La alerta sobre el suministro limitado del medicamento Ozempic en Baleares ha vuelto a encenderse tras una nueva advertencia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Aunque su uso está aprobado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, su popularidad ha crecido para la pérdida de peso, lo que ha aumentado la demanda.
En Vila, algunas farmacias consultadas confirman que hay escasez, pero no un desabastecimiento total. En palabras de una farmacéutica local, «tenemos unidades, pero muy limitadas, y con lista de espera de unas 5 personas. Ahora mismo solo tenemos la dosis de 0,5 mg, y nos llegan unidades contadas cada semana».
Consecuencias
Ozempic fue diseñado para controlar los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes, pero sus efectos sobre la pérdida de peso le han dado fama. «Mucha gente ha intentado usarlo como un milagro para adelgazar, pero sin tener diabetes. Incluso culturistas lo usan para ‘secarse’ antes de competiciones», comenta otro farmacéutico de la zona.
El resultado es que pacientes con esta enfermedad se ven en la obligación de esperar o buscar alternativas menos eficaces. «Hay pacientes que llevan meses sin su medicación, aunque intentamos priorizar a quienes sí tienen diabetes. Guardamos unidades para nuestros clientes habituales diabéticos», explican.
Con receta
Aunque el Ozempic no se vende sin receta, eso no impide que muchos médicos lo hayan estado prescribiendo para tratar la obesidad. «El problema está en la prescripción. Si el médico lo receta para perder peso, no se financia. Pero si es para diabetes, entonces el paciente puede pagarlo por 4 euros», explica un farmacéutico.
El precio de venta libre ronda los 130 euros mensuales, pero la llegada de un medicamento hermano, Wegovy, también del mismo laboratorio y ya aprobado para tratar la obesidad, parece ser una alternativa que alivie la situación. «Wegovy no está financiado y cuesta unos 190 euros. Curiosamente, de ese sí hay stock», señalan desde una de las farmacias.
Pacientes sin Ozempic
Afortunadamente, la falta de Ozempic no ha dejado a los pacientes diabéticos sin tratamiento. «La mayoría de ellos tienen otras opciones: metformina, insulinas diarias o pastillas que les ayudan a mantener controlados los niveles de glucosa. No es que se vayan a morir por no tener Ozempic, pero sí se complica su control metabólico», aclara otro farmacéutico.
La situación, aunque es alarmante, comentan que se ha exagerado. «Sí, es un problema, pero no estamos en una situación crítica. No hay pánico, no ha habido farmacias sin opciones. La gente se medica», apuntan desde otra farmacia.
Recomendaciones
Desde todas las farmacias consultadas en Vila, el mensaje es que «pedimos responsabilidad en la prescripción. Este medicamento no es para perder tres kilos antes del verano. Es una herramienta médica seria y potente para personas con una enfermedad crónica».
Además, recomiendan a quienes tengan obesidad u otras necesidades de control del peso que consulten con su médico para evaluar alternativas, tanto farmacológicas como no farmacológicas. «La educación alimentaria sigue siendo clave. A veces se recurre a la medicina como atajo sin cambiar hábitos», añaden.
En la isla donde lo que prima es el cuerpo en vez de la cabeza, no me sorprende.