Ismael Laplaza (Salamanca, 1958) empezó su formación en México, pero tras un tiempo en el continente americano se desplazó a un hospital de Huesca para trabajar como internista. Todavía recuerda el día en que se enteró que Can Misses tenía una plaza vacante en Cardiología. Laplaza no lo dudó y se trasladó a Ibiza con mucha ilusión y energía. Las mismas que ha demostrado cada día en el hospital haciendo frente a la falta de recursos y facultativos. Pronto le pasará el testigo a la cardiológica Magdalena Memoli Aranda, pero antes de perderse entre las montañas del Pirineo Aragonés quiere agradecer al pueblo ibicenco su acogida y cercanía durante todos estos años de trabajo.
—Felicidades por su trayectoria al frente de Cardiología de Can Misses.
—Muchas gracias. No ha sido nada fácil, ha sido una lucha diaria desde el principio.
—¿Cómo vivió los primeros años en el hospital y cómo ha evolucionado el servicio?
—Empecé como internista en Ibiza en 1990 y en 2008 me comprometí a dirigir el área. Cuando llegué a Can Misses no había Servicio de Cardiología sino un Servicio de Medicina Interna en el que estaba integrada la especialidad de Pulmón y Corazón. Faltaban muchos recursos, no había ecocardio y la mayoría de los pacientes de Ibiza se tenían que trasladar a Barcelona porque en Palma tampoco había mucho aparataje y no existía la Unidad de Hemodinámica.
—¿Cómo fue el proceso a la hora de crear una nueva área?
—Salir de Medicina Interna y crear el servicio fue un proceso largo y complicado porque siempre éramos dos o tres cardiólogos como máximo y nuestra cartera de servicios es de las más extensas porque nosotros hacemos muchas pruebas complementarias, interconsultas de hospitalización, pruebas de esfuerzo, ecografías, endoscopias… estudios que se fueron incorporando poco a poco. Hasta llegar aquí ha sido muy laborioso.
—¿Qué situaciones complejas recuerda cuando llegó a Ibiza?
—Sobre todo, en el tema de traslados fuera de la isla y sus condiciones. Estuve en un traslado antiguo y fue deprimente, el paciente que había tenido un infarto estaba atemorizado porque no podía ir directamente a una Sala de Hemodinamia. El tiempo que se tarde en llegar al hospital, tanto en los infartos como en los ictus, es clave para una supervivencia y para evitar secuelas neurológicas y cardiovasculares. La precocidad es muy importante y, actualmente, gracias a nuestra Unidad de Hemodinamia el pueblo ibicenco puede recibir una asistencia rápida.
—¿Desde hace cuánto tiempo está el servicio de Hemodinámica?
—El Servicio de Hemodinamia está en Ibiza desde hace tres años. Los hemodinamistas están aquí como parte de un servicio centralizado. En Can Misses hay dos profesionales fijos, pero también hay sanitarios que vienen desde Son Espases. Hay un gran vínculo con ellos. También tenemos un gran Servicio de Cirugía Cardíaca.
—¿Y respecto a los recursos humanos?
—El Servicio de Cardiología siempre ha sido complejo a nivel de adquisición de profesionales porque siempre ha habido deficiencias. Afortunadamente, dentro de poco, tendremos en total cinco cardiólogos clínicos porque pronto se incorporarán dos profesionales experimentados, conocedores de que la colaboración de Atención Primaria y Urgencias es esencial para que las derivaciones sean buenas, además de tener buenos protocolos sanitarios. También se han contratado dos hemodinamistas. En total habrá siete profesionales.
—¿Se completa de esta manera la plantilla de Cardiología?
—La plantilla orgánica no es de cinco sino de seis plazas, pero el problema principal es que, aunque pongamos anuncios a través de la Sociedad Española de Cardiología buscando profesionales, no quieren venir facultativos nacionales a Ibiza. Sin ir más lejos, ahora cuando me jubile el servicio se quedará sin españoles porque contará con cinco argentinos y dos cubanos que harán una gran labor porque están muy bien formados.
—Tras estas nuevas incorporaciones que cubrirán el servicio, ¿se jubila tranquilo?
—Sí, el nivel del Área es de calidad porque hay buenos profesionales formados. Hay que recordar que Can Misses es un hospital comarcal y, pese a ser de tercer nivel, tiene Servicio de Hemodinamia, en el que se realizan 300 cateterismos al año, mientras que en otros hospitales comarcales no existe esta unidad. Además, tenemos un convenio con la Policlínica Nuestra Señora del Rosario para llevar a cabo el programa asistencial Código Infarto y esta colaboración es un lujo para los pacientes de Ibiza porque no tienen que trasladarse a Palma.
