Jesús Rumbo, una figura muy querida en Ibiza, regresó a la isla este martes tras recibir el alta médica en Mallorca. El propio Rumbo reconoce que ha pasado por un bache en su salud que lo mantuvo «entre la vida y la muerte».
Visiblemente emocionado, Rumbo confesó a su llegada a Ibiza que «el recibimiento en el aeropuerto ha sido uno de esos momentos que guardaré para siempre». Y es que una multitud de amigos y familiares lo esperaba con ansias para darle la bienvenida y mostrarle todo su cariño y alivio por su recuperación. Aunque improvisado a última hora, el recibimiento reunió a un nutrido grupo de seres queridos que, con una gran pancarta de bienvenida y la banda sonora de Nino Bravo de fondo, recibieron al artista ibicenco.
Al salir y ver la bienvenida que le habían preparado, Rumbo no dudó en compartir su alegría con los presentes, cantando los últimos compases de Libre antes de que la emoción lo venciera, llevándolo a fundirse en un abrazo con sus seres queridos.
Sin poder ocultar el susto que aún lo acompaña, el que fuera presentador de programas míticos de TEFcomo Kafé Kaleta o Es Calaix explicó que todo comenzó con un tumor en la glándula pineal. «Eso desencadenó una serie de problemas; tenía el cortisol disparado, lo que me provocó una subida de tensión brutal», relató. «La presión afectó mis nervios ópticos y, al principio, me quedé ciego», agregó, antes de admitir que, aunque está mejorando en otros aspectos, su visión aún no ha recuperado su estado óptimo.