Comerciantes de la avenida de Isidor Macabich denunciaron ayer no poder acceder a las ayudas del Ayuntamiento de Eivissa por la remodelación de la calle debido que tienen deudas con otras administraciones como la Agencia Tributaria o la Tesorería de la Seguridad Social. Así lo aseguraron en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, en las que afirmaron que su situación «es la de la pescadilla que se muerde la cola».
Uno de estos comerciantes afirmó que, en su caso personal, mantiene una deuda de algo más de 2.000 euros con Hacienda. Deuda que, según añadió, está pagando «de forma aplazada». Sin embargo, la existencia de la misma obstaculiza su acceso a las ayudas del Consistorio, según apuntó. «Yo debo este dinero a Hacienda», explicó, «y necesito la ayuda para poder pagarlo. Es una deuda ocasionada sobre todo por los dos años de crisis del COVID y que, con las obras, ha ido a más. Sin embargo, no puedo acceder a la ayuda porque no he terminado de pagarla. Ya me dirás cómo lo hago entonces». «De todos modos», afirmó, «estoy haciendo todo el papeleo para presentar la solicitud y a ver si entienden que no nos pueden hacer esto después de todo lo que nos han afectado sus obras».
Otra comerciante de la avenida explicó estar en una situación muy similar: «Yo debo dinero a la Seguridad Social porque tuve un problema antes del COVID y estoy pagando esta deuda desde entonces y a pesar de todo lo que ha sucedido. Pensé que bastaría con presentar un certificado sobre que este pago se está haciendo para poder tener la ayuda del Ayuntamiento pero no es así». Un obstáculo que ha dicho no comprender pues, ha recordado, «cuando se dieron las ayudas por la pandemia, no se tuvo en cuenta este problema de las deudas así que no tiene lógica que ahora sí lo hagan».
La presidenta en funciones de la Asociación de Comerciantes de Isidor Macabich, Marta Tur, indicó desconocer si «un aplazamiento del pago de impuestos se puede considerar deuda». «Yo entiendo que si tienes un certificado sobre ese aplazamiento, que es legal hasta los 24 meses», según explicó, «se puede pedir la ayuda de todas maneras. Un aplazamiento no es considerado una deuda. No es lo mismo tener una deuda que un aplazamiento, es lo que ya pasaba en la época del COVID».
El Ayuntamiento, por su parte, aclaró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera cuál es la situación y el por qué de esta exigencia a los comerciantes afectados por la remodelación. Sobre las ayudas, sí emitió ayer un comunicado informando de que, hasta el momento, se han presentado un total de 12 solicitudes. De estas, seis corresponden a «empresas de nueva creación», mientras que las restantes han sido presentadas por comercios que han sufrido «una reducción de ingresos durante este tiempo». El Consistorio recordó en la misma nota que el servicio de atención a los comerciantes de Isidor Macabich «ha recibido diversas consultas telefónicas de diferentes gestorías» sobre las ayudas. Además, ha recordado que el plazo de solicitud finaliza el próximo día 28, tanto en la modalidad electrónica como presencial.
Quien aún está «moviendo papeles» para poder acceder a este dinero es el dueño de la cafetería Gran Vía, Manuel Izquierdo. En su caso, espera poder obtener «la ayuda de los 4.000 euros» que, explicó, «no da ni para pagar los seguros de un mes» del personal que trabaja en su establecimiento.
Izquierdo se mostró muy crítico con la forma en la que el Gobierno del socialista Rafa Ruiz ha gestionado estas ayudas: «Lo han hecho para callarnos la boca pero resulta que solo tenemos 10 días para poder hacer el papeleo y con un horario de atención del Ayuntamiento muy reducido».
Izquierdo, además, denunció que una vez acabadas las obras el Consistorio le ha informado de que no podrá tener ya a la vista la pizarra con la que daba a conocer el menú del día ni un cenicero para los clientes «o para cualquiera que pasa por la calle». «El Ayuntamiento no solo no ayuda», según lamentó, «sino que, además, te pone todos los obstáculos. Y, por si no tuviera suficiente, me han puesto una zona de carga y descarga justo donde tengo la terraza. A ver quién se pone ahí a desayunar o a comer aguantando el humo de los camiones. Pero al menos ya no tenemos ni obras ni polvo».
Vila, por otro lado, abrió este fin de semana al tráfico la remodelada avenida. Y lo hizo a pesar de que aún no está operativo el sistema de semáforos. Una situación que este lunes ha provocado más de un conato de accidente. Y una decisión que no entienden comerciantes como Adelaida Molina, que ha criticado que no se hayan terminado aún totalmente las obras. «Aunque han abierto la calle», afirmó, «no entra nadie en las tiendas y apenas hay coches». Molina, además, indicó también que los comerciantes consideran que Vila no debería haber mantenido la parada de autobús de la antigua delegación de gobierno puesto que esto provoca que «la gente no tenga que caminar por la calle». En su opinión, y en la de otros comerciantes consultados por este rotativo, «lo ideal hubiera sido que todas las paradas estén en la zona del Parque de la Paz y así la avenida tendría más vida y más trasiego de gente».