sin más dilación.
Y lo primero que llamó la atención de esta necesaria infraestructura para la mayor de las Pitiusas ha sido su financiación. Según explicó el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, los ocho millones de euros que han costado estas instalaciones se han sufragado al 50% entre los fondos propios de la institución ibicenca y el Govern balear, a través del Impuesto sobre el Turismo Sostenible.
Sin embargo el pasado fin de semana, en la Conferencia Política del PSOE balear celebrada en Calviá, la presidenta del Govern y secretaria general del PSIB, Francina Armengol, adelantó que esta semana se pondría en marcha la Escuela de Hostelería de Ibiza, «financiada íntegramente por el Govern balear», algo que fue muy aplaudido por sus compañeros de partido. En su intervención de ayer Armengol no hizo referencia en ningún momento a la financiación del centro, aunque en el dosier de prensa entregado por la Escuela de Hostelería de las Islas Baleares sí que aparecía que este gasto era compartido por ambas administraciones, aunque sin aportar el porcentaje de cada una.
Independientemente de las intervenciones políticas, la Escuela de Hostelería de Ibiza, situada en el Parque de Servicios Insulares de Sa Coma, cuenta con una superficie de 4.200 metros cuadrados dedicados íntegramente a la formación de los futuros profesionales de hostelería de la isla y podrá albergar a 400 estudiantes. Entre otras dependencias, el centro cuenta con cinco aulas teóricas de 80 metros cuadrados, dos aulas de informática, dos cocinas de 750 y 150 metros cuadrados respectivamente y un restaurante con capacidad para 150 comensales donde los alumnos podrán realizar sus prácticas con clientes reales.
Cuentan a su vez las instalaciones con un aula bar de 113 metros cuadrados con capacidad para 30 alumnos y una sala de catas de 93 metros cuadrados.
La directora de la Escuela de Hostelería de Baleares, Nuria Tugores, explicó que todavía quedan unos meses para acabar de equipar las instalaciones con todo el mobiliario necesario, y anunció que está previsto que en el curso 2023-2024 ya se empiecen a impartir cursos, que abarcarán desde la formación profesional a los certificados profesionales, así como cursos específicos que puedan demandar las empresas del sector. El director del centro ibicenco será Julio Garrido.
El conseller balear de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, reconoció que estas instalaciones «son un ejemplo de la colaboración público-público, y ahora tienen que ser un ejemplo de la colaboración público-privada», en referencia al compromiso que se espera de las empresas turísticas con la escuela.
El presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, apuntó que este nuevo centro formativo «es una oportunidad para poder tener a los mejores trabajadores del mundo sin tener que ir a buscarlos fuera y sin que la gente de aquí tenga que irse de la isla para formarse». Asimismo, manifestó que es «un paso fuerte y decidido hacia la excelencia de nuestro principal motor económico, entendiendo que su futuro no pasa por la cantidad, sino por la calidad». Con estas instalaciones «Ibiza se reivindica como un destino puntero en formación y especialización de profesionales turísticos», concluyó.
Algo similar manifestó la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, que remarcó que estas instalaciones son un buen punto de partida para «dar un salto cualitativo en las islas», además de reconocer que se trata de unas «instalaciones punteras».
Asimismo, ha anunciado que la escuela contará con un consejo asesor formado por empresarios y trabajadores de la isla que tendrán voz a la hora de determinar las formaciones a realizar en el centro.
También adelantó que para esta escuela habrá asociadas unas becas de movilidad de 2.500 euros que, aunque en un principio se pensaron para los estudiantes de Formentera, se podrán aplicar a los del resto de las islas que se quieran desplazar a Ibiza a formarse.