El mundo del cine está de luto tras el fallecimiento de Marisa Paredes, una de las actrices más queridas e icónicas del cine español, a los 78 años. Su pérdida ha conmovido a la industria del cine, especialmente a su única hija, la actriz María Isasi, nacida de la relación que Marisa mantuvo en los años 70 con el director y productor Antonio Isasi-Isasmendi.
La vida personal de Marisa Paredes siempre estuvo envuelta en discreción, aunque hubo momentos y lugares que marcaron su historia, como Ibiza. La isla tuvo un papel especial en la familia: allí Antonio Isasi-Isasmendi adquirió una finca en Ses Salines, un refugio al que acudían cuando necesitaban alejarse del bullicio de Madrid. En los últimos años, esta propiedad se convirtió en motivo de disputa legal entre María Isasi y los hijos del cineasta nacidos de una relación anterior, tras el fallecimiento de Antonio en 2017.
Aunque Marisa y Antonio se separaron en 1981 de manera cordial, la relación entre ambos y su hija estuvo marcada por el cariño y el respeto. María, que creció rodeada de arte y cultura, vivió principalmente con su madre en Madrid, pero a los 15 años decidió mudarse a Ibiza para compartir tiempo con su padre.
María heredó de Marisa la pasión por la interpretación, aunque inicialmente se resistió a seguir el camino de su madre. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Cuenca, finalmente encontró su vocación en las artes escénicas. Tras una intensa formación, María debutó en el cine con películas como 'Los amantes del círculo polar' (1998) y 'Volavérunt' (1999). En televisión, participó en series como 'Amar en tiempos revueltos' y 'Las chicas del cable'.
En el ámbito personal, la relación entre Marisa y su hija siempre fue estrecha y entrañable. Trabajaron juntas en la película 'Salvajes' (2001), y en 2018 María tuvo el honor de entregarle a su madre el Goya de Honor, un momento que ambas recordaron con gran emoción. En los últimos años, Marisa encontró una fuente de alegría en su nieta Thelma, nacida en mayo de 2021.