La operación antidroga desplegada de este jueves por la mañana por la Guardia Civil y la Policía Local de Sant Antoni en un edificio de okupas del municipio se ha saldado por el momento con cuatro personas detenidas, tres hombres y una mujer. En el operativo llevado a cabo en el inmueble ubicado en la calle Alacant se realizaron varias inspecciones desde las 7.15 horas hasta pasadas las 11.30 horas. Más de cuatro horas de registros, idas y venidas de los agentes y la detención de cuatro personas que, según varios testigos, vivían como okupas en este edificio llamado Poseidón. Además, según la Benemérita, a los arrestados también se les imputan delitos de robo. En total, para llevar a cabo esta operación, participaron diferentes unidades de la Guardia Civil y se desplazaron hasta el inmueble varias patrullas locales de la Policía Local y siete vehículos del instituto armado, varios de ellos particulares.
«Han realizado un gran despliegue de medios. Algunos agentes iban con pasamontañas y chalecos antibalas», explicó uno de los trabajadores del taller ubicado cerca del bloque resaltando la presencia de una furgoneta del refugio Can Dog Ibiza. «Se han llevado dos perros en este vehículo durante los registros», apuntó. Además de este requisamiento, los agentes también intervinieron diversas cantidades de drogas e incautaron varias cajas con documentación. En este sentido, según los vecinos de la zona, el dispositivo desplazado hasta el edificio okupa accedió por la fuerza en el inmueble.
Trapicheo constante
Todo este despliegue de medios provocó curiosidad entre los vecinos de la zona, pero no asombro debido, según un testigo, a la «situación insostenible» que llevan viviendo desde hace años. «La presencia de okupas y el trapicheo constante de drogas es habitual. No me sorprenden los arrestos», destacó un residente de la calle Alacant haciendo hincapié en que los detenidos distribuían sustancias estupefacientes. Muy cerca de esta persona estaba el encargado de un negocio próximo al edificio registrado. «Todos sufrimos las consecuencias de esta situación que se está alargando en el tiempo. Llevamos más de siete años viviendo con su presencia», lamentó.
Asimismo, denunció que existe una mafia detrás de estas ocupaciones ilegales que controlan los pisos disponibles y los «ponen» en el mercado para gente necesitada de techo a cambio de un mínimo desembolso. «Son caciques que se aprovechan de la situación. Incluso he visto cómo en temporada alta viven en estas viviendas más de seis personas que se dedican a robar el agua y la luz de la comunidad», puntualizó este hombre destacando cómo uno de los okupas rompió el cristal de un local para robar la electricidad con la idea de acceder a la caja de fusibles. «Hay okupas de todas las nacionalidades: desde marroquíes, senegaleses y argentinos hasta españoles», concluyó este trabajador.
En esta misma línea se mostró también un vecino que estaba en un bar de la calle. Según este residente, en total hay 12 viviendas repartidas entre los tres pisos del edificio. «En el bloque viven varios okupas, pero sobre todo están asentados en la parte de abajo, en el sótano», explicó mientras resaltaba que la mayoría son españoles que trabajan en la obra. «Diría que viven aquí desde hace casi 10 años. Muchos de ellos roban agua y electricidad desde hace tiempo», manifestó este trabajador.