—¿Está satisfecho con todo lo que ha crecido Cardiología desde su llegada?
—Sí, mucho. Creo que he cumplido mi misión porque de la nada se ha creado un buen servicio, aunque es cierto que faltan inversiones que ya hemos reclamado.
—¿Qué inversiones?
—Falta invertir más en el tratamiento de arritmias y en un equipo de resonancia nuclear magnética porque ahora se pide esta prueba para complementar el estudio de pacientes con enfermedad coronaria que han tenido un infarto o una insuficiencia cardiaca y, así, comprobar la función y movilidad del corazón. Aquí tenemos resonancia magnética de 1 Teslas, pero es anticuado. Necesitamos que el Govern balear nos proporcione un equipo de 3 Teslas de alta definición para ser más independientes.
—¿Qué más peticiones se han realizado desde el servicio?
—Si se creara una Unidad de Electrofisiología y Arritmias Cardiacas y una Unidad de Fibrilación Auricular se podrían beneficiar los pacientes de Ibiza de un control exhaustivo de los factores de riesgo vascular sin tener que trasladarse. Además, desde la Gerencia se comprometieron a comprar más ecógrafos y a desarrollar un software de cardiología porque el laboratorio de hemodinámica ya puede realizar estudios de fisiología coronaria.
—¿Son escuchadas vuestras reclamaciones por parte del Govern balear?
—Los mallorquines tienen el poder en todos los ámbitos y a nosotros nos dan un 10 % de los recursos, nos dan las migajas. Ellos tienen un nivel sanitario impresionante con cuatro hospitales públicos y muchas clínicas privadas. Creo que desde Palma tienen que invertir más en Ibiza en materia de salud.
—Es usted desde hace tiempo coordinador de las jornadas sobre enfermedades cardiovasculares e insuficiencia cardíaca.
—Soy secretario de la Sección de Insuficiencia Cardiaca. En 1997 empecé a organizar el Congreso de Insuficiencia Cardiaca para profesionales nacionales. El año pasado vinieron 300 personas al acto, creo que el nivel del congreso se ha consolidado en todo este tiempo. Además, es un gran altavoz para destacar la importancia de la docencia en la medicina. En España no se invierte casi en formación y, actualmente, la profesión médica necesita mucha docencia.
—¿En su época se impartía más formación?
—En mi época de joven había cursos, jornadas y formaciones. Ahora los profesionales se forman a través de Internet, pero siempre es mejor ir a congresos porque los profesionales forman parte de coloquios y reuniones. Ahora soy Vocal de Docencia y estamos fomentado unas jornadas para este último trimestre dirigidas a compañeros de Atención Primaria y Urgencias para que sepan controlar factores de riesgo cardiovascular y la derivación precoz y resolutiva.
—¿Cree que actualmente los cardiólogos están actualizados?
—Mi especialidad es la que más mata y más prevalencia tiene. Todos los cardiólogos tienen que mantenerse actualizados con los últimos avances. Es cierto que hace unos años no se fabricaban productos farmacéuticos nuevos, pero en los últimos tiempos han salido muchos medicamentos para combatir el colesterol, la hipertensión, la insuficiencia cardíaca y los infartos. Hay que mantenerse al día con las guías y los protocolos porque cuanto antes resolvamos un caso, mayor supervivencia y mayor estabilidad clínica habrá.
—¿Considera necesaria en Ibiza la Unidad Docente para la formación de especialistas en Cardiología?
—Sí, haría falta. Por el momento, queremos reunirnos con el coordinador de las unidades para que los MIR que acaban en Urgencias reciban formación acerca del protocolo asistencial sobre fibrilación, insuficiencia cardiaca o Código Infarto porque Cardiología se organiza por unidades: Unidad de Insuficiencia Cardiaca, Unida de Imagen, Unidad de Radiología, Unidad de Dolor Torácico, Unidad de Fibrilación Auricular…
—¿Cuál es la situación actual de la lista de espera en Cardiología?
—Cardiología es como la caja de pandora. Cuando hay saturación en Atención Primaria, Urgencias y Neurología, nos vuelven locos. Actualmente la lista de espera es de casi tres meses debido a las pruebas complementarias que se tuvieron que bloquear como consecuencia de la covid. Esto creó mucha lista de espera para ecografías.
—¿Cuáles son los mayores problemas cardiacos que sufren los ibicencos?
—La mayor prevalencia en la actualidad sigue siendo la enfermedad cardiovascular porque los síntomas del infarto de miocardio y de la angina siguen aumentando. También se ha disparado el ictus cerebral producido por una falta de riego sanguíneo. Si antes en 20 años atendíamos uno o dos, ahora atendemos 15 casos. También se atienden más ictus trombóticos e isquemias cerebrales, algunas de ellas iniciadas de forma súbita. La Cardiología está intentando que el ser humano tenga más longevidad y una vida digna con implantes como los desfibriladores o marcapasos.
—Usted explicó en una entrevista que había aumentado considerablemente la enfermedad cardiovascular en la mujer.
—Sí, es debido a la equidad laboral que se estableció en España a partir de los años 60 en el sentido de la igualdad de derechos. Se incorporaron a más puestos de trabajo y esta carga laboral supone más estrés, hipertensión y diabetes. El riesgo cardiovascular en la mujer llega a partir de los 50 años cuando los estrógenos protegen menos el área vascular. De media, las mujeres son más propensas a los infartos que los hombres y cada vez hay más pacientes afectadas por síndromes coronarios agudos.
—Y el incremento también en los jóvenes, ¿a qué es debido?
—Es debido, entre otros motivos, al consumo de fármacos tóxicos que ingieren los jóvenes porque estos medicamentos llegan a las arterias. El corazón bombea cinco litros de sangre por minuto, tiene miles de kilómetros de arterias y el endotelio es una estructura que es dinámica, pero se pude alterar si se producen placas de ateroma. Estas placas aparecen cuando existe una gran cantidad de colesterol acumulado que va obstruyendo las arterias hasta que una se rompe, se produce un sangrado de placa y la formación de un trombo.
—Los hábitos alimenticios y rutinarios influyen.
—Los jóvenes son cada vez más sedentarios y esto afecta a la obesidad. Hay que evitarla como sea porque no es un signo físico, es una enfermedad que luego desencadena distintos problemas cardiacos, pulmonares, respiratorios, digestivos y síntomas cerebrovasculares.
—También habló sobre los avances en la implantación de un corazón artificial.
—Se está experimentando a partir de células madre, pero los expertos todavía no se han implicado de lleno porque cuando un paciente tiene insuficiencia cardiaca, y su corazón no puede bombear de la forma correcta, hay dispositivos externos de asistencia ventricular. No obstante, creo que es importante luchar para lograr el trasplante. De momento, todas las técnicas de investigación van dirigidas a las inyecciones de células madre concretas para conseguir regenerar el corazón tras un infarto. A nivel cardiovascular será el futuro.
—¿Se sabe quién le sustituirá como jefe del servicio de Cardiología?
—Sí, la doctora y coordinadora Magdalena Memoli Aranda. Es la médica de más antigüedad en Cardiología y responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca.
—¿Destacaría algún momento vivido durante estos años?
—Es que el recorrido ha sido tan duro… hasta esta semana sólo éramos dos o tres cardiólogos. Cada día era una lucha debido a la carga laboral porque el resto de servicios dependen de nosotros: Medicina Interna, Neurología, Nefrología… todas estas áreas nos piden interconsultas. A esto hay que sumarle una media de 15 pacientes hospitalizados, una cantidad elevada para la población que tiene Ibiza.
—Más la atención en Formentera.
—Exacto, más el servicio semanal en Formentera. Además, también realizamos las consultas online con el médico de cabecera. Como decía, nuestra cartera de servicios es muy amplia porque ahora todos los caminos no conducen a Roma, conducen a Cardiología.
—¿Y nunca han reclamado, como en el caso de Oncología, la declaración de las plazas de Cardiología como de muy difícil cobertura?
—Yo he hecho todo lo posible para poder cubrir las plazas estos años, pero pinto poco. La tendencia ha sido que esta carencia de facultativos afectaba, especialmente, a Oncología y Anestesiología, pero nosotros también la hemos sufrido. En Baleares tiene que haber un plan del Govern balear e IbSalut para crear de forma urgente viviendas de protección oficial para funcionarios.
—¿Cree que ha dejado huella en Can Misses?
—No lo sé. Yo sólo quiero agradecer al pueblo ibicenco su recibimiento cuando llegué a la isla. Desde el principio observé que el paciente ibicenco es muy agradecido. Me voy contento porque sé que lo he dado todo con cada paciente. Lamento si he cometido algún error, nosotros hemos intentado siempre dar a cada usuario una atención individualizada.
—¿Y ahora qué planes tiene?
—Me voy de Ibiza, me vuelvo a Zaragoza porque mi familia está allí. Soy un enamorado de Zaragoza, su Auditorio-Palacio es maravilloso y tengo tan cerca el Pirineo Aragonés…
—Ahora que tendrá más tiempo libre, ¿ha pensado volver a la política?
—Mi paso por la política fue muy bonito, pero fue más bonito dejarlo [ríe]. Me di cuenta de cómo era el sistema político y es muy complicado. Hay mucha gente que está en este mundo sin estar preparada. Hace falta una formación adecuada y profesionalizar la política porque en España es un caos.