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Vivienda

Chabolismo en Ibiza: el asentamiento de Can Raspalls se va vaciando sin fecha concreta aún para el desalojo

La mayoría ya ha partido del lugar por el final de la temporada turística hacía otros puntos del país

El asentamiento de Can Raspalls. | Irene Arango

| Ibiza |

El pasado miércoles 9 de octubre el Ayuntamiento de Sant Josep, de la mano de su alcalde, Vicent Roig, anunciaba que iba a proceder al desalojo del asentamiento de Can Raspalls por motivos de salubridad y salud pública. En dicha rueda de prensa no se precisó una fecha concreta para proceder a este desalojo y, a día de hoy, ésta sigue siendo incierta. Sin embargo, el asentamiento de Can Raspalls, ya sea por el anuncio del desalojo o por el final de la temporada turística, se está vaciando.

A lo largo del verano más de 200 personas han residido en dicho asentamiento. Prueba de ello son las 206 camas que contabilizó la Policía Local en el registro que realizó la semana pasada. Ahora, en cambio, la situación es muy diferente y no hace falta más que adentrarse en el asentamiento para observar que hay muchos más huecos y espacios vacíos que hace apenas siete días, cuando era difícil divisar un lugar amplio en el que no hubiera instalada alguna de las tiendas de campaña convertidas en vivienda.

Otra cosa que ha cambiado respecto a días anteriores es el estado del terreno. Si hace poco menos de una semana el consistorio argumentaba «motivos de salubridad, con cantidades ingentes de residuos e incluso excrementos», ahora la mayoría de habitantes ha recogido sus residuos, ya sea porque se han marchado del lugar porque su temporada laboral en la isla ya ha finalizado, o bien por el aviso que la Policía Local del municipio hizo en el momento del registro. No obstante, continúa habiendo multitud de residuos en el asentamiento.

Residentes

Ahmed es uno de los residentes del asentamiento de Can Raspalls. Trabaja en un restaurante pero ahora, con el final de la temporada turística, se le termina el contrato y se queda en paro. «Si me sale trabajo aquí me quedaré, si no me iré a Granada, que es de donde vengo», asegura. Sobre su situación y la de tantos otros, comenta que «en esta isla no hay alquiler, por mucho que lo busques. Este es el único medio que algunos hemos encontrado para vivir».

Temporada turística

Sobre los que ya se han marchado, explica que «la mayoría de la gente que viene aquí son trabajadores que vienen a hacer la temporada turística y luego se van a otro sitio de España». Ese es el caso de su compañero, que también se llama Ahmed y que asegura que este mismo miércoles es su último día en la isla. Por su parte, él ya ha terminado su temporada de trabajo, que ha desarrollado como conductor de Uber de noche. No es la primera vez que acude a la isla, sino que este ha sido su tercer año.

«Todos los que estamos aquí somos saharauis y venimos a buscarnos la vida y a trabajar. Cuando terminamos el trabajo, nos vamos», asegura Ahmed. En su caso, él parte en apenas unas horas a Sevilla, donde tiene a su familia. El primero de los Ahmed incide en esta idea: «Aquí la gente viene a trabajar y, cuando termina la temporada, es obligación limpiar el lugar donde has estado. Todo el mundo está limpiando ahora. Esta noche ha venido seis camiones de basura».

Otro de sus compañeros, Brahim, también habla de la cantidad de gente que se ha marchado en estos últimos días: «Antes había más de 200 personas viviendo aquí, ahora deben quedar entre 70 y 80». Sobre la distribución del asentamiento, explica que «primero solo había saharauis. Luego llegaron los latinoamericanos, que se ubican en la zona más cercana a la carretera». Precisamente en esta segunda zona se ubica la famosa tienda de campaña que se convirtió en una explotación turística.

El alcalde de Sant Josep, sobre las posibles fechas para el desalojo, ayer no quiso dar pistas. Sin embargo, ha especificado que «estamos dando un tiempo para quien quiera recapacitar y se vaya a otro lado. Quien siga ahí será sancionado y sus enseres serán retirados». «El objetivo no es hacer caja, sino que las cosas se hagan bien. Me consta que ya se ha desmantelado alguna carpa», añadió Roig.

Otros asentamientos

Sobre asentamientos en otras zonas del municipio como Cala de Bou o Cas Costes, el alcalde comentó que, por el momento, no hay ninguno que sea especialmente preocupante a nivel de población: «Son pequeños, de cinco o seis personas, ninguno en cantidad de gente como en Can Raspalls».

Desde el consistorio hay algo que llama especialmente la atención en la gestión del asentamiento y es la inacción por parte de la propiedad, una sociedad de inversores. «Teníamos un interlocutor en Ibiza que les hacía la representación. Él mismo trató de actuar de la mejor manera posible, pero terminó por rendirse por la inacción por parte de los propietarios. Por esta dejadez creemos que hay que actuar también contra la propiedad», concluyó Roig.

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