La Comisión de Embellecimiento del Ayuntamiento de Ibiza, presidida por el concejal Jordi Grivé, ha comenzado ya los trabajos para retirar todo el cableado que se encuentra a la vista en el casco histórico de la ciudad. Tras reunirse a finales del pasado mes de febrero con representantes de Gesa, el primer logro ha sido el de retirar esta semana los dos postes que desde hacía dos décadas se encontraban ubicados a las puertas de la iglesia de Sant Elm, en el barrio de La Marina.
Grivé ha asegurado que la comisión trabaja «en todas las vías legales y técnicas» para conseguir la desaparición de estos cables aéreos y ubicados también en numerosas fachadas del casco histórico de Vila. «Trabajamos para poder llevar a cabo la retirada de estos tendidos horribles que inundan nuestro casco histórico», ha explicado el concejal en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, «y ahora mismo tenemos varias líneas de actuación en marcha».
Jordi Grivé ha señalado que «lo más sencillo» ha sido proceder a la retirada de estos dos postes, que llevaban más de dos décadas en el entorno de Sant Elm, «afeando muchísimo la imagen de esa calle». «Se ha hecho en menos de una semana hablando con las suministradoras implicadas», ha añadido.
Más complicado parece que será conseguir retirar u ocultar los numerosos cableados presentes en las fachadas de estos barrios de Vila. Así lo indicó el propio Grivé tras la reunión del pasado mes de febrero. Y es que, según señaló entonces el concejal de Embellecimiento, los cables de las operadoras de telefonía e internet son los que realmente han agravado el problema en los últimos años. Telefónica es, en este caso, la principal responsable de la situación. De ahí que sea necesaria su colaboración para conseguir una solución que permita retirar estos elementos de las fachadas.
En el caso de los cables eléctricos, la comisión trabaja ya en la posibilidad de soterrarlos en las calles Alta y Retiro, de Sa Penya, aprovechando la remodelación que se está llevado a cabo de estas vías. «El problema que nos ha trasladado Gesa», explicó Grivé en febrero, «es que toda la ciudad es zona protegida y esto provoca muchos retrasos en las tramitaciones necesarias para soterrar los cables. Por eso la compañía prefiere no hacerlo porque, si lo hace, se amplía el plazo de los proyectos». Ante esta situación «es necesario intentar engrasar y que todo sea más rápido».