El alcalde electo en Sant Antoni, Marcos Serra (Ibiza, 1980), ha logrado batir el récord que ostentaba el PP portmanyí en anteriores elecciones, rebasando el pasado domingo la barrera de los 4.000 votos. La mayoría absoluta le permitirá gobernar sin necesidad de los pactos que tantos quebraderos de cabeza le provocaron la pasada legislatura.
—¿Cómo le sienta la mayoría absoluta conseguida el pasado domingo?
—Sin duda, da más tranquilidad y más responsabilidad, así como muchas ganas de trabajar y demostrar que podemos hacer cosas para Sant Antoni, si no nos surgen obstáculos. Obtuvimos 12 concejales y nos quedamos a menos de 40 votos para lograr los 13 y ello significa que muchos han depositado su confianza en nosotros. Nos ha votado más de la mitad de personas que participaron en los comicios. Eso nos provoca una gran responsabilidad porque no queremos defraudar, ni lo haremos.
—Debe dar un poco de vértigo y con estas cifras sentirá probablemente una mayor presión.
—Sí, la presión es mayor y ya lo fue en el momento de las elecciones porque era un examen a cuatro años de gestión. Esperaba buenos resultados porque estaba confiado en que se había hecho un buen trabajo, con buenas sensaciones por lo que me decía la gente. Ahora, volvemos con esa gran responsabilidad de llevar a cabo todo lo prometido y responder de manera satisfactoria a los vecinos.
—Analizando los datos, ¿hay alguna zona o mesa electoral que, tanto en positivo como en negativo, les haya llamado la atención?
—Sí y en positivo es la zona de la escuela Cervantes. No recuerdo si eran seis o siete mesas en este colegio electoral donde siempre perdíamos. Hace cuatro años nos llegaron a salir 16 concejales cuando contábamos las parroquias de fuera como Sant Rafel o Sant Mateu y yo avisé que faltaban por contar las mesas del Cervantes, que en cuanto a votos son como todas las parroquias juntas. Efectivamente, allí es donde pegamos el bajón hasta los nueve concejales. En esta ocasión, durante el recuento, teníamos cierto miedo sobre lo que podía pasar en mesas de Can Bonet, Sant Rafel y el Cervantes, pero al ver que en las mesas de estos lugares íbamos ganando, supimos que la tendencia era buena. Estoy muy contento con estos resultados porque, por ejemplo en el Cervantes, es donde se ha dado el cambio.
—Visto lo visto, respirará tranquilo al no tener que pactar con otras formaciones.
—Esos pactos nos complicaron la legislatura internamente puesto que, de puertas afuera, siempre intentaba dar la máxima sensación de estabilidad para los vecinos de Sant Antoni. Yo lo sufría porque no quería que saliera al exterior y pretendía que la gente viera a un equipo de gobierno sólido y estable porque es lo que se merece, no sufrir problemas internos. Al final, acabaron saliendo cosas porque algunas eran inevitables, como cuando el socio de gobierno votó en contra de los presupuestos y tuve que prescindir de él. Internamente, lo sufrimos mucho, pero siempre he querido mostrar seriedad, responsabilidad y trabajo, porque creo que cualquier vecino merece que su ayuntamiento sea serio y trabajador y que, de puertas afuera, se vea trabajo y no discusiones. Ahora, la visión que ofreceremos será la gran realidad porque somos serios y los vecinos pueden estar tranquilos. Seremos el equipo de gobierno para quien nos haya votado y para quien no. Nunca he mirado el color político de nadie y ningún vecino puede decirme lo contrario. Tenemos muchas ganas de trabajar y parece que ahora uno va más relajado al ayuntamiento.
—¿Le ha llamado Joan Torres de El Pi para felicitarle?
—Recibí un mensaje dándome la enhorabuena y le contesté que gracias.
—En Sant Antoni también bajó la participación el domingo, ¿le preocupa?
—No, posiblemente pueda deberse a un castigo del votante socialista. Muchos me decían que antes habían votado a Podemos o al PSOE, aunque ahora iban a votar al PP porque les gustaba el trabajo que hemos hecho. Sin embargo, hay otra gente que, por ideología, no es capaz de votar al PP, pero tampoco quería votar al PSOE, así que, a modo de castigo, se quedó en casa. Creo que esto puede ser el motivo.
—¿Qué puede adelantar sobre el reparto de las áreas de gobierno?
—No puedo decir nada porque no está decidido y ni los propios concejales lo saben. Lo haré estos días con tranquilidad para conocer las responsabilidades que quiere adoptar cada uno. La política no está muy bien pagada y casi todos siguen trabajando por las tardes en otras cosas, así que dependerá de la dedicación que puedan tener. Lo que tengo claro es que no quiero asumir ninguna concejalía, ninguna. Comencé igual la pasada legislatura porque lo que quería era reforzar aquellas áreas donde fuera más necesario, comprobando que el trabajo se realizara. Finalmente, tuve que asumir Urbanismo y Actividades, que suponen mucha responsabilidad y tiempo, y cuando Torres y el concejal de Cs salieron del equipo de gobierno asumí además Obras Públicas. No quiero llevar ninguna concejalía y así poder dedicarme donde más me necesiten.
—En cuanto arranque la nueva legislatura, ¿qué tiene previsto llevar a cabo?
—Lo primero repartir concejalías y en Obras Públicas que comiencen a redactarse proyectos. Dije que sería la legislatura de las obras públicas y así será. Soy consciente de que, si no empezamos en los primeros meses, los proyectos no saldrán. También, lo primero que haremos serán pequeños cambios de ordenanzas que hay que retocar. Además, aprobaré el presupuesto. Ya he hablado con el interventor y dice que está todo preparado, aunque la aprobación definitiva será en septiembre. Después, de inmediato, comenzaremos a trabajar en el presupuesto de 2024.
—¿Cómo valora que Vox haya entrado en el Ayuntamiento de Sant Antoni?
—No pensaba que entraría, sí que iba a quedar cerca de hacerlo. Estará en la oposición y tendrá que hacer su trabajo de oposición como Podemos o PSOE.
—¿Defiende que Marga Prohens gobierne en minoría sin pactar con Vox?
—Sí, también lo pienso. No será tan fácil como si se cuenta con la mayoría ya que tendrá que negociar con unos y otros cuando lleve algo a aprobación y es complicado porque yo ya lo he sufrido en Sant Antoni. Así y todo, prefiero que gobierne en minoría, la verdad.
—¿Cómo valora la convocatoria nacional de elecciones para el 23 de julio?
—Es una jugada más de Pedro Sánchez y espero que sea la última, aunque de este presidente cualquier cosa puede esperarse. Es un superviviente, eso sí hay que reconocérselo, pero a base de mentiras e imposiciones. Lo que se dice es que las ha convocado para que nadie pueda cuestionar su liderazgo y para que no se hable de las municipales. Es una jugada más que, espero, no le salga bien.