La sociedad isleña ha vuelto a volcarse con el Club Náutico Ibiza en el acto reivindicativo organizado para defender su gestión de una marina social en el puerto de Vila. Fue en septiembre de 2022 cuando centenares de ibicencos ya expresaron su apoyo a la histórica entidad en una primera convocatoria organizada de similares características. Al igual que hace dos años, el arquitecto Elías Torres fue el encargado de leer el manifiesto titulado 'Salvem es Club' para exigir a las autoridades que «no hundan» y «no dejen morir» al Náutico Ibiza.
El parlamento de Torres comenzó lamentando cómo hoy en día la especulación, el consumismo, la pretensión y la exhibición, han provocado la práctica desaparición de la manera de vivir que los ibicencos tenían años atrás, siendo el Náutico el testimonio «más visible y significativo» de aquella cultura. «De si es posible que, con el tiempo, surja una nueva sociedad como la instituida por este Club, no se tienen señales que lleven al optimismo», insistió.
El arquitecto recordó que el Náutico «todavía late, está vivo y sigue manteniendo encendida la llama de las relaciones sociales abiertas a todos», aunque ahora muchos lo ven «como un pequeño trozo de tierra sobre el mar, deseado por especuladores sinvergüenzas que no quieren ni entienden el papel y el significado de este Club y de lo que representa para la identidad de la sociedad ibicenca». Elías Torres señaló que los socios representan hasta cuatro generaciones de ciudadanos que han ido transmitiendo experiencias, con el sentimiento de pertenecer a una sociedad con valores «muy diferentes» a los de las «poderosas» marinas vecinas.
Para Torres, la alternativa parece encaminada a quedar en manos del lucrativo negocio de los amarres de lujo y de posibles restaurantes afines. Durante el manifiesto aseguró que, si el Club desaparece, resultará liquidada definitivamente una forma de vida y de ser de los ciudadanos de Ibiza.
Apoyos
El Real Club Náutico de Palma (RCNP) expresó ayer su solidaridad con el Náutico de Ibiza, cuya prórroga para gestionar sus instalaciones caduca el próximo mes de mayo. Durante la mañana, los integrantes de los equipos de regatas del RCNP se concentraron a las puertas de su club y desplegaron una pancarta expresando su apoyo a la entidad ibicenca y «en defensa del deporte y la náutica social». El presidente del RCNP, Rafael Gili, viajó a Ibiza para acudir al acto y aprovechó para recordar que «todos los náuticos de Baleares deben ser defendidos», resaltando que «es una lucha en la que todos estamos involucrados, pensando en la actividad social y deportiva que los clubes desarrollan», afirmó.
Sobre la situación del RCNP, Gili reconoció que todavía «no estamos en una situación tan crítica como la de Ibiza», aunque pelean también por conservar la gestión. Participantes en el evento en representación de otras entidades náuticas de Baleares o incluso de asociaciones estatales defendieron los beneficios de las marinas sociales al crear «polideportivos del mar» a coste cero para la Administración y animaron a «alzar la voz» contra la «inseguridad jurídica» que padecen las entidades de tipo náutico.
«Sin Club, no hay regatas. Nuestros competidores no podrán cumplir el pliego de condiciones. Harán eventos, no regatas», afirmó el director del Náutico, Vicent Canals. Durante la iniciativa participaron representantes de ‘Un mar de posibilidades' y jóvenes regatistas, aunque fue el comodoro Damià Verdera quien cerró el acto antes de dar paso a una actuación musical. Verdera exigió a la Autoridad Portuaria que paralice el concurso actual y licite unas bases para gestionar una marina social, con precios sostenibles «y para la gente del pueblo». «Hemos presentado amarres de 10 metros por 6.800 euros al año, reflejando nuestro carácter social. 25.000 euros nuestros oponentes. Ellos ven una mina de oro y diamantes. Nosotros, un tesoro que debemos cuidar», concluyó.