José es uno de los vecinos de «las favelas», tal como define él mismo el camping ilegal de Can Rova, ubicado en Can Negre. «Yo soy uno de los privilegiados», asegura a Periódico de Ibiza y Formentera comparando la autocaravana en la que reside con el resto de sus vecinos ya que «muchos viven en tiendas de campaña».
José asegura que lleva viviendo en Ibiza hace 15 años. «Mi hijo ha nacido aquí y es de aquí» y que «tras cinco años no me quisieron renovar el contrato de alquiler y tuve que marcharme», relata Jose su situación desde hace tres meses. «No tuve más remedio que ir a Palma a comprarme una caravana para poder vivir en Ibiza», explica este vecino de Ibiza, quien denuncia que «los precios de los pisos son abusivos y, cuando tienes un perro, no vale la pena ni preguntar: la única opción que queda es alquilar una casa y acabar trabajando para el señor que te la alquila». «Por eso, aunque tengo dos trabajos y tengo que vivir en una caravana», explica Jose quien asegura que «tengo un trabajo en Iberia y otro en el mantenimiento de una villa de lujo, de las que cuestan 25.000 euros a la semana».
«No hay opciones»
Respecto al lugar en el que José tiene acampada su autocaravana, explica que «en Ibiza no hay opciones y, cuando este señor te ofrece este espacio, no tienes más remedio que aceptarlo; no hay otro lugar donde meterla». Sin embargo, José admite que «esto se le ha ido de las manos al dueño de los terrenos, pero se lo ha ganado a pulso: lo ha convertido en un campo de chabolas y de favelas».
José describe un lugar «lleno de furgonetas en todo tipo de estado, turismos, tiendas de campaña…» de donde «cada mañana salen un montón de niños para ir al colegio».
«La mayor parte de la gente que está allí es de origen sudamericano», explica José, quien afirma que «de entre las más de 700 personas que debe haber allí solo somos cuatro o cinco españoles y cuatro o cinco italianos».
Los servicios en este campamento ilegal, tal como explica José, son más que precarios: «Cada dos por tres nos quedamos sin agua, por la que se pagan 50 euros, y la gente se apaña con garrafas para lavarse, limpiar y beber. Lo de la luz también es una locura, también se pagan 50 euros por conectarse con unos cables que están por ahí amontonados y eso es un peligro».
A la hora de hablar de la convivencia en el cámping ilegal de Can Rova, José asegura que no hay ningún problema más allá de «tener que aguantar al propietario del terreno, que a veces le da por ponerse a chillar a la gente de una manera muy loca».
Pago por adelantado
Consciente del anuncio del inminente desalojo de Can Rova el próximo 10 de junio, José tiene previsto «ir a un terreno de una amiga y que no haya problemas». Una opción a la que la mayoría de sus vecinos no pueden optar y de quienes asegura que «ya se están yendo al campo que hay cerca de Sant Jordi a montar sus chabolas». «Muchos de ellos habían pagado varios meses por adelantado», asegura Jose que teme por ellos, «porque no estoy seguro de que puedan llegar a recuperar el dinero». Hecho por el que anticipa que «podría haber problemas con el propietario, que ya no se deja ver tanto como antes, y es que se la ha hecho bien gorda a mucha gente».
En este punto, Jose reivindica «que se habiliten espacios dignos para las caravanas antes de que Ibiza se llene de favelas» .