El pasado, presente y futuro de la Oficina de la Dona de Ibiza se han reunido este lunes en el Casal de Igualdad del Ayuntamiento de Ibiza para recibir el premio Meninas 2023 como reconocimiento por su trabajo durante estos casi 30 años de larga batalla contra la violencia de género en la isla. Este galardón, que se lleva concediendo en Ibiza tan sólo desde 2020, reconoce la labor de personas, colectivos, entidades o instituciones en la atención, asistencia, protección y recuperación de estas víctimas.
«Este año ya tocaba. La Oficina de la Dona de Ibiza fue pionera a nivel balear y nacional en intervención y atención a todas las víctimas de violencia machista», explicó el director insular de la Administración General del Estado en Ibiza y Formentera, Enrique Sánchez Navarrete, minutos antes de presentar a las protagonistas de este acto celebrado con motivo de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. «Desde que se creó este espacio han trabajado en este organismo más de 40 mujeres en Ibiza, atendiendo a casi 7.500 víctimas a lo largo de este tiempo», explicó Enrique Sánchez antes de dar paso a la «más experimentada de la mesa», Ángela Padilla. Esta mujer ha ejercido este lunes como representante de todo el equipo profesional que ha trabajado en la Oficina de la Dona desde que comenzó siendo un «programa piloto» en 1997.
Compromiso
«Es un honor recibir de parte de todo el equipo este reconocimiento. Este organismo lleva muchos años trabajando por los derechos de las mujeres y sus hijos, teniendo como objetivo la protección de todas las víctimas», subrayó Ángela Padilla alabando el compromiso de las profesionales a la hora de luchar «contra viento y marea» para hacer frente a esta «lacra social». «Se ha trabajado bajo presiones propias de las obligaciones de nuestro trabajo. Hemos vivido días largos, densos y complicados, pero conseguíamos esquivar estas dificultades y momentos angustiosos por las víctimas», manifestó esta mujer haciendo hincapié en que el objetivo de la Oficina de la Dona es evitar el sufrimiento de las usuarias, proporcionándoles apoyo y protección. Junto a ella estaba la psicóloga Sara Santacruz, la primera coordinadora de este organismo. Una entidad que, según Sara Santacruz, comenzó denominándose Oficina de Atención a la Mujer y Víctimas de Violencia. «Se ha vivido un camino de rosas y muchas espinas durante estos años», añadió esta profesional compartiendo su mirada personal a la historia de esta entidad.
«Empezó siendo un proyecto experimental en el que sólo trabajábamos dos tardes a la semana, martes y jueves. Sólo estábamos una asesora jurídica y yo, que soy psicóloga», recordaba esta profesional resaltando que a los dos meses se incorporó Olga Guerra, una trabajadora social que, posteriormente, también se encargaría de coordinar este servicio en Ibiza. También ha señalado este lunes que en aquel momento la avalancha de peticiones por parte de las víctimas de violencia de genero era tan «abrumadora» que en tan sólo un año lo que comenzó siendo un «pequeño programa» tuvo que ampliarse para mejorar la atención.
«Se extendió también a las mañanas hasta que se convirtió en un servicio de atención. Empezamos a incluir los hogares de acogida porque vimos que era una necesidad inmediata», agregó e indicó que este acogimiento comenzó siendo una estructura para familias. «En aquel momento había mujeres víctimas de violencia de género, pero no estaban reconocidas como tal. Entonces todavía se denominaba violencia doméstica», apuntó Sara Santacruz durante el acto de entrega del premio Meninas 2023. Además, explicó que seguían formándose en materia de violencia de género.
«El Institut Balear de la Dona todavía no se había creado y nos gestionábamos como podíamos. Nos coordinábamos con Madrid e íbamos a distintos puntos para recibir cursos de formación», manifestó la exdirectora de la oficina destacando la gran carga de trabajo de aquellos años. «Era muy doloroso ver esa avalancha de mujeres que venían pidiendo ayuda. Nos sobrepasaba a nivel emocional y a nivel de recursos porque apenas teníamos», lamentó Sara Santacruz haciendo hincapié en cómo esa realidad social se fue asumiendo poco a poco y cómo este organismo fue creciendo en Ibiza.
Más servicios y programas
«Hoy vemos el resultado. Un servicio que presta ayuda integral a todas las víctimas de violencia machista. Empezaron a crearse más servicios y programas», añadió. Incluso, subrayó, se creó un punto de encuentro para trabajar con los maltratadores, sin embargo, fue una «experiencia breve». También se impulsó el Servicio de Mediación Familiar para tratar aquellos casos derivados a la Oficina de la Dona por parte del juzgado. «Este organismo es un faro en toda Ibiza», puntualizó esta profesional. Por su parte, la trabajadora social Olga Guerra, que también estuvo al frente de la entidad hasta 2018, destacó el aprendizaje constante en sus años como trabajadora de la oficina: «Entré siendo novata y aprendí mucho, sobre todo en materia jurídica, porque tuve la suerte de trabajar en un equipo multidisciplinar. Hemos crecido juntas, vimos cómo nacía la ley contra la Violencia de Género y los diferentes servicios de atención a las víctimas», subrayó.
En esta misma línea, señaló con satisfacción que han visto también cómo la población se ha ido sensibilizando poco a poco y recordó los cursos realizados a los diferentes Cuerpos de Seguridad para concienciar sobre esta lacra social. «Hace años nadie entendía la complejidad de la situación», añadió Ángela Padilla. Por su parte, la actual directora de la Oficina de la Dona, Tonyi Ferrer, agradeció a todas las presentes y todas las profesionales que han pasado por la entidad su implicación durante estos años: «El premio es gracias a todas vosotras», apuntó la directora mientras la representante de todo el equipo recibía este reconocimiento tan especial. El acto finalizó con una foto de familia de todas las profesionales que han hecho posible que la Oficina de la Dona sea un referente contra esta «lacra social».