El delegado en Ibiza y Formentera del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIs) de Baleares, Zenón Helguera, habló ayer en el programa Bona Nit Pitiüses de la TEF sobre la falta de vivienda asequible y aseguró que la construcción de más viviendas de protección oficial (VPO) «podría ayudar a largo plazo porque si hay más oferta, los precios bajarán automáticamente».
Helguera, además, se mostró partidario de que las viviendas sociales que se construyan sean «de alquiler y no de venta, porque si no se liberaliza el precio y la inversión pública la aprovecha un inversor privado».
En este sentido, considera que si los precios de alquiler están por las nubes es porque «no hay suficientes pisos». «Los propietarios que se compran un piso aquí como segunda residencia y vienen un mes o dos al año, están en su derecho», añadió en relación a la gran cantidad de pisos vacíos que hay.
El del alquiler es un mercado inexistente en Ibiza por la falta de oferta. «Nos piden alquileres pero no conocemos ninguna agencia que tenga apartamentos para alquilar a precios normales. Vemos que se alquilan furgonetas, tipis, hace años balcones, … Hace poco enviamos al Colegio una habitación con 2 camas individuales a 1.600 euros. Compartir habitación con una persona que no conoces es malvivir y no es normal», aseguró Zenón Helguera.
En cuanto al alquiler turístico ilegal, el delegado de los APIs en las Pitiusas considera que en la actualidad ya no supone un problema tan grande como antaño. «Queda un remanente pero las inspecciones han hecho que bajara muchísimo la oferta. Además, las comunidades de vecinos cuando detectan uno lo denuncian rápidamente», apuntó.
Ventas
La inflación incesante en el mercado de compra-venta de inmuebles provoca que sea «complicado vender. Los precios de aquí son comparables a los de capitales europeas, como París. En Formentera, son un 20 o un 25 % más. Y esto hace que la venta se complique.
En casas, la situación urbanística no es fácil asumir para compradores y abogados.
Otro problema es la situación urbanística de muchas viviendas en el campo, con edificaciones fuera de la ley «que no son fáciles de asumir para compradores y sus abogados». Una situación que el Govern Balear quiere ordenar a través de una amnistía y previo pago de una sanción. «Aún no hay nada definitivo. Por un lado es bueno, pero por otro tiene un posible efecto llamada que podría ser peligroso», señaló Helguera, quien recordó que años atrás ya se llevó a cabo una medida similar en la que «el número de viviendas que se acogieron fue pequeño. No lo comprendemos. No sé si ahora tendrá mayor relevancia».
En cuanto al perfil de comprador de vivienda en Ibiza y Formentera, Helguera señaló que son ciudadanos «extranjeros mayoritariamente», con dos perfiles distintos: los europeos que buscan casas en el centro de la isla, en zonas como Santa Gertrudis o Sant Rafel para «estar más cerca del colegio o de todo», y otros de un nivel adquisitivo más elevado que se decantan por zonas de costa como es Cubells.
Cuestionado por los motivos de este incesante incremento en la compra de viviendas en la Península, el delegado de los APIs señaló que desde la pandemia, «hay mucha más gente que puede teletrabajar, que va a su oficina uno o dos días al mes. Tienen el salario de allí y viven aquí».
¿Y por qué eligen Ibiza y Formentera? «Los extranjeros buscan lo que no tienen en casa: un apartamento con una terraza, mejor con vistas, con solecito y calidad de vida. Esto hace que el precio se dispare. Pero si no hay más oferta, no bajarán los precios», avisa Zenón Helguera.
El delegado de los APIs en las Pitiusas negó que en Ibiza y Formentera haya una burbuja inmobiliaria y que invertir en estas islas «es un valor seguro. Si no,yo invertiría en otro sitio». En este sentido, destaca que desde la década de los años 70 del siglo pasado los precios siempre han ido subiendo sin apenas altibajos.
Helguera también comentó que los efectos en las Pitiusas de las medidas contempladas en el decreto de emergencia habitacional serán escasos.
No hay que edificar, hay que regular la entrada de gente y coches.