La nueva depuradora de Ibiza comenzará a funcionar en la segunda quincena del próximo mes de marzo. Así lo han indicado fuentes del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico consultadas por Periódico de Ibiza y Formentera. Las mismas fuentes han indicado que, en estos momentos, «se están finalizando los últimos remates de obra y conexiones» y que «la puesta en marcha está prevista para la segunda quincena de marzo».
Esta infraestructura, que entrará en funcionamiento tras dos décadas de espera, se considera fundamental para buena parte de la isla, pero, sobre todo, para el municipio de Ibiza. Así lo ha recordado el concejal de Medio Ambiente, Jordi Grivé, quien ha señalado que el anuncio del Gobierno es «una excelente noticia». «Se trata de una infraestructura muy necesaria para evitar los vertidos continuos al torrente de sa Llavanera», señaló el edil, «aunque también es cierto que acumula casi 20 años de retraso».
Con la entrada en funcionamiento de la nueva depuradora Grivé considera que Vila podrá «cerrar el ciclo del agua». Sin embargo, queda aún pendiente un reto importante: la reutilización del agua depurada. «Necesitamos poder utilizar ese agua depurada y no verterla al mar», advirtió el concejal, «es una pena que, en este sentido, el Ayuntamiento de Eivissa no hiciera en su día los deberes, como sí los hizo el de Santa Eulària, que aprovechó las canalizaciones que estaba instalando la empresa que ejecutó las obras de la depuradora». Ante esta situación, el Ayuntamiento de la capital de la isla se plantea ahora «cómo cerrar ese ciclo del agua». Así, una vez que entre en funcionamiento esta infraestructura, el Consistorio buscará cómo «interceptar ese agua depuradora» y reutilizarla.
Grivé, por otro lado, precisó que uno de los problemas detectados ahora es que «a la depuradora llega agua con excesiva conductividad». Esto significa que, una vez depurada, no podría ser reutilizada en riego de jardines. Sin embargo, el edil recordó que el Ayuntamiento de Eivissa está a punto de adjudicar la nueva contrata de agua, que supondrá inversiones por un valor de 18 millones de euros y a ejecutar en un plazo de ocho años. La nueva empresa adjudicataria tendrá que invertir buena parte de este dinero en «renovación y construcción de la red separativa de alcantarillado y de pluviales», explicó el concejal. Un trabajo que «permitirá renovar los tramos principales del alcantarillado, que pueden estar en mal estado y que tienen intrusión marina». Una vez ejecutados estos trabajos, «el resultado ha de verse reflejado en la conductividad del agua que llegue a la depuradora», que, si es más baja, sí podrá se reutilizada. Grivé ha concluido recordando que el objetivo principal del Ayuntamiento ahora ha de ser precisamente esa reutilización del agua depurada y cerrar así el llamado ciclo del agua.