El mal tiempo de este miércoles en Ibiza, con lluvias continuas y alertas amarillas activadas, generó un auténtico caos circulatorio en las calles del municipio de Ibiza. Los atascos fueron la tónica durante toda la mañana, y tanto los turistas como vecinos tuvieron que adaptarse a las dificultades que provocó la lluvia.
En la avenida Santa Eulària, la parada de taxis del puerto náutico se convirtió en el punto de encuentro improvisado para muchos taxistas. «Es imposible llegar a tiempo a recoger a nadie en el centro, en Talamanca o en zonas de hoteles. Si tardas media hora en llegar, los clientes se enfadan, así que nos hemos quedado aquí», explicaba uno de ellos, resguardado en su coche. La decisión de concentrarse en esa parada se debía a la proximidad al ferry, que permitió recoger a los pasajeros sin exponerse al caos en las carreteras del centro.
En otra parada de taxis, otros trabajadores también se resguardaban dentro de los coches, esperando a que escampase. Algunos reclamaban medidas por parte de las autoridades locales. «Siempre que llueve pasa lo mismo. No es normal que con dos días de lluvia se colapse todo», comentaba un conductor.
El restaurante italiano El Pirata, que se sitúa en la misma avenida, tenía el local más animado de lo habitual. Aunque el dueño matizaba que «esta avenida casi siempre tiene atasco», sí reconocía que, con la lluvia y la llegada del ferry del mediodía, había notado más clientela. «La gente no tiene mucho más que hacer con este tiempo y acaba sentándose a tomar algo». El responsable explicaba que también le habían cancelado varias reservas en su otro restaurante del casco histórico. «Me han llamado para decir que no llegaban a tiempo por los atascos y que preferían quedarse a comer cerca».
En la avenida Isidor Macabich, las tiendas también notaban los efectos del mal tiempo. En Dr. Marí Sunglasses, la dependienta reconocía que «la calle está llena de turistas, pero no compran, solo entran a resguardarse y toquetean todo. Este tiempo no invita a comprar gafas de sol», añadía resignada.
La llegada del ferry a media mañana dejó una imagen poco habitual en esta época: decenas de turistas cargando maletas bajo la lluvia, mirando el móvil y sin un rumbo claro. Una pareja italiana comentaba que eligieron esta semana de mayo pensando que haría buen tiempo. «Queríamos ir a las calas, bañarnos, disfrutar del sol… pero no hemos podido hacer nada de eso». A su lado, otro joven que escuchaba la conversación les interrumpía con buenas noticias. «Tranquilos, que el móvil dice que el jueves mejora». Risas compartidas ante una situación frustrante, pero inevitable.
Candela, vecina de Vila, resumía que «cuando llueve, esta ciudad se paraliza. He salido a hacer la compra y todo estaba desorganizado, atascado. Los turistas se meten en tiendas y bares, pero el ambiente está raro cuando salen días así».
Según varios residentes, este tiempo no es habitual en mayo. «Lo normal es que ya estemos con clima de verano. Esto no lo esperábamos a estas alturas», comentaba una trabajadora de la zona.
IbizaTú te has especializado en decir cosas que no existen, verdad? Paguitas, radares por afán recaudatorio y ahora carriles patinetes? Y aunque quisieras decir carriles bici, los patinetes tienen prohibido usarlo (multa de 3000€ según la ordenanza municipal, aunque ya sabemos que no se multa a ninguno).