Entre las cifras más importantes que dejó ayer la presentación de la Memoria de Bienestar Social de 2023 en el Casal d'Igualtat, estuvieron el número total de los usuarios atendidos por este departamento, en total más de 2.600 personas, y las mayores inversiones en Servicios Sociales durante el año pasado. En este sentido, la atención integral orientada a la integración y promoción social de las personas en situación de exclusión social fue el servicio con la inversión más elevada: más de un millón de euros. Estos datos se ofrecieron por parte de la concejala de Bienestar Social, Lola Penín, y del director del departamento, Iván Castro, tras la celebración del Consell Municipal de Acción Social.
Una reunión entre representantes de grupos políticos, entidades sociales y administraciones que, según Lola Penín, no se celebraba en Vila desde el año 2014. Una vez comenzó esta presentación, la concejala de Servicios Sociales apuntó que estas prestaciones municipales garantizan la proximidad entre usuarios y la administración con el objetivo de gestionar programas que permitan una mejora de vida a los ciudadanos de Ibiza. Sin ir más lejos, Iván Castro destacó que una de las prestaciones más utilizadas por los usuarios fue el servicio de asesoramiento, sin embargo, ambos destacaron la importancia de todos los procedimientos o alternativas disponibles ante una situación de necesidad social.
2,5 millones
Servicios que, según la concejala de Bienestar Social, supusieron un presupuesto total en 2023 de más de 2,5 millones. «En 2024 se ha incrementado la partida presupuestaria de esta concejalía un 14 %», apuntó e indicó que, sobre los usuarios atendidos, más de 1.800 familias obtuvieron asistencia. Una cifra que se traduce en más de 2.600 personas de 63 nacionalidades distintas y de las que un 56 % fueron mujeres y un 44 % hombres. «El rango de edad que más se atendió fue entre los 31 y 64 años», concretó.
En cuanto a los servicios comunitarios básicos, el total de las prestaciones económicas destinadas fue de más de 350.000 euros, siendo la gran mayoría de estas ayudas necesidades básicas, seguido de ayudas a educación, vivienda y salud. El director de Bienestar Social explicó que las prestaciones del Servicio de Promoción en la Autonomía y Dependencia aumentaron con una inversión de más de 400.000 euros, llegando a atender a más de 500 personas. «Este servicio va en aumento por el envejecimiento de la población; nos estamos dando cuenta de que es un área que requiere más inversión», informó.
Infancia y familia
Sobre la atención a la infancia y la familia, Penín indicó que se destinaron 230.000 euros. «Contamos con varios programas y servicios que se ofrecen para detectar, prevenir y actuar frente al absentismo y el abandono escolar», subrayó la concejala. Entre ellos PISEM que, con 273 intervenciones, sirve para reducir situaciones de riesgo personal, social y familiar de los menores del municipio. También cuentan con EMAPI, que se trata de unos indicadores que muestran qué familias están en situación de vulnerabilidad. Actualmente hay 14 familias con menores de 21 años. También ofrecen ALTER y PISE, dos proyectos destinados a todo el alumnado de entre 14 y 16 años matriculado en la enseñanza obligatoria con dificultades de adaptación al entorno escolar. También están, indicó Penín, el Centro Social Sa Miranda, que es un proyecto que trabaja para prevenir el absentismo escolar, y el Proyecto APRENDEMOS, que busca prevenir el absentismo y abandono escolar prematuro. Además, Iván Castro añadió que se han realizado 59 tramitaciones de acceso a prestaciones por Renta Social Garantizada y por el Ingreso Mínimo Vital para cubrir las situaciones de vulnerabilidad social derivada de la falta de recursos económicos.
Respecto a los convenios y subvenciones a entidades sociales, en 2023 se destinaron más de 350.000 euros, de los cuales 291.000 euros fueron destinados a impulsar proyectos de intervención sociosanitaria dirigidos a colectivos en situación de vulnerabilidad social. En esta línea, Iván Castro precisó que muchos de los servicios están fluctuando llegando a registrar datos prepandemia. «La demanda social se está reduciendo porque la situación post-COVID ya está bastante resuelta. Ya no quedan secuelas de esta situación, puesto que la empleabilidad o el turismo, el motor económico de la isla, ha vuelto a niveles anteriores», concluyó.