La Associació de Colònies Felines de Ibiza puntualizó ayer que el verdadero peligro para la fauna autóctona de las Pitiusas, en particular para las lagartijas, son las serpientes y nunca los gatos que habitan en las islas. En relación a las serpientes, desde la asociación consideraron que su proliferación ha sido documentada ampliamente y las administraciones, viendo los efectos que provoca su presencia, deberían redoblar esfuerzos para combatir esta invasión.
En un comunicado, el colectivo reiteró además que los gatos «no son una especie invasora», por lo que no figura en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras ni en ninguna lista de especies invasoras de la Unión Europea.
Entre otras consideraciones, señalaron además que la Ley 7/2023, de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, reconoce la existencia de colonias felinas y establece que su gestión debe realizarse mediante el método CER (Captura, Esterilización y Retorno), lo que demuestra que las administraciones públicas tienen la obligación de protegerlas y gestionarlas de forma ética, no de criminalizarlas.
«Las colonias felinas no pueden seguir siendo el blanco de ataques injustificados cuando la ley es clara: su gestión debe ser ética y basada en el método CER y cualquier intento de catalogarlas como invasoras carece de fundamento legal y científico», concluyeron desde la asociación.
Un gato transporta un ejemplar de Gallotia stehlini, especie endémica de Gran Canaria. Como decíamos, muchos de estos gatos son sigilosos y actúan con nocturnidad, por lo que su presencia suele generalmente ser detectada por sus huellas, excrementos o restos de presas. Muestran una gran versatilidad para adaptarse a distintos hábitats naturales, y como especie generalista depreda sobre una gran variedad de especies de reptiles, aves, mamíferos e invertebrados, pudiendo capturar incluso algunos peces y anfibios. Gatos silvestres, una amenaza para la biodiversidad