Inspectores de trabajo de refuerzo, contratados para operar en Ibiza durante 40 días en verano, llegaron a exigir que en lugar de ser alojados en un hotel pudiesen hacerlo en apartamentos con cocina para poder compartirlo con sus parejas, según la documentación que obra en poder de este periódico. Estos inspectores ya no volverán a realizar la campaña el verano que viene, lo que ha provocado varias denuncias por parte del portavoz socialista, Iago Negueruela, que acusa al Govern de permitir la explotación de los trabajadores del sector turístico.
Disponer de un apartamento con cocina era una de las distintas peticiones que realizaban los inspectores antes de incorporarse a sus puestos de trabajo en comunicación permanente con los funcionarios del Govern.
De estas incidencias destaca un resumen sobre uno de los trabajadores contratados para operar en Ibiza y Formentera. «Antes del inicio de la campaña el trabajador nos hizo la petición de si en vez de hotel asignado se le podía asignar un apartamento con cocina. Se le contestó que la agencia de viajes como adjudicataria del contrato asigna los hoteles en función de los pliegos existentes en el mismo. Tres semanas después vuelve a insistir que quiere tener varias opciones de alojamiento y nos solicita ponerse en contacto directo con la agencia de viajes», señala el informe de incidencias.
Insuficiente
Este mismo trabajador insistió en que no le bastaba una habitación individual, que era insuficiente. Desde el Govern se le comunicó que contaría con una habitación doble de uso individual, pero tampoco se conformó. Desde la antigua Conselleria de Treball aseguran que dicho trabajador llegó a tratar «de mala manera» a los empleados de la agencia de viajes cuando contactaba con ellos para reclamar un mejor alojamiento.
Tras mucha insistencia, según el informe, «la agencia de viajes comunica que se le ofrece una habitación doble con balcón y vistas al mar sin coste». Después de muchos cruces de correos electrónicos sobre esta cuestión, el inspector hizo otra petición: quería cambiar el día de vuelo de vuelta y que el coste lo asumiese el Govern. Desde la Conselleria de Treball se le indicó que podrían ayudarle enla gestión, pero la diferencia económica debería abonarla él.
Durante semanas este trabajador enviaba correos electrónicos donde incluía imágenes de las habitaciones de hotel en las que quería alojarse. «Siento ser tan insistente con el tema del alojamiento pero es que lo peor de mi estancia en Ibiza en el Plan de Balears de 2018 fue precisamente el alojamiento. En aquel año estuve alojado en un zulo horrible», relataba.
En otros correos preguntaba el importe de la dieta diaria, en qué oficina de Ibiza se desarrollaría su trabajo, además del exigir un apartamento con cocina. En sus mensajes incluía apartamentos con sus correspondientes fotografías que eran de su gusto para alojarse en lugar del hotel que habían elegido para él de cara a la campaña de verano.
A dos días del inicio de la campaña, el trabajador comunicó que no aceptaba la plaza de inspector de refuerzo, lo que supuso un coste de 556,36 euros a las arcas de la Comunitat, además de sufragar las tres noches de hotel que no se ocuparon hasta que se designó a una persona para que lo sustituyese